Las carreras de trail, las carreras de sendero, las carreras de aventura son aquellas que se corren en la naturaleza. Tienen una variación de terreno permanente y ese es justamente su secreto y su encanto. A diferencia de las carreras de calle, las carreras de trail son menos estresantes con respecto al ritmo en cada kilómetro, el reloj no importa tanto porque la velocidad está marcada por la clase de terreno en el que se corre.
Se pueden desarrollar en la montaña, pero también se pueden correr en la playa, por dunas, puede haber barro, césped, se puede cruzar un pequeño arroyo… siempre cambiante, siempre sorprendente. El paisaje es el corazón mismo de estas carreras, la naturaleza es el marco privilegiado en el cual se desarrollan.
Hace unas semanas se corrió Patagonia Run, una carrera que reúne todo lo que acabamos de mencionar. En una sola organización se comparten todas las distancias habituales del trail run. Para los más novatos tiene 10 Km, para los que pueden ir más y quieren ir rápido 21 Km, 42, 70, 110 y la ultramaratón en su máxima expresión que son los 160 Km. Se puede ver en cada distancia los diferentes tipos de corredores.
Los que corren 70, 110, 160 saben que se trata casi de un deporte distinto. Sigue siendo trail, pero requiere una logística y una preparación física y mental muy diferente a las de las distancias más cortas. Hay que cuidar la alimentación de manera estudiada, recordemos que se trata de estar casi un día, o más de un día, corriendo una carrera. Comer es muy importante. Muchos abandonan no porque el cuerpo no les rinde sino porque la alimentación no les funciona. Llegar a punto a estas carreras requiere un entrenamiento muy exigente que necesita una agenda también difícil de organizar. Pero todas las distancias se unen en algo: el amor por correr en la naturaleza.
Aquel que se quiera acercar a una carrera de trail tiene que empezar por las distancias más cortas. Y hasta que no domine esas distancias cortas, no debería pasar a la siguiente. Al que le cuesta demasiado una carrera de 10 Km, no debería pasar a una carrera más larga. Hay que tener paciencia y aprender a correr. La mayoría de los participantes nunca va a correr una ultramaratón, pero muchos pueden correr 21 Km sin muchos problemas. Si esa distancia resulta controlable, se puede pensar en la siguiente. Pero recordando siempre que no solo hay que pensar en trail a partir de la distancia, sino también en la dificultad del terreno y el desnivel del recorrido.
No hay nada más efectivo para combatir el estrés que correr carreras de aventura. Hacen bien al espíritu, a la cabeza, al cuerpo. Son exigentes, eso sí. Las piernas tienen que trabajar mucho cuando se sube y cuando se baja y son carreras que muchas veces son muy técnicas. Hay que entrenarlas bien, hay que calcular que el esfuerzo se hará sentir y debe distribuir bien la energía. El corredor tiene que redoblar la concentración, prepararse para las bajadas, saber que si se desconcentra se puede caer. El resto se hace solo. Simplemente saber donde se pisa, llevar el ritmo que uno pueda llevar y disfrutar de la naturaleza, disfrutar del paisaje. No todos los terrenos son iguales. Patagonia Run, para dar el ejemplo más reciente, tiene montaña, senderos de tierra muy corribles, pero también ascensos complejos y bajadas que requieren experiencia y habilidad por parte de los corredores.
En las carreras de aventura el participante debe prestar atención al recorrido total. Lo ideal es escuchar la charla técnica previa a la carrera. Saber dónde están los puestos de abastecimiento, estar al tanto de lo que nos vamos a cruzar. El equipo que se lleva es muy importante. Los novatos llevan cosas de más, pero mejor que sobre y aprender, que sentir que nos falta algo en la carrera. Salvo los desafíos más brutales, en general las carreras de trail para aficionados están bien señalizadas. Aun así, el cansancio y la distracción nos pueden jugar una mala pasada. A estar atento a las marcas.
En las carreras de trail generalmente no hay público. Solo en el comienzo, al final y en algún puesto, pero nada más. Dependiendo del estilo de carrera, la distancia y la velocidad del corredor, estas competencias son más solitarias que las de calle. Hay momentos mágicos en los que un corredor está solo en medio de la inmensidad del paisaje. Es conmovedor y genera una enorme humildad.
Son competencias felices, como mucha camaradería, llenas de historias para contar. No es ni mejor ni peor que correr en la calle, simplemente es distinto. Quien nunca haya corrido una de estas carreras, ya mismo le recomiendo que lo haga. Son divertidas, son exigentes sin ser agobiantes, son bellas y espectaculares. Son inolvidables. Por algo les llaman carreras de aventura.
*Santiago García es maratonista, autor de los libros “Aprender a correr y Correr para vivir, vivir para correr”. Completó la Six World Marathon Majors dos veces. En Instagram: @sangarciacorre
Realización: Thomas Khazki / Edición de video: Mariano Llanes
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