“La Argentina está en el abismo de una catástrofe sanitaria sin precedentes”. Esas palabras que hoy son una realidad muy descriptiva del tremendo impacto que tiene la enfermedad COVID-19 en la Argentina, fueron pronunciadas hace 50 días por el médico intensivista Arnaldo Dubin (MN 54527) cuando todavía nuestro país no estaba inmerso en esta segunda ola de contagios masivos y récord de muertos.
Según analizó hoy el médico y profesor e investigador de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) en diálogo con Infobae hay dos componentes que pueden explicar la crítica situación actual que hoy atraviesa nuestro país en medio de la segunda ola de coronavirus: “Se trata de una situación epidemiólogica que está desatada, con contagios récord a nivel nacional por un lado y con una muy mala evolución particularmente en el AMBA. En la última semana el promedio de contagios diarios en CABA aumentó un 22% en relación a los valores de la semana previa. Y en la provincia de Buenos Aires, hubo un aumento abrupto de mortalidad que ascendió al 67%. Son valores altísimos y muy negativos”.
“Epidemiológicamente la pandemia en Argentina está fuera de control. Y el sistema sanitario y el de la terapia intensiva están colapsados. Y eso pasa hace semanas. Hay un desborde que proviene de una insuficiencia general de recursos, como el de personal, de drogas, de camas, de respiradores y muchas cosas más. Durante esta segunda ola en provincia de Buenos Aires fallecieron 15 embarazas y estamos viendo cuadros graves en jóvenes que terminan en muerte. La realidad de hoy es que estamos internado gente que debería estar en una Unidad de Terapia Intensiva (UTI) y se encuentra en una cama común. Además falta personal capacitado para atender la gran demanda que tenemos diariamente”, aseguró el especialista.
Y respecto al personal intensivista capacitado, Dubin destacó que están atravesando una “fatiga terminal”, con mal descanso, mal pagos, agotados, frustrados y desbordados. “Esto impacta directamente también en los resultados de la terapia intensiva en la evolución de un paciente internado. Por eso sube la cantidad de muertos. Si uno sale a correr, se cansa. Y por más voluntad que ponga para seguir corriendo, va a ir más despacio. Eso mismo pasa en las UTI hoy en el país, donde por más voluntad que ponga, los pacientes se van a morir más”, ejemplificó el especialista.
“En general, cuando aparece una enfermedad nueva, los registros indican una mortalidad alta al principio, ya que la misma encuentra a un sistema sanitario no preparado. Pero esa mortalidad con el tiempo baja por el desarrollo de tratamientos novedosos y aparición de vacunas o medicamentos. Acá ocurre al revés. Y esto lo relacionamos con el aumento de casos, la tensión del sistema y la fatiga de los intensivistas”, puntualizó Dubin.
Y concluyó: “El Gobierno nacional dictó una serie de medidas que para mí fueron tardías e insuficientes. Pero igualmente, fueron resistidas. Y hubo llamado a resistirlas. Por eso apelamos a la responsabilidad de las autoridades y también del ciudadano común. Ver los programas de televisión con shows bailables, el fútbol, los shoppings abiertos en las provincias, los bares al aire libre llenos, nos da impotencia y ganas de llorar. Me espanta ver esto. Yo mismo hice una denuncia en La Plata, en el sector de Control Urbano, pero no vi ningún tipo de sanción o medida para contrarrestar la afluencia a los bares. Es un momento en el que cada uno tiene que asumir su responsabilidad. En este contexto, también hay mucha gente pasando necesidades extremas, sobre todo los sectores más pobres y carenciados, que además de sufrir la pandemia les pega la crisis económica. Por eso tiene que haber medidas económicas para ayudarlos, redireccionando fondos destinados a pagar deuda externa por ejemplo, a fin de asistirlos. Estamos transitando una guerra y esa debe ser nuestra prioridad ahora”.
El médico infectólogo Ricardo Teijeiro, explicó a Infobae: “Estamos viendo que tenemos un crecimiento exponencial en los últimos días, realmente esto al sistema de salud lo daña mucho porque está al límite, tenemos que pensar de alguna manera en controlar la circulación del virus, y esto significa controlar la circulación de la gente. No hay ninguna otra posibilidad, hasta que no tengamos la población vacunada, de que no se hagan medidas estrictas”.
Récord de casos y muertos
Las palabras de los especialistas coinciden con los preocupantes datos registrados esta semana en el país. Anteayer hubo récord de muertos (745) y ayer hubo récord de contagios con casi 40.000 infectados. Además, el fin de semana, nuestro país superó los 70.000 muertos en medio de la lenta Campaña Nacional de Vacunación y de las restricciones de circulación vigentes desde el 16 de abril pasado.
Es que según información oficial del Ministerio de Salud, los casos han aumentado de un total diario de alrededor de 5000 a principios de marzo a un récord de 39.000 esta semana, mientras que las muertes aumentaron de 112 a principios de marzo a un récord de 745 el martes. Las cifras colocan al país en tercer lugar en casos diarios después de India y Brasil, y cuarto en muertes por COVID, después de India, Brasil y Estados Unidos, según datos del sitio especializado Our World in Data. En relación con la población, y siempre con datos del sitio web, Argentina ahora tiene el mayor número de muertes por coronavirus por día en el mundo, con 16,46 muertes por COVID-19 por millón el martes, superando con creces a su vecino gigante Brasil, que registró 11,82 por millón.
La escasa llegada de vacunas consiguiente lenta campaña de vacunación nacional en el país genera un panorama preocupante con pocas personas vacunadas y muchos contagios y muertes diarias. Según datos oficiales del Ministerio de Salud, al día de hoy se aplicaron sólo 10.549.521 vacunas de las cuales 8.397.337 son personas que recibieron una sola dosis (18,5% de la población) y 2.152.184 personas recibieron las dos dosis (4,74% de la población).
Las nuevas variantes de COVID-19 que circulan en el país, principalemente la británica y la de Manaos, explican mucho la cantidad récord de contagios y por consiguiente de muertos en la Argentina. “Los datos nacionales señalan la circulación de nuevas variantes asociadas con una mayor transmisibilidad. Por eso debería implementarse una logística para aumentar los testeos y de esta manera, poder asilar todos los casos positivos para cortar la cadena de trasmisión”, explicó Lilián Testón, médica infectóloga de la Fundación del Centro de Estudios Infectológicos del doctor Daniel Stamboulian (FUNCEI).
Los expertos saben que las nuevas variantes son más contagiosas, aunque todavía no sabe bien su letalidad. Pero el hecho de haber más población infectada, naturalmente va a incrementar la mortalidad.
Inclusive, por la alta circulación del coronavirus, podría surgir otra variante en Sudamérica, advirtió esta semana a Infobae la doctora Juliette Morgan, la representante regional de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos.
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