No solo pasa en Argentina o Latinoamérica. La enfermedad COVID-19 no da respiro y las tasas de infección y fallecidos aumentan en casi todos los países del mundo, que hoy totaliza más de 151 millones de contagios y 3,1 millones de muertos.
Tal es la situación crítica del sistema sanitario mundial que la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó ayer de esto en palabras de su máximo referente. El número de casos semanales prácticamente se ha duplicado en los dos últimos meses y esto significa que nos estamos acercando al nivel más alto de infecciones que hemos visto hasta ahora en la pandemia”, advirtió el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Las razones expuestas por el funcionario son varias. “Principalmente la rápida propagación de las variantes del coronavirus, que la hacen más contagiosa; que la gente haya empezado nuevamente a mezclarse, así como el levantamiento “prematuro” de algunas restricciones destinadas a controlar la propagación del virus”, opinó Tedros. Y sus palabras perfectamente se podrían aplicar a la Argentina, que está al principio de una segunda ola de coronavirus con récord de cifras de contagios y muertes desde hace dos semanas.
Si bien hoy nuestro país ocupa el lugar número 11 en número total de casos (con 2.954.943 infecciones) en el ranking COVID-19 elaborado por la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos, es lícito afirmar que sin embargo ocupa el puesto 42 de 200 naciones registradas, en cuanto a contagios por millón de personas con 68.890 habitantes y el lugar 30, en fallecidos por millón de habitantes con 1395 personas.
Países como Estados Unidos, India, Brasil, Suecia, Israel, Holanda, Francia, Bélgica, Portugal, Suiza, España, Polonia, Italia, Austria y Hungría nos superan en cuanto a contagios, mientras que Colombia, Rumania, Francia, México, España, Portugal, Estados Unidos, Perú, Reino Unido, Brasil, Italia, Bélgica, Hungría y Bulgaria lo hacen en cuanto a muertos por millón de habitantes, entre otras naciones.
La pregunta que surge en medio de la terrible segunda ola que vivimos en el país y que amenaza con prolongarse, es qué se debe hacer para que las cifras no empeoren, y Argentina no se sitúe entre los países con más infecciones o muertos por millón de habitantes en un futuro cercano.
Un grupo de expertos, algunos que asesoran al gobierno en temas de la pandemia y son voz autorizada desde hace más de un año en cuanto a las recomendaciones a seguir, explicaron a Infobae las claves para evitar más contagios y muertes en el país.
“Este es un momento clave en el que hay que extremar los cuidados, tal vez con más restricciones pasajeras y promoviendo la distancia social. Pero sin duda, incrementando el ritmo de vacunación masivamente. Las dos primeras son para ganar tiempo por la solución de fondo es vacunar. Para aplicar restricciones hay que hacerla en forma dinámica y multidisciplinaria. Hace un año se aplicaron restricciones poco específicas, generales y muy largas. Hoy tenés el factor ´Economía´ a contar que pesa mucho. No hay que repetir del modelo del año pasado, ya que el mismo no terminó siendo eficaz”, explicó a Infobae el doctor Lautaro de Vedia, médico infectólogo y ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
Y agregó: “Las restricciones tienen que ser limitadas y con metas a concretas a lograr como por ejemplo alcanzar un porcentaje de vacunación precisa o una baja determinada de casos”.
De Vedia también planteó la situación que vivimos respecto al ritmo y alcance de la vacunación en el país. “Analizando el camino de la Argentina, podemos decir que el tema vacunas no se manejó adecuadamente. Se anunció su llegada en forma desmedida y al final no ingresaron la cantidad prometida. También nos tenemos que preguntar por qué otros países tienen Pfizer y nosotros no. Hubo fallas en la llegada de vacunas”, deslizó y agregó que “del lado de la sociedad podemos decir que hubo un relajamiento en la época de las fiestas y semana santa. Todo, sin haber controlado la pandemia”.
Ricardo Teijeiro, médico infectólogo, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) explicó que “la enfermedad COVID-19 siempre se trató de un virus respiratorio. Y su principal acción contra éste es no tener contacto con otras personas para evitar contagios, promoviendo la distancia social y el uso de barbijo. Es imperioso frenar y contener la circulación del virus. Además, hay que vacunar fuertemente para tener mucha gente con inmunidad”.
Para Teijeiro, la Argentina no está viviendo la segunda ola, sino la tercera. “Todos dicen que Argentina está atravesando la segunda ola. Pero mirando la curva epidemiológica del virus en el país, para mí estamos en plena tercera ola. En enero fue la segunda ola, cuando volvimos a tener una cantidad de casos muy importante debido a la mayor cantidad de gente en las calles, con el recuerdo de la muerte de Maradona, también las fiestas de fin de año y las vacaciones. La segunda ola fue buscada. Pero esta tercera que vivimos se caracteriza por la circulación de nuevas cepa de virus, como son la variante británica y las brasileñas, que incrementaron su contagiosidad. El mayor peligro que vivimos ahora es la circulación de las nuevas cepas que son más contagiosas que la original”.
Y agregó: “Pero en esta tercera ola batimos récord de contagios y muertos. Ahora se estabilizó en 25.000 infectados por día, que es un número muy alto y todos tenemos que hacer un esfuerzo para bajar estas cifras. ¿Cómo? Por ejemplo no promoviendo reuniones o salidas, especialmente en interiores, usando medios de transporte, solo las personas esenciales y promoviendo las medidas para cuidarnos como la distancia social y el uso de tapabocas”.
“El peligro que vivimos hoy es la saturación del sistema sanitario que hoy está al límite. De los 25.000 contagios diarios, con solo 2% de los casos que se agraven, ya tenés 500 personas internadas en una terapia intensiva. Si tenés ese número alto por mucho tiempo, no hay sistema sanitario que resista. Un paciente que entra en una UTI está quizás 20 días o 30 días en internado. Si seguís acumulando no vas a tener camas a futuro. Por ello es clave tener una buena vacunación para ir no teniendo más circulación de la enfermedad”, concluyó el especialista.
“Yo quiero creer que Argentina no va a llegar a estar en un top ten de países con mayor número de contagios y muertos por millón de habitantes. No va a ocurrir. Para ello, se necesitan tomar un grupo de medidas coherentes y prácticas en medio de esta segunda ola de COVID-19 como es mayor vacunación, y promover la menor circulación de personas posible. Fomentar el distanciamiento social y el uso de barbijo siempre. Respecto del transporte público, en lugar de reducir la frecuencia, hay que ampliar la cantidad de unidades para que la gente esencial viaje con distancia”, precisó Cristina Freuler, médica infectóloga, jefa del Departamento de Medicina Interna del Hospital Alemán.
Para Luis Cámera, infectólogo y asesor del Gobierno en materia de pandemia, “estamos viviendo ahora la segunda ola que empezó aproximadamente en la segunda quincena de marzo con una de infección basal en marzo bastante alta, tal vez porque se percibía que la población estaba sin extremar sus cuidados para combatir el contagio”.
“Por versiones de epidemiólogos se sabía que por esta época íbamos a padecer la segunda ola., pero la misma se adelantó unas dos semanas. Llama la atención la velocidad de contagios que generó una pendiente prácticamente vertical de un ángulo de ataque de 80 grados. Esa pendiente, da la sensación que se frenó ahora y muy posiblemente empiece a descender de una manera relativamente rápida, lo cual sería un buen indicador”, precisó el especialista.
“Este pico de casos elevados coloca al sistema sanitario ante un riesgo de saturación de las camas de terapia intensiva y/o en las que se necesita oxígeno terapia. El perfil de pacientes cambió respecto a la primera ola. Necesitan más camas de UTI porque se está notando el efecto de vacunación en mayores y que las nuevas variantes infectan más a las personas menores de 60 años. Es imprescindible tener disponibilidad de oxígeno y de medicación sedativa, que se utiliza cuando los pacientes necesitan un respirador”, agregó Cámera.
Y concluyó: “Yo estimo que a finales del mes de mayo, la ocupación de las camas de UTI va a disminuir, coincidiendo con la baja de contagios. Los picos de casos van primero, luego viene el pico de internación, luego el pico de camas UTI ocupadas y el pico de fallecidos. Ahora estamos en el pico de casos. Es importante seguir manteniendo las medidas de cuidados, como uso de barbijos y distanciamiento para que bajen los casos y no haga una meseta”.
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