Después de un año de temor, angustias, aislamientos y restricción en general por convivir con el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 que genera la enfermedad COVID-19 y que se convirtió en pandemia, aparece la luz al final del túnel de la mano de la ciencia, con la llegada de las vacunas producidas en tiempo récord por parte de varios laboratorios y que espera la aprobación de distintos entes sanitarios reguladores en todo el mundo, como la aprobación que hoy alcanzó la inoculación de Pfizer/BioNTech en Reino Unido.
Entonces, llega el tiempo de más preguntas de cara al futuro de la humanidad de la mano de las vacunas que están llegando. ¿Cuando nos vacunemos podremos retomar la vida normal? ¿Qué es la nueva normalidad? ¿Se aplicará en 2021 o continuará por muchos años, como nos acompaña la gripe común? ¿Qué implica la llegada de la vacuna? ¿Las personas vacunadas seguirán siendo contagiosas?
Para despejar un poco las dudas y clarificar cómo nos comportaremos para transitar lo que podría ser el fin de esta pandemia que nos atravesó durante todo el año, Infobae consultó a varios epidemiólogos reconocidos que explicaron qué significa la llegada de varias vacunas y qué nueva normalidad transitaremos a partir de la vacunación masiva de personas.
El virus, por sus propias características, necesita trasladarse a distintos organismos para sobrevivir, por eso las medidas de autoaislamiento y cuarentena funcionaron en forma efectiva mientras se aplicaron deteniendo el proceso de contagio y expansión. Pero ahora llegó la hora de las vacunas como herramienta efectiva para combatirlo y hasta, posiblemente, derrotarlo y eliminarlo.
“La llegada de la vacuna no significa un regreso a la normalidad. Hay que analizar cuántas vacunas se van a disponer, a qué grupos irá dirigida, cuál es la eficacia de esa o esas vacunas, la duración de la protección, si protege contra la infección o eventos más graves, etc. Son un grupo de factores que hay que considerar, pero es seguro que disponer por ejemplo en una fecha determinada de la vacuna no va a significar el inmediato regreso a la normalidad”, manifestó consultado por este medio Pablo Bonvehí, médico infectólogo (MN: 62.648), jefe de la Sección Infectología y Control de Infecciones del CEMIC, que coincidió con su par británico David Salisbury del Imperial College de Londres, ex director de inmunización del Departamento de Salud, que afirmó: “Incluso una vez descubierta, fabricada y distribuida, una vacuna no eliminará el virus de inmediato”.
La doctora Ángela Gentile, jefa de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y asesora del Gobierno durante la pandemia, precisó: “Muchos de los protocolos aplicados hoy cambiarán cuando tengamos una vacuna, que podría estar disponible próximamente. Hasta la llegada de una vacuna que demuestre seguridad, efectividad y durabilidad de la protección, hay que seguir trabajando para prevenir los contagios. Igualmente, una vez que el nuevo coronavirus sea controlado con una vacuna, estimo que algunas normativas sanitarias van a continuar, como lo es la limpieza en general, la higiene con el lavado de manos, toser y estornudar en el pliegue interno del antebrazo, que ayuda a prevenir la infección de otros virus respiratorios que también se transmiten por gotículas y por contacto”.
En ese sentido, el médico infectólogo Ricardo Teijeiro recordó que aprendimos algunas cosas durante esta pandemia, que nos hicieron dar cuenta de que las precauciones que tenemos para no contagiarnos de COVID-19 también nos protegen de una gripe, neumonía o una bronquiolitis. “Si mantenemos estas lecciones aprendidas, especialmente en los inviernos que es el momento en que más circulan los virus, nos va a servir para prevenir más enfermedades respiratorias. Inclusive, habrá que revaluar si será necesario que todas las personas salgan a trabajar a la oficina, teniendo en cuenta que muchas personas valoran más o les resulta más conveniente trabajar desde la casa”, destacó el especialista.
“Es posible que una vacuna no sea suficiente por sí sola, pero es necesaria. Es la única forma probada de alcanzar la inmunidad colectiva. La inmunidad colectiva es el resultado de la inmunidad natural y la generada a partir de la vacuna. Con la llegada de una vacuna se va a apuntar a eso, hasta el punto de reducir la transmisión la mínimo posible”, explicó el doctor Edgardo Bottaro, médico infectólogo y coordinador médico de Helios Salud. “Antes de fin de año sabremos si algunas de las 11 vacunas que se encuentran actualmente en ensayos a gran escala realmente funcionan”, agregó.
¿Las personas vacunadas seguirán siendo contagiosas?
“Una persona vacunada no va a transmitir el virus. Opera como con cualquier otra vacuna. Para transmitirlo a otros, primero lo tengo que incorporar a mi organismo y desarrollar la infección. Pero si estoy vacunado, eso no va a ser posible”, destacó el infectólogo Lautaro de Vedia, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI). Por su parte, el médico infectólogo Eduardo López aseguró que “uno espera que la vacuna evite que el virus sea eliminado en la puerta de entrada, pero hoy por hoy no hay datos publicados sobre su eficacia a la hora de no infectar, pero lo más probable es que no contagien”.
El ministro de Salud, Ginés González García, garantizó que las vacunas contra el coronavirus que se traerán al país habrán pasado “todas las pruebas de eficiencia y seguridad”, ratificó que “no será obligatoria” su aplicación y dijo que para llevar adelante un proceso de vacunación masiva se evalúa utilizar el padrón electoral. Si bien reconoció que “es muy difícil hablar de tiempos, más allá de las ganas que tenemos”, consideró que en enero próximo “es posible que podamos empezar a vacunar a los grupos de riesgo, en la medida en que las distintas vacunas pasen con éxito la Fase 3″. En esa línea, destacó que la vacuna Sputnik V y la de Pfizer adelantaron que podrán entregar dosis a la Argentina para diciembre. Y con respecto a la vacuna de AstraZeneca, informó que “llegaría una primera tanda en febrero, y otra en marzo”.
En cuanto a la seguridad y efectividad de las dosis compradas por el Gobierno, dijo: “Vamos a garantizar que las vacunas que apliquemos a los argentinos hayan pasado todas las pruebas de eficiencia y seguridad, en eso hay que estar tranquilos”. En relación a la estrategia sanitaria que traerá la vacuna, apuntó que “primero, se trata de bajar bruscamente la mortalidad, y en segundo lugar que se detenga la circulación del virus y se vaya diluyendo la epidemia y la pandemia”. De ese modo, advirtió que se necesita evitar aquí “los importantes rebrotes que están ocurriendo en Europa, y en eso la vacuna será de vital importancia”.
“Las primeras vacunas seguramente estarán dirigidas a los grupos de riesgo de complicaciones (adultos mayores, por ejemplo) y personal con alta exposición como el personal de salud, de seguridad, etc. Cuando se conozcan datos de eficacia de las vacunas que se encuentran en fases avanzadas de desarrollo, sabremos mejor que es lo que previenen, pero, en primer lugar, seguramente la enfermedad de COVID-19 con sus manifestaciones clínicas habituales”, indicó Bonvehí. Todo parece indicar que el distanciamiento social, el uso del tapabocas y la higiene de manos se quedarán por un largo tiempo entre la población, ya que, a pesar de que la vacuna se apruebe en un corto plazo, la distribución de las candidatas llevará un tiempo largo.
De hecho, el presidente y director ejecutivo de Pfizer, una de las principales candidatas, explicó en el marco de la cumbre STAT 2020 que, lejos de terminar con el COVID-19, este es sólo el comienzo: “Estoy muy feliz porque demostramos que la vacuna funciona y que este es un paso muy importante. Para luchar contra el nuevo coronavirus se necesita la mayor eficacia y la mayor velocidad. Nosotros hicimos las dos cosas, pero la gente debe saber que la demanda será demasiada desde el día uno, por eso es vital que no se relajen sino que deben seguir con las instrucciones: las más importantes son usar una máscara y seguir con el distanciamiento social”.
“Las vacunas se darán escalonadamente, lo que significa es que no será mucha la inmunidad colectiva al comienzo, ya que se vacunará a personas de riesgo, personal de salud y pacientes con una enfermedad de base. Si sumamos todo el conjunto eso toma un porcentaje de la población que debe ir del 10% al 20%”, explicó Gentile. En la misma línea, De Vedia explicó que lo más probable es que al principio de la vacunación no haya vacunas para toda la población: “No es que en una semana para la otra vamos a estar todos vacunados, hay que entender que esto será de forma escalonada ya que es un proceso muy largo”.
En este sentido, para la especialista esto no es una despedida ni de los barbijos ni de la distancia social: “Debemos seguir con los protocolos a pesar de arrancar con la vacunación ya que, a medida que se vaya conociendo más información sobre las vacunas, más sabremos sobre la eficacia y si son útiles para prevenir la transmisión de la enfermedad y de a poco estaremos mejor, pero no podemos dejar de lado todo lo que hemos aprendido”.
SEGUÍ LEYENDO: