El plasma de convaleciente se convirtió en uno de los tratamientos más utilizados contra COVID-19, mientras se desarrollaban las vacunas que hoy previenen la enfermedad, por lo menos en sus formas más graves.
Inclusive al día de hoy se sigue utilizando en todo el mundo ante la falta de un tratamiento eficaz y como alternativa segura -por su antecedente exitoso en el MERS-CoV, ébola y en la epidemia de gripe H1N1-.
El plasma de pacientes recuperados es un líquido transparente y algo amarillento que representa más de la mitad del volumen total de la sangre y se obtiene a través aféresis, un procedimiento que consiste en utilizar una máquina, que separa las células a través de un equipo descartable y de único uso que permite la separación de los diferentes componentes de la sangre: glóbulos rojos, plaquetas y plasma. Éste último se separa en un volumen a definir en cada donante. Se realiza a través de la punción de una vena del brazo por la cual se extrae la sangre y por otra vena en forma simultánea se devuelve el resto de los glóbulos rojos y plaquetas. El volumen de plasma extraído será reemplazado con solución fisiológica en volumen equivalente.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) emitió una autorización de uso de emergencia (EUA, por sus siglas en inglés) para el plasma convaleciente en investigación como tratamiento para el COVID-19 en pacientes hospitalizados como parte de los esfuerzos continuos de la agencia para combatir el COVID-19.
Pero a pesar de su masivo uso, distintos estudios científicos sobre plasma convaleciente no han destacado una ventaja clara para la recuperación masiva de pacientes. Es el caso de una reciente investigación realizada en 177 hospitales de Reino Unido y publicada en la revista médica especializada The Lancet
“En pacientes hospitalizados con COVID-19, el plasma convaleciente de títulos altos no mejoró la supervivencia ni otros resultados clínicos preespecificados”, fue la conclusión a la que llegaron los expertos que firmaron el paper.
Entre el 28 de mayo de 2020 y el 15 de enero de 2021, 11558 (71%) de 16287 pacientes inscriptos en el estudio RECOVERY fueron elegibles para recibir plasma convaleciente y fueron asignados al grupo de plasma convaleciente o al grupo de atención habitual. El estudio no encontró diferencias significativas en la mortalidad a 28 días entre los dos grupos evaluados: 1399 (24%) de 5795 pacientes en el grupo de plasma convaleciente y 1408 (24%) de 5763 pacientes en el grupo de atención habitual murieron dentro de los 28 días. Recordemos que RECOVERY es un ensayo de plataforma adaptativa, abierto, controlado, aleatorizado individualmente para evaluar los efectos de distintos tratamientos potenciales en pacientes hospitalizados con COVID-19, como el plasma convaleciente, la dexametasona, hidroxicloroquina, lopinavir-ritonavir, azitromicina y tocilizumab.
“La tasa de mortalidad a los 28 días fue similar en todos los subgrupos de pacientes preespecificados, incluso en aquellos pacientes sin anticuerpos detectables contra el SARS-CoV-2 en la aleatorización. La asignación al plasma convaleciente no tuvo un efecto significativo sobre la proporción de pacientes dados de alta del hospital dentro de los 28 días (3832 [66%] pacientes en el grupo de plasma convalecientevs 3822 [66%] pacientes en el grupo de atención habitual. Entre los que no recibieron ventilación mecánica invasiva en el momento de la asignación al azar, no hubo diferencias significativas en la proporción de pacientes que alcanzaron el criterio de valoración combinado de progresión a ventilación mecánica invasiva o muerte (1568 [29%] de 5493 pacientes en el grupo de plasma convaleciente frente a 1568 [29] %] de 5448 pacientes en el grupo de atención habitual”, especificaron los expertos.
Este ensayo de plataforma, aleatorizado, controlado y abierto (Evaluación aleatoria de la terapia COVID-19) sigue evaluando varios tratamientos posibles en pacientes hospitalizados con COVID-19 en el Reino Unido. Los pacientes elegibles y que dieron su consentimiento fueron asignados al azar para recibir la atención habitual sola (grupo de atención habitual) o la atención habitual más plasma convaleciente de títulos altos (grupo de plasma convaleciente).
“El plasma de convalecencia se ha utilizado durante más de 100 años como inmunoterapia pasiva para la neumonía por influenza y, más recientemente, para el SARS-CoV. Aunque los estudios observacionales han sugerido que el plasma de convalecencia podría reducir la mortalidad en infecciones respiratorias virales graves, la evidencia de los ensayos aleatorizados sigue siendo escasa y no concluyente”, aclararon en el estudio.
Y concluyeron: “La eficacia del plasma de convalecencia como tratamiento para pacientes hospitalizados con COVID-19 es incierta”.
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