No es exagerado decir que los días previos a una carrera son tan importantes como la carrera en sí misma. Por eso es vital que los corredores estén atentos a lo que hacen en esas jornadas que desembocan en el evento principal.
En lo que respecta al entrenamiento, ya no hay nada que se pueda hacer. Nadie mejora en tres o cuatro días. Pero sí existe la posibilidad de arruinar todo lo trabajado. Un exceso de kilómetros antes de la carrera nos puede desgastar. Llegar cansado a una carrera es algo que sí podemos evitar. Entrenamientos suaves, un buen descanso. Acumular energía para liberarla en la competencia.
Por eso hay que recordar ese y otros consejos para no desaprovechar todo el esfuerzo que hemos realizado.
Para muchos corredores, la noche anterior a una carrera es casi imposible dormir por los nervios, pero quedarse en la cama, quedarse horizontal ayuda a descansar las piernas. A no desesperar si no se duermen todas las horas habituales. Ya habrá tiempo para hacerlo después de la carrera. Pero sí es fundamental descansar las piernas.
Si van a correr un domingo el sábado tal vez tengan un poco de insomnio, entonces duerman todas las horas que puedan el viernes, para no estar acumulando agotamiento y cansancio. Sentirse nerviosos es normal, pero sentirse cansados no debería pasar.
La carga de hidratos, el combustible para correr también tiene que ser la adecuada con respecto a la distancia en la que van a participar. Tener una buena carga de hidratos les va a permitir tener el combustible adecuado para el día de la carrera. Cada corredor tiene su dieta y su manual, pero no hay que descuidar la alimentación y la hidratación en los días previos a la carrera. El cuerpo debe cuidarse todo lo posible. Vamos a necesitar que funcione al máximo y esa exigencia deberá ser compensada con estos cuidados.
Empezar a visualizar la carrera. Una y otra vez pensar en la carrera. Estudiar el circuito, imaginar cómo va a ser la llegada, pensar en como se va a armar la estrategia de carrera. Ir visualizando la carrera ayuda y mucho. Imaginarnos pasando la meta es una gran forma de motivación. La mente en positivo, soñando lo mejor, visualizando el logro. Eso alivia el estrés y mejora el ánimo en los días previos.
No dejar nada librado al azar. Estudiar el lugar donde se va a hacer la carrera. Saber como vamos a llegar, con cuanto tiempo de antelación tenemos que llegar, donde vamos a dejar las cosas, si hay guardarropa. La temperatura, el viento, si vamos a tener un día soleado, nublado o si va a llover. Cada detalle que puede afectar nuestra carrera. Evitar la mayor cantidad de sorpresas posibles. No hay que obsesionarse, solo ser inteligente. Cada pequeño detalle permitirá que cuando llega el momento de la carrera lo único que tengamos que hacer es ir y correr. Ir y correr, tan simple y perfecto.
Y el consejo más importante de todos es siempre disfrutar. Recuerden algo que es muy importante y que los corredores experimentados ya conocemos: los días previos a la carrera ya son la carrera. Soñar una carrera, anotarse, entrenarla, prepararnos durante semanas para llegar a punto. Todo eso es nuestra vida runner. Pero los días previos tienen un sabor extra, porque ya estamos cerca del objetivo. Los días previos son la carrera y es justamente por ese motivo que tienen que ser parte del disfrute y el placer de correrla.
*Santiago García es maratonista, autor del libro “Correr para vivir, vivir para correr”. Completó la Six World Marathon Majors dos veces. En Instagram: @sangarciacorre.
Realización: Thomas Khazki / Edición de video: Rocío Klipphan
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