Las prolongadas cuarentenas, las restricciones a salidas al aire libre, la angustia, el miedo y la incertidumbre que vivió el mundo durante todo 2020 y parte de este caótico 2021 por la pandemia de COVID-19, generó un aumento del consumo de tabaco en los habituales fumadores, pese a las innumerables advertencias de los expertos sobre el riesgo que implica fumar y contraer el nuevo coronavirus.
Así lo afirman 2 estudios internacionales y uno realizado en Argentina, en donde el 35,6% informó estar comiendo de más y el 41,5%, realizar menos actividad física que antes.
Según los resultados de un relevamiento nacional realizado a mediados de 2020 por la Consultora Julio Aurelio-ARESCO, a pedido del Centro de Investigaciones de Enfermedades No Transmisibles (CIENTA), 4 de cada 10 fumadores (41,6%) reconocieron estar fumando más que de costumbre durante la cuarentena. El trabajo, denominado “Estudio de Opinión sobre hábitos y tabaquismo en tiempos de cuarentena”, incluyó la participación telefónica de 3.418 individuos mayores de 16 años de todo el país durante el mes de junio del año pasado.
Del total de encuestados, se observó que el 20,8% fumaba, de los cuales el 16,1% eran fumadores habituales y el 4,7% restante lo hacía “ocasionalmente”. La 4º Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del Ministerio de Salud de la Nación (realizada en 2018 y presentada en 2019), muestra una prevalencia de tabaquismo del 22,2% en los mayores de 18 años.
Cabe destacar que de los fumadores solo un 30% intentó dejar de hacerlo, pero sin éxito, un 48.1% lo pensó, pero no lo intentó y un 14.5% ni siquiera lo intentó.
Si bien la pandemia de COVID-19 ha obligado a muchos cambios en la sociedad, por el mismo el riesgo a contraer la enfermedad o llegar a padecer las complicaciones asociadas a la misma, los fumadores parecen no tomar nota de esto. En España, por ejemplo, el hábito de fumar hoy atrapa a casi uno de cada tres personas (27,7%).
Según datos de la encuesta OEDA-COVID 2020, elaborada por el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, dependiente del Ministerio de Sanidad.
“En este último año un 2,6% de los fumadores lo ha dejado por completo, mientras que un 8,1% ha disminuido su consumo de tabaco. En el polo opuesto tenemos que alrededor del 1,2% han empezado a fumar y un 5,7% fuman más cigarrillos diarios”, señaló al diario El País el doctor José Luis Díaz-Maroto Muñoz, responsable de Comunicación del Grupo de Tabaquismo de Semergen (Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria).
La encuesta, realizada en España entre 7.886 personas con edades comprendidas entre los 15 y los 64 años, revela otros datos interesantes. El primero es una sensible reducción en el hábito de fumar entre los menores de 24 años. No se apuntan las posibles causas, pero permanecer más tiempo bajo el techo paterno debido a los confinamientos y toques de queda, así como la práctica desaparición del ocio nocturno, podrían explicar por qué el tabaco acusa una caída más notable entre los más jóvenes. A la vez, el consumo de cigarrillos electrónicos también cae: del total de fumadores, un 3,5% fumaba cigarrillos electrónicos antes de la pandemia; a finales de 2020, era solo el 2,3%.
En un estudio internacional reciente sobre la relación entre COVID-19 y el consumo de tabaco, se exploró los cambios en los patrones de consumo de tabaco durante la pandemia por coronavirus y sus correlatos entre los adultos mayores en Bangladesh. Este estudio transversal fue realizado entre 1032 adultos mayores de 60 años a través de entrevistas telefónicas en octubre de 2020. Las características de los participantes y la información relacionada con COVID-19 se recopilaron mediante un cuestionario semiestructurado previamente probado. Se preguntó a los participantes si notaban algún cambio en su patrones de consumo de tabaco (fumar o tabaco sin humo) durante la pandemia de COVID-19 en comparación con prepandémica (6 meses antes de la encuesta).
Casi la mitad de los participantes (45,6%) estaban al día consumidores de tabaco, de los cuales el 15,9% informó un aumento en el consumo de tabaco durante la pandemia de COVID-19 y todos los demás no tuvieron cambios en sus patrones de consumo de tabaco.
El consumo de tabaco aumentó significativamente entre los participantes de las zonas rurales, que habían reducido las comunicaciones durante COVID-19 en comparación con prepandémica. El estudio reveló que ninguno de los participantes comenzó a consumir tabaco durante esta pandemia, y ningún fumador actual informó una disminución en su consumo de tabaco. Sin embargo, el 15,9% de los participantes informaron que su consumo de tabaco había aumentado durante COVID-19.
El tabaquismo aumentó entre el 13,5% de los participantes que eran fumadores actuales, mientras que el uso de productos SLT aumentó entre el 15,2% de los usuarios actuales de SLT. No se observó una diferencia significativa entre los participantes masculinos y femeninos en términos de aumento del consumo de tabaco durante COVID-19.
Efectos dañinos en el cuerpo
Aunque en muchas personas la infección causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 es asintomática, alrededor del 20% desarrollan la enfermedad COVID-19 sintomático y en algunas personas de éstas hay directamente una afectación pulmonar progresiva con insuficiencia respiratoria y consecuencias sistémicas generalizadas que tienen a futuro mal pronóstico.
Así, el riesgo de complicaciones graves, con su consecuente internación en unidades de cuidados intensivos (UCI) es mayor en las personas adultas de más de 60 años y en las que padecen enfermedades crónicas, como enfermedades cardiovasculares, diabetes y EPOC.
En un nuevo estudio científico, investigadores británicos y estadounidenses confirmaron que el tabaquismo es un factor de riesgo significativo para las infecciones virales y bacterianas del sistema respiratorio, y los fumadores tienen cinco veces más probabilidades de desarrollar influenza y dos veces más probabilidades de tener neumonía, por lo que definitivamente es un importante factor de empeoramiento en SARS-CoV-2.
Los datos se recopilaron de millones de británicos a través de la aplicación ZOE del King’s College London. Los hallazgos, publicados en la revista Thorax del BMJ, determinaron en la investigación, proporciona la primera evidencia concluyente, basada en datos del mundo real, que fumar duplica el riesgo de desarrollar un caso grave de coronavirus y necesitar hospitalización.
La investigación encontró que los fumadores tienen un 14 por ciento más de probabilidades de tener los tres síntomas principales del coronavirus: fiebre, tos persistente y dificultad para respirar. Pero los fumadores también tienen un 50 por ciento más de riesgo de desarrollar más de diez síntomas a la vez, que incluyen tos, fiebre, pérdida del olfato, pérdida del apetito, diarrea, fatiga, confusión o dolor muscular, que las personas que no fuman.
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