Mucho se habló en el último tiempo acerca de cómo la llamada Generación Y (o millennials), integrada por aquellas personas nacidas a partir de 1980 y hasta mediados de la década posterior, impulsaban nuevas reglas en el mercado laboral. Sin embargo, esta generación y su antecesora, la X (que se utiliza para denominar a los nacidos entre 1965 y 1979, aproximadamente), ahora vuelven a ser noticia. Esta vez, por un tema vinculado a la salud.
Al parecer, las generaciones X e Y muestran un preocupante deterioro de la salud, tanto física como mental, en comparación con la sus padres y abuelos cuando tenían la misma edad, revela un estudio reciente realizado en los Estados Unidos.
Para su asombro, los investigadores encontraron que los miembros de estas generaciones muestran niveles más altos de hábitos no saludables, como el consumo de alcohol y el tabaquismo, así como mayor depresión y ansiedad.
Los resultados de la investigación sugieren la probabilidad de niveles más altos de enfermedades y más muertes en las generaciones más jóvenes de lo que se ha visto en el pasado, sostuvo Hui Zheng, autor principal del estudio y profesor de sociología en la Universidad de Ohio.
La investigación, titulada “¿Están empeorando las cohortes recientes? Tendencias en el estado fisiológico, la salud mental y los comportamientos de salud de los adultos de EEUU. En un siglo de cohortes de nacimiento”, que fue llevada adelante por Zheng y Paola Echave, una estudiante de posgrado en sociología en el estado de Ohio, se publicó el 18 de marzo en el American Journal of Epidemiology.
“El empeoramiento de los perfiles de salud que encontramos en la Generación X y la Generación Y es alarmante”, alertó Zheng.
“Si no encontramos una manera de frenar esta tendencia, potencialmente veremos una expansión de las tasas de morbilidad y mortalidad en los Estados Unidos a medida que estas generaciones envejezcan”, agregó.
Los investigadores utilizaron datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición 1988-2016 (62.833 encuestados) y la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud 1997-2018 (625.221 encuestados), ambas realizadas por el Centro Nacional de Estadísticas de Salud de los Estados Unidos.
Para medir la salud física, los investigadores utilizaron ocho marcadores de una condición llamada síndrome metabólico, una constelación de factores de riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, enfermedades renales y diabetes. Algunos de los marcadores incluyen datos como la circunferencia de la cintura, la presión arterial, el nivel de colesterol y el índice de masa corporal (IMC). También utilizaron un marcador de inflamación crónica, albúmina urinaria baja y un marcador adicional de función renal, el aclaramiento de creatinina.
Zheng y Echave encontraron que las medidas de salud física vienen empeorando desde los baby boomers (los nacidos entre 1946 y 1964) hasta la Generación X y la Y. Para las personas caucásicas, tanto hombres como mujeres, los aumentos en el síndrome metabólico fueron el principal culpable, mientras que los incrementos en la inflamación crónica se observaron más en los afroamericanos, particularmente en los hombres, detalló un comunicado publicado desde la Universidad de Ohio.
“No fueron solo los marcadores de salud generales los que preocupaban a algunos miembros de las generaciones más jóvenes”, agregó Zheng.
Los resultados mostraron también que los niveles de ansiedad y depresión también se incrementaron para cada generación de personas blancas desde los war babies (nacidos entre 1943-45) hasta la Generación Y.
Y, si bien los niveles de estos dos indicadores de salud mental aumentaron también para los afroamericanos, durante los primeros baby boomers, la tasa ha sido en general plana desde entonces.
Los hábitos cotidianos y su impacto en la salud también preocupan. Es que, según la investigación, la probabilidad de beber en exceso viene en aumento a lo largo de las generaciones para los hombres, especialmente después de fin de la Generación X.
Los investigadores descubrieron que la obesidad podría ayudar a explicar el aumento del síndrome metabólico, pero no los incrementos observados en la inflamación crónica.
Tanto para personas caucásicas como para afroamericanos, la probabilidad de consumir drogas ilegales alcanzó su punto máximo en los últimos boomers, luego disminuyó y después volvió a aumentar para los últimos de la Generación X. Para los hispanos, en tanto, esta conducta viene en aumento desde los primeros baby boomers.
Zheng dijo que estos resultados pueden ser solo una advertencia temprana de lo que está por venir. “Las personas de la Generación X y la Generación Y son todavía relativamente jóvenes, por lo que es posible que estemos subestimando sus problemas de salud”, comentó. “Cuando envejezcan y las enfermedades crónicas se vuelvan más frecuentes, tendremos una mejor visión de su estado de salud”.
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