Los visones, esos pequeños mamíferos que viven en estado salvaje pero que también son criados por su valioso pelaje, son los únicos animales conocidos hasta ahora que pueden infectarse por coronavirus y luego contagiar al hombre.
En abril se registró en Holanda el primer caso de un visón contagiado por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 y luego un caso de recontagio de un trabajador agrícola, según publicó el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC). “Se estableció entonces que la transmisión de humanos a visones y de visones a humanos era posible”, indicó la agencia europea en un informe reciente.
Desde entonces se detectaron contagios en granjas de varios países (Estados Unidos, Italia, España, Suecia, Francia). En Dinamarca, principal exportador mundial de pieles de visón y el país más afectado, hubo contagios en más de 280 criaderos, donde se practicó la eutanasia a más de 15 millones de animales.
Algunos animales, como los gatos, pueden contraer el coronavirus pero se les considera “callejones sin salida” epidemiológicos, que no pueden luego contagiar a los humanos. En el caso del visón, según la agencia francesa de seguridad sanitaria (Anses), el contagio a humanos “está probablemente vinculado al contexto de alta presión viral debido a la alta densidad de la población animal en esas granjas”. También se registraron 373 casos de humanos contagiados por coronavirus mutado procedente del visón.
La agencia de salud de Suecia dijo esta semana que varias personas que trabajan en la industria del visón habían dado positivo por coronavirus. Las autoridades están analizando el virus de las personas y los animales infectados para ver si existe un vínculo entre las cepas, dijo la agencia de salud en un comunicado, en el que no especificó cuántas personas se habían infectado.
¿Riesgo para los humanos?
Los casos de reinfección de humanos a través del visón no muestran ningún aumento en la peligrosidad o de la capacidad de contagio del virus, según indicó el ECDC, pero ello no quita la preocupación de las autoridades sanitarias mundiales que afirman que todavía es muy pronto para saber si el virus puede mutar a una cepa más agresiva y mortífera.
Por ello, los científicos piden vigilar la constitución de ese “reservorio animal” que favorecería la propagación, o incluso la mutación, del virus. Es por eso, que los gobiernos de la mayoría de los países afectados están sacrificando los criaderos con animales enfermos. En agosto, Holanda decidió sacrificar todos sus visones como medida de precaución y Dinamarca lo hizo unas semanas más tarde. Irlanda decidió por su parte sacrificar sus animales aunque no hubiera casos positivos.
¿Qué pasó en Dinamarca?
Los virus de tipo ARN, como el coronavirus que apareció en China en 2019, están en constante mutación aunque ello no tenga necesariamente consecuencias significativas. Sin embargo, a principios de noviembre, la autoridad sanitaria danesa, Statens Serum Institut (SSI), identificó una cepa específica a los visones, llamada “Cluster 5”, detectada luego en 12 humanos que ya se recuperaron.
Esta cepa tiene una mutación en la proteína que permite al virus entrar en una célula, lo que hace temer una reducción de la respuesta inmunológica y, por tanto, de la eficacia de las futuras vacunas. El gobierno danés, que ya había lanzado una campaña de sacrificio selectivo, anunció la erradicación de los entre 15 y 17 millones de visones del país.
También pidió a los 280.000 habitantes de las localidades afectadas por casos en humanos de “Cluster 5” que no abandonen la zona. Pero desde entonces no se detectaron nuevos casos y Dinamarca juzgó el miércoles que la cepa estaba “muy probablemente extinta”.
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, afirmó que una versión mutada del SARS-CoV-2 podría amenazar la eficacia de una futura vacuna, después de que este virus fuera transmitido por esos animales a 12 personas.
“Los resultados preliminares indicaron que esta variante particular asociada al visón presenta una sensibilidad moderadamente reducida a los anticuerpos neutralizantes”, afirmó en un comunicado la Organización Mundial de la Salud (OMS). “Aunque se piensa que el virus está ancestralmente asociado a los murciélagos, el origen del virus y, el o los transmisores intermediarios, del SARS-CoV-2 no han sido aún identificados”, recordó la OMS.
Los científicos son muy prudentes sobre la amenaza que esta mutación podría suponer para las vacunas. Según los datos daneses, la cepa “Cluster 5” tiene un “impacto potencial en la inmunidad a través de los anticuerpos” pero esto “debe ser confirmado antes de llegar a ninguna conclusión”, dijo el ECDC. En Dinamarca se detectaron otras mutaciones de coronavirus del visón pero no se consideran problemáticas y los nuevos casos están disminuyendo drásticamente.
Un sector debilitado
La eliminación completa de los criaderos, como en Holanda y Dinamarca, amenaza la recuperación de este sector económico porque se necesitan más de diez años para recuperar la calidad de las pieles. Incluso antes del virus, la cría de visones sufría cada vez más críticas de la industria peletera. Varios países han prohibido su cría y grandes marcas de lujo, como Chanel o Gucci están renunciando a las pieles, lo que hace caer los precios.
“En realidad, el sector del visón no ha sido rentable desde hace años”, dijo Joh Vinding, director de la ONG de protección de los animales Anima. Según el instituto de estadística, las exportaciones de pieles de visón de Dinamarca cayeron un 63% entre 2013 y 2019, hasta 4.900 millones de coronas (780 millones de dólares). La mayor parte del mercado (abrigos, pieles, collares) se concentra en Asia, especialmente en China, donde se originó la pandemia por COVID-19.
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