El cáncer de colon es un asesino silencioso, pues se estima que un 45 % de las personas que son diagnosticadas anualmente muere debido a esta causa, pero la pandemia ha retrasado la detección de este padecimiento y con ello se eleva el riesgo de muerte de los pacientes.
Esta enfermedad ha estado en crecimiento constante en el mundo. Es la tercera causa más común de cáncer en hombres y mujeres en los EEUU y la segunda causa principal de muerte por cáncer en los EEUU, cuando se combinan hombres y mujeres. Es por eso que en este país el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos redujo hoy la edad recomendada para comenzar a detectar cánceres de colon y recto de 50 a 45 años.
El grupo de trabajo, que es el panel principal de orientación médica en los EEUU, publicó su estudio en la prestigiosa en la revista médica JAMA, en donde afirma que todos los adultos de 45 a 75 años deben someterse a pruebas de detección de cáncer colorrectal como método eficaz de prevención de la enfermedad.
Esta recomendación es para personas asintomáticas de riesgo medio, sin diagnóstico previo de cáncer colorrectal, antecedentes de pólipos de colon o recto o antecedentes personales o familiares de trastornos genéticos que los pongan en mayor riesgo. El grupo de trabajo también recomendó la detección selectiva entre adultos de 76 a 85 años en función de la salud general del paciente, el historial de detección previa y las preferencias.
El cáncer colorrectal es una de las neoplasias malignas más prevenibles, con una larga historia natural de progresión de un estado preneoplásico a neoplásico y la disponibilidad de pruebas de detección eficaces que pueden detectar la enfermedad en forma temprana. Los factores de la dieta y el estilo de vida están estrechamente relacionados con la incidencia y la mortalidad del cáncer colorrectal, y los estudios sugieren que el riesgo de cáncer colorrectal podría reducirse con la modificación de la dieta y el estilo de vida.
Desde mediados de la década de 1980, la incidencia general de cáncer colorrectal ha disminuido de manera constante debido a una mayor aceptación de las pruebas de detección y los patrones cambiantes de los factores de riesgo modificables. Sin embargo, se ha documentado un aumento preocupante en la incidencia de cáncer colorrectal entre las personas más jóvenes (es decir, menores de 50 años; definido como cáncer colorrectal de aparición temprana) desde mediados de la década de 1990, con un 11% de los cánceres de colon y un 15% de los cánceres de recto en 2020 entre pacientes menores de 50 años, comparación con 5% y 9%, respectivamente, en 2010. Si bien los médicos aún no están seguros de por qué están ocurriendo más casos en el grupo de edad más joven, dicen que la detección temprana de las personas salvará vidas. Si los pólipos colorrectales se detectan a tiempo, se pueden extirpar antes de que se conviertan en cáncer.
En esta edición de JAMA, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU. (USPSTF) actualiza su guía de 2016 sobre detección de cáncer colorrectal. Según la nueva Declaración de recomendación, la USPSTF recomienda la detección del cáncer colorrectal en todos los adultos de 50 a 75 años (recomendación A). La USPSTF recomienda la detección del cáncer colorrectal en adultos de 45 a 49 años. Un aspecto importante del informe es la nueva recomendación para el cribado del cáncer colorrectal para las personas con riesgo promedio a partir de los 45 años en lugar de los 50. Tres modelos de microsimulación independientes integraron datos recientes de incidencia y mortalidad del cáncer colorrectal y encontraron que el inicio del cribado a los 45 años se asoció con un equilibrio eficiente de los años de vida ganados frente a la carga de la colonoscopia. Se proyectó que el inicio del cribado a los 45 años se asociaría con un aumento estimado de 22 a 27 años de vida adicionales en comparación con el inicio a los 50 años, y con un aumento relativamente pequeño en el número de complicaciones.
Se proyectó que extender la prueba de detección más allá de los 75 años se asociaría con solo pequeños aumentos en los años de vida ganados, lo que no provocó cambios en la recomendación de USPSTF 2016 de evaluar solo de forma selectiva a personas de 76 a 85 años. Por primera vez, la USPSTF examinó el beneficio de la detección por sexo y raza y encontró que iniciar la detección a los 45 años (como se modeló mediante colonoscopia o prueba inmunoquímica fecal [FIT]) se relacionó con un balance favorable de beneficio frente a carga en todos los subgrupos de sexo y raza.
De manera similar a las pautas de 2016, las recomendaciones de USPSTF actualizadas continúan ofreciendo un menú de estrategias de detección. Si bien la premisa de que la detección con cualquiera de las pruebas recomendadas es mejor que ninguna es válida, la fuerza de la evidencia que respalda cada una de las pruebas varía considerablemente, como se describe en esta revisión sistemática publicada.
La USPSTF ahora se une a grupos como la Sociedad Estadounidense del Cáncer para recomendar el umbral de edad más bajo para la detección de adultos con riesgo promedio de cáncer colorrectal. La Sociedad Estadounidense del Cáncer hizo el cambio de 50 a 45 años en 2018. En 2017, el Grupo de Trabajo de Sociedades Múltiples de EE. UU. Sobre Cáncer Colorrectal recomendó que las pruebas de detección comiencen a los 45 años en los afroamericanos y a los 50 años en otros grupos. Esto se debe a que los estadounidenses de raza negra tienen más probabilidades de contraer cáncer colorrectal y morir a causa de él. En su nueva recomendación, el grupo de trabajo citó las tasas de cáncer colorrectal de 2013 a 2017 que muestran 43,6 casos por 100.000 adultos negros, en comparación con 37,8 casos por 100.000 adultos blancos.
En Argentina, según las estimaciones de incidencia del Observatorio Global de Cáncer de la OMS, en el 2018 se diagnosticaron 15.692 casos de cáncer colorrectal en ambos sexos, cifra que representa el 13% del total de los tumores malignos. El cáncer colorrectal es el segundo cáncer en frecuencia y en cantidad de muertes anuales, después del cáncer de próstata en los hombres y el de mama en mujeres. Y respecto al índice de mortalidad se supo que en 2017 ocupó el segundo lugar en frecuencia, con el 12% del total de defunciones (7.499) por tumores malignos. Mientras que en la actualidad, se estima que mueren 21 personas por día por cáncer colorrectal en nuestro país.
El cáncer colorrectal (CCR) se desarrolla en el colon y el recto (intestino grueso). En más del 80% de los casos, se genera primero un pólipo (crecimiento anormal de las células) denominado adenoma, que puede crecer lentamente durante más de 10 años y transformarse en cáncer si no se detecta y extirpa a tiempo.
El Ministerio de Salud de la Nación estima una incidencia de 15.600 casos nuevos por año, tratándose de la primera causa de cáncer en el hombre -superando desde 2018 al cáncer de pulmón- y la segunda causa en mujeres, luego del cáncer de mama. Según datos del Instituto Nacional del Cáncer, se trata del segundo cáncer más frecuente y en tasa de mortalidad en el país: en datos de 2017, por ejemplo, el CCR se ubicó en el segundo lugar de frecuencia, con el 12% del total de defunciones (7.499). “Pese a las recomendaciones de los organismos internacionales y nacionales, en Argentina la realización de los estudios de prevención y detección temprana es poco frecuente. Según información del Ministerio de Salud, se estima que sólo el 25% de las personas entre 50 y 75 años realizan estudios de detección preventivos de CCR”, explicó el doctor Federico Esteso, oncólogo clínico del Instituto Alexander Fleming (IAF).
“En el país se cuentan con todas las técnicas necesarias para estudio y detección temprana de la enfermedad; es decir, utilización de estudio de sangre oculta en materia fecal y la videocolonoscopia (VCC). Sin embargo, existe una tasa de realización de estudios y controles de prevención para el CCR muy bajas, por debajo del 25 o 30% de las personas que debieran realizarla.
El problema se relaciona con falta de información, cierto temor a la realización de estudios como la VCC, por riesgos inherentes al procedimiento. Lamentablemente, el efecto pandemia también ha generado demoras en las consultas y reducción de estudios de prevención comparado con períodos normales fuera de esta situación epidemiológica inédita”, agregó por su parte el doctor Juan Manuel O’Connor, jefe del área Tumores Gastrointestinales del IAF.
Síntomas que encienden alarmas.
“Los síntomas que deben llevar a consultar son la presencia de sangre en la materia fecal, distensión o dolor abdominal, cambios del hábito evacuatorio (diarrea o constipación) o pérdida de peso. Los 50 años son la edad indicada para comenzar con algún método de rastreo (videocolonoscopia o sangre oculta en materia fecal), siempre que no haya antecedentes personales o familiares predisponentes, en cuyo caso debería ser antes”, enumera Esteso.
“Si una persona tiene antecedentes familiares de cáncer de colon cercanos, debería realizar una consulta de asesoramiento genético, para definir a qué edad comenzar a estudiarse: a los 40 años, o diez años antes del caso familiar más joven, según cuál de los dos sea más temprano. En otros casos, hay estudios genéticos que determinan si es necesario comenzar en una edad más temprana: los 25 a 30 años en casos de síndrome de Lynch y 14 a 16 años en los casos de poliposis familiar”, agrega la doctora Luisina Bruno, especialista en asesoramiento genético en oncología del IAF.
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