Siempre el embarazo es una montaña rusa de emociones. La llegada de un nuevo integrante a la familia genera muchas expectativas, miedos, ansiedades y también felicidad, en todo el núcleo familiar y de amigos de la gestante.
Pero si ya se vivían todas estas sensaciones hasta hace poco más de un año, a partir de la pandemia por COVID-19, el temor hacia un virus desconocido, altamente contagioso, y con una mortalidad que es importante, ha crecido.
Además, la falta de contacto social cercano ha generado desafíos para muchas personas, pero especialmente para las mujeres embarazadas y puérperas. La forma de vivir el embarazo y el nacimiento se ha modificado significativamente y la imposibilidad de compartir, como se había imaginado, este momento vital, ha incrementado la sensación de soledad y aislamiento en las mujeres embarazadas.
“Las redes de sostén durante la pandemia se han abierto, y si bien lo virtual resulta en muchos aspectos efectivos, no alcanza a los beneficios del contacto cercano, del cuerpo a cuerpo, de la mirada que sostiene. No satisface la necesidad de la presencia cotidiana de los vínculos que dan identidad y continuidad, que unen a la mujer que fueron antes de ser madres, con quienes serán luego”, explicó la licenciada Magdalena Arias, coordinadora de la Licenciatura en Psicología en la Universidad ISALUD en Tigre.
Y agregó: “Si bien las consecuencias en la salud mental perinatal, de haber gestado y parido durante la pandemia no están del todo claras, muchas mujeres refieren una sensación de aislamiento, de invisibilización y soledad. Las normas sobre lo aconsejable y lo que no, se escriben y editan todos los días. Sin embargo, una constante aparece durante estos tiempos de incertidumbre: esto no es lo que esperaban que fuera el embarazo. Gestar y parir en tiempos de COVID-19 parece traer aparejado, para muchas mujeres, la sensación de haber perdido la posibilidad de una experiencia que habían imaginado transitar acompañadas, de manera diferente. A esta sensación de invisibilidad y soledad, se le suman miedos y ansiedades relacionadas con el virus y el contagio, con qué se podrá hacer y qué no al momento del parto, y la incertidumbre general sobre qué es lo que pasará mañana”.
Para la experta, “las mujeres embarazadas atraviesan y son atravesadas por estas incógnitas que rodean a la gestación y al parto durante la pandemia de COVID-19. Los amigos y la familia pueden acompañar y ayudar a las mujeres embarazadas mientras la pandemia continúa, validando y haciendo lugar para sus sentimientos y emociones. Sin minimizar lo que la mujer decide compartir sobre cómo se siente, sobre lo que la frustra o lo que la atemoriza. Preguntándole qué puede hacer para que se sienta más acompañada en este contexto; qué necesita, y cómo colaborar para hacerla sentir mejor. Hacer estas preguntas, es darle entidad a lo que le sucede, y puede reducir la sensación de soledad, ansiedad y aislamiento”.
Es importante recordar que la pandemia no pone en suspenso ni limita los derechos de las mujeres en relación a su parto y a su salud sexual y reproductiva, y que siguen vigentes las leyes y recomendaciones sobre la importancia de estar acompañada por quien la mujer elija, a no ser separada de su bebe, si ambos gozan de salud, ni está justificada una cesárea por estar contagiada o por prevención.
La pandemia ha generado también preguntas sobre el virus y el embarazo. ¿Puedo contagiarle COVID-19 a mi bebé durante el embarazo?
Según expertos de la Universidad Austral, los datos publicados en revistas científicas hasta ahora son optimistas y no muestran que COVID-19 pueda transmitirse de madre a bebé durante el embarazo. En este momento, no hay datos sobre los efectos de COVID-19 en el embarazo temprano, pero otros coronavirus no se han transmitido ni han causado problemas en los bebés en desarrollo.
Este es un tipo muy diferente de virus que el del Zika, que puede transmitirse a través de la placenta y afectar el desarrollo del bebe. Después del nacimiento, los bebés pueden adquirir COVID-19 a través de la transmisión de gotitas respiratorias (es decir, a través del aire), al igual que los adultos. Se recomienda por lo tanto que las madres que dieron positivo el test para COVID-19 se aíslen transitoriamente de sus recién nacidos para evitar contagiarles la enfermedad.
¿Se puede transmitir COVID-19 durante la lactancia?
Hasta la fecha, no hay datos que sugieran que el virus pueda transmitirse al bebé a través de la leche materna. La leche materna sigue siendo la mejor fuente de nutrición y protección contra muchas enfermedades. La lactancia parece ser segura en pacientes con COVID-19, siempre que se tengan los cuidados suficientes para reducir el riesgo de transmitir el virus a tu bebé.
Esto puede lograse lavándose las manos antes de tocar al bebé, evitando tocar su cara y usando un barbijo durante el amamantamiento. Algunas mujeres pueden preferir extraerse leche a mano y hacer que alguien que no esté enfermo se la dé al bebé con una mamadera hasta que la mamá resuelva la infección. Si te sacás leche manualmente, asegurate de lavarte bien las manos antes de hacerlo.
Riesgos durante el embarazo
Según explican expertos de la Clínica Mayo en EEUU, el riesgo general de la COVID-19 para las mujeres embarazadas es bajo. Pero el embarazo aumenta el riesgo de enfermedades graves y de muerte con la COVID-19. Las mujeres embarazadas que tienen la COVID-19 parecen tener más probabilidad de desarrollar complicaciones respiratorias que requieran cuidado intensivo que las mujeres que no están embarazadas, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. También es más probable que las mujeres embarazadas necesiten usar un respirador.
Además, las mujeres embarazadas de raza negra o hispanas parecen estar afectadas de manera desproporcionada con la infección con la COVID-19. Las mujeres embarazadas que tienen enfermedades subyacentes, como diabetes, también pueden estar a un riesgo aún más alto de una enfermedad grave debida a la COVID-19.
Algunas investigaciones sugieren que las mujeres embarazadas que tienen la COVID-19 también tienen más probabiidad de tener un parto prematuro y una cesárea, y que es más probable que sus bebés necesiten ser internados en la unidad neonatal.
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