Ayer, el Ministerio de Salud de la Nación anunció que a la definición de caso sospechoso de coronavirus se agrega los síntomas de rinitis/congestión nasal, ya que “se trata de síntomas cada vez más frecuentes” y explicaron que la actualización de la definición fue consensuada con los 24 directores de Epidemiología de todas las jurisdicciones del país.
Pero respecto a lo expresado por la cartera nacional sanitaria, en relación a prestarle atención a la rinitis como síntoma de un probable COVID-19, la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC) aclaró que la rinitis no es un síntoma sino una enfermedad que puede tener diversos orígenes, aunque la causa más frecuente es alérgica.
Según un estudio llevado a cabo por la AAAeIC más del 20% de nuestra la población padece esta patología.
¿Cuáles son los síntomas de la Rinitis?
Principalmente estornudos, prurito en nariz y ojos, secreción mucosa tipo acuosa y obstrucción nasal. La mayor parte de los casos tienen una historia clínica de haberla tenido en épocas anteriores y que, en su mayoría, no hay presencia de fiebre.
De todos modos, en virtud de estas últimas recomendaciones, la AAAeIC considera importante aclarar que la rinitis puede ser también de causa infecciosa y por lo tanto, puede generar episodios de fiebre.
¿Y qué pasa en el caso de COVID-19?
Todos los síntomas de rinitis antes mencionados deben ir acompañados por los propios de COVID-19 entre los cuales se destacan: dolor de garganta, fiebre, dolores musculares, falta de aire, vómitos y/o diarrea.
“En tiempos de pandemia como los que atravesamos, no hay que descuidarse y las medidas de prevención continúan siendo estrictamente necesarias. Nos referimos al distanciamiento social, la higiene y el uso correcto del barbijo tapando nariz, boca y mentón. Asimismo, desde la AAAeIC estamos convencidos que la vacunación es el instrumento que va a colaborar con la detención de este virus, por lo tanto, le pedimos a toda la comunidad que teniendo la posibilidad no duden en acceder a la misma”, concluyeron.
Según advirtió ayer la cartera sanitaria, a los síntomas descritos oportunamente se agregaron rinitis/congestión nasal. Ante la sospecha de COVID-19, el cumplimiento de las medidas de aislamiento resulta clave para disminuir la transmisión del virus.
“Desde ahora se considera caso sospechoso de COVID-19 a toda persona, de cualquier edad, que presente dos o más de los siguientes síntomas: fiebre de 37.5°C o más; tos; dolor de garganta; dificultad para respirar; dolor de cabeza; dolor muscular; diarrea y/o vómitos; rinitis/congestión nasal. Además de la pérdida repentina del gusto o del olfato”.
Según explicó recientemente a Infobae la doctora Stella Maris Cuevas (MN 81701), médica otorrinolaringóloga, experta en olfato, alergista y expresidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA), “si bien esta afección que sufren entre 400 y 600 millones de personas en el mundo es mucho más frecuente con los cambios de estación, puede estar presente todo el año”, y por este motivo podría hacer que una gran cantidad de personas concurran a las guardias médicas ante la sospecha de tener coronavirus. “Cualquiera que esté congestionado, que tenga un poco de obstrucción o nariz tapada, inflamada, por el miedo ante el COVID concurrirá a una guardia, lo que podría generar un exceso de consultas que fatigue al sistema. Por dar un ejemplo, en la Argentina, de cada 10 personas, 2 son alérgicas, mientras que en Estados Unidos la rinitis alérgica es la enfermedad crónica más común”, especificó, consultada por este medio.
“Lo más importante es que las personas que presentan rinitis o congestión nasal trate de hacer videoconsulta o videollamada, o se comunique con su médico vía telefónica, que no salga o vaya a la guardia ya que es muy posible que se exponga a pacientes que tengan síntomas muy parecidos y se contagie. De todas maneras no hay que subestimar los síntomas y lo mejor siempre es consultar”, destacó Cuevas.
En este contexto, alertó que “la ventilación de los ambientes se vuelve doblemente fundamental: debemos pensar siempre que el mayor confort (uso de calefacción) a veces está reñido con las medidas de prevención”.
La rinitis alérgica suele ir acompañada de otros síntomas. A la inflamación de la mucosa nasal se suman otras comorbilidades, como la otitis media serosa (con presencia de moco en el oído medio), laringitis (que causa tos seca), carraspeo permanente y necesidad de aclarar la voz, y rinosinusitis crónica, que puede ir acompañada de la presencia de pólipos y que, además se manifiesta con obstrucción nasal, cefalea e hiposmia (disminución del olfato).
Si bien esta enfermedad no es mortal, su mayor problema radica en cómo afecta la calidad de vida de las personas que la padecen. En estos días, si a esto le sumamos el temor a confundir los síntomas con los de COVID-19, el panorama para esta población es realmente devastador.
El tratamiento de los síntomas también es muy importante. A este fin se utilizan vacunas con gérmenes liofilizados, lavajes nasales, corticoides tópicos, antileucotrienes y antihistamínicos (los más modernos no atraviesan la barrera hematoencefálica y, por lo tanto, no producen sueño), teniendo siempre en cuenta que el tratamiento es individual y único para cada paciente.
Esta enfermedad no debe ser subestimada ni infravalorada, muchos la consideran una enfermedad banal, pero quienes conviven con ella realmente la padecen; por eso es tan importante la consulta médica y el tratamiento personalizado.
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