Los resultados publicados ayer en The Lancet respecto a la efectividad de la vacuna contra COVID-19 de la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca, han despertado señalamientos en la comunidad científica inglesa, que ha adelantado que la vacuna podría dejar una gran proporción de británicos “desprotegidos”. Los datos divulgados este martes por la prestigiosa revista científica reflejan que aún no se ha podido corroborar la alta eficacia que se dio a conocer en los últimos ensayos publicados.
Oxford y AstraZeneca habían adelantado en noviembre que la tasa de efectividad de su candidata lograba el 90 por ciento, en las personas que habían recibido un primera media dosis, seguida de una completa. Los mismos ensayos daban cuenta que cuando se inoculaba el tratamiento completo, es decir dos dosis enteras, la capacidad de inmunidad se reducía al 62 por ciento, dejando a esta cantidad en desventaja de los resultados en fase 3 de su competidoras de Pfizer y Moderna. Para los científicos británicos, la información dada a conocer hace dificultoso que la MHRA, Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios del Reino Unido, pueda autorizar el régimen de media dosis, es decir aquella que habría demostrado mayor protección contra el SARS-CoV-2.
Si bien el país británico ha comenzado desde hoy a utilizar la vacuna de Pfizer y BioNtech, el gobierno inglés depositaba las mayores esperanzas en la droga de desarrollo local, debido a las condiciones ventajosas que hasta ahora se habían adelantado. De hecho los datos de Oxford, al igual que la autorización de la vacuna estadounidense y alemán, están siendo estudiados mediante un proceso regulatorio conocido como “revisión continua”, y se esperaba tenga aprobación de urgencia antes de Navidad.
El informe que se presenta en The Lancet proporciona solo una “sugerencia” para un uso de media dosis, por lo cual una autorización requeriría de mayores ensayos como lo explican expertos, al tabloide The Telegraph. Según Simon Clarke, profesor asociado de microbiología celular de la Universidad de Reading, “el informe sobre el ensayo exitoso de Oxford / AstraZeneca presenta a los reguladores una especie de dilema. Por otro lado, las dudas también se expresan frente a la falta de certezas sobre la efectividad en personas mayores de 55 años. Los científicos británicos, al ser consultados sobre los nuevos resultados, manifestaron su inquietud sobre el “dilema” para el regulador inglés, de permitir el uso de una aplicación de dosis baja o autorizar que se use en personas mayores.
Para Clarke, “desafortunadamente, esta cohorte fue relativamente pequeña, lo que redujo la confiabilidad de los hallazgos; además, no contenía participantes mayores (de 55 años o más) y sigue siendo posible que si los reguladores permitieran que la vacuna se usara de esta manera, la mayoría el grupo en riesgo puede no estar protegido “. Otro especialista consultado, Julian Tang, virólogo clínico honorario, ciencias respiratorias, Universidad de Leicester, agregó que “una menor eficacia de la vacuna corre el riesgo de dejar una gran proporción potencialmente desprotegida a pesar de estar vacunada.
“Aquellos que han sido vacunados y piensan que son inmunes pueden comportarse con mayor libertad, lo que puede servir para propagar más el virus si se infectan. Para el grupo de investigadores de la Universidad de Oxford, en el encuentro informativo por los resultados divulgados, se aguarda que el MHRA, la reguladora de medicamentos del Reino Unido, emita con estos datos una decisión favorable en los próximos días.
Preguntas pendientes
Con estas dudas ¿se aprobará el régimen de dosis completa? ¿Para qué edades se haría según las dosis? Andrew Pollard, director del Oxford Vaccine Group, pareció sugerir que no sería suficiente por sí solo para controlar la pandemia y que se necesitarían otras vacunas. “Creo que lo que necesitamos son vacunas en los brazos de las personas y personalmente creo que debemos ser completamente independientes sobre qué vacuna usamos, porque queremos múltiples vacunas, lo antes posible.
Mene Pangalos de AstraZeneca también dijo que creía que incluso una vacuna con una eficacia del 62 por ciento sería útil para prevenir el COVID grave y la muerte: “Creo que una vacuna del 62 por ciento, que es el mínimo que hemos demostrado, sigue siendo una vacuna viable y eficaz. La profesora Sarah Gilbert, profesora de vacunación en la Universidad de Oxford, concluyó: “Esperamos que esta vacuna esté en uso en breve para comenzar a salvar vidas”.
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