Desde que el coronavirus comenzó a expandirse en todo el mundo, los médicos empezaron a realizar los primeros estudios científicos sobre las formas diversas en que afectaba al organismo humano. Tras casi un año y medio de investigaciones, los datos sobre los resultados clínicos de los niños que atravesaron la enfermedad COVID-19 son escasos. Particularmente, en aquellos con enfermedad leve y asintomática.
En cambio, varios estudios con adultos sugieren que en las sucesivas semanas pueden ocurrir secuelas y complicaciones a largo plazo de múltiples sistemas, incluso con COVID-19 leve.
Ahora, una nueva investigación publicada en The Lancet Child and Adolescent Health sugiere que los chicos que tuvieron coronavirus en forma grave, tienen una baja prevalencia de síntomas a largo plazo.
La investigación describe la presencia de síntomas en pacientes pediátricos (edad: 0 a 18 años) a medio plazo, 3 a 6 meses tras el diagnóstico de COVID-19, atendidos en el Royal Children’s Hospital en Melbourne, Australia, entre el 21 de marzo de 2020 y el 17 de marzo de 2021.
La mediana de edad fue de tres años y el 53% de ellos era sexo masculino. Los datos disponibles que tuvieron los científicos Daniela Say, Nigel Crawford y Sarah McNab correspondían al seguimiento efectuado de 3 a 6 meses en 151 pacientes. Se utilizó un formulario clínico estandarizado para recopilar información sobre los síntomas agudos del COVID-19, los factores de riesgo de transmisión, el historial médico y los síntomas posagudados del COVID-19
Del total estudiado 54 (36%) eran asintomáticos y 97 (64%) sintomáticos. Doce (8%) pacientes pediátricos presentaron síntomas tras la fase aguda de la COVID-19. Los síntomas más frecuentes fueron tos leve (4%), fatiga (2%) o ambos (1%). La duración de la tos y la fatiga tras la infección varió de tres a ocho semanas y de seis a ocho semanas, respectivamente.
Los pocos ingresos hospitalarios (14 [8%] niños) fueron generalmente breves y fueron para observación o rehidratación de líquidos. Un niño (1%) con cardiopatía congénita compleja tenía neumonitis grave por COVID-19 con insuficiencia respiratoria aguda. Dos (1%) niños tenían afecciones inflamatorias COVID-19 posaguda asociadas temporalmente con el SARS-CoV-2: un niño de 7 años con síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico que requirió cuidados intensivos y un niño de 11 meses con la enfermedad de Kawasaki.
En la revisión más reciente realizada en marzo de 2021, los 151 pacientes pediátricos habían vuelto a su estado de salud inicial y los síntomas tras la infección aguda por COVID-19 se habían resuelto. Estos hallazgos contrastan con los estudios en adultos, que han identificado complicaciones multisistémicas y una mayor prevalencia y gravedad de los síntomas persistentes.
Los resultados en esta cohorte pediátrica sugieren que los pacientes pediátricos se recuperan por completo a las pocas semanas de la aparición de los síntomas agudos y los síntomas informados tienden a ser leves.
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