Esta semana, científicos de Hong Kong comprobaron el primer caso de reinfección por coronavirus que causa la enfermedad COVID-19, con datos respaldados por secuencias genéticas de los dos episodios de infecciones que tuvo un hombre de 33 años en marzo y agosto de 2020.
El paciente fue dado de alta tras curarse del virus en abril pero a principios de este mes volvió a dar positivo en las pruebas después de regresar desde España. En un primer momento se pensó que el hombre podría ser un “portador persistente” del SARS-CoV-2 y que lo mantenía en su organismo desde su anterior padecimiento, pero investigadores de la Universidad de Hong Kong comprobaron que las secuencias genéticas de las cepas del virus que contrajo el hombre en abril y en agosto son “claramente distintas”.
“Muchos creen que los pacientes recuperados de la COVID-19 tienen inmunidad contra las reinfecciones debido a que la mayoría desarrollaron una respuesta basada en anticuerpos neutralizantes en suero”, apunta el estudio de la Universidad de Hong Kong.
Los investigadores recuerdan que “hay pruebas de que algunos pacientes tienen niveles decrecientes de anticuerpos pasados unos pocos meses, por lo que este nuevo coronavirus podría persistir entre la población humana, como es el caso de otros coronavirus humanos comunes asociados a los resfriados, incluso a pesar de que los pacientes hayan conseguido inmunidad a través de una infección natural”.
El estudio ha sido aceptado por el diario médico Clinical Infectious Diseases (Enfermedades infecciosas clínicas, en español), publicado por la universidad británica de Oxford, que en sus conclusiones determina: “Los análisis epidemiológicos, clínicos, serológicos y genómicos confirmaron que el paciente tenía una reinfección en lugar de una diseminación viral persistente de la primera infección. Nuestros resultados sugieren que el SARS-CoV-2 puede continuar circulando entre las poblaciones humanas a pesar de la inmunidad colectiva debido a la infección natural o la vacunación. Estudios adicionales de pacientes con reinfección arrojarán luz sobre correlatos protectores importantes para el diseño de vacunas”.
Tras esa noticia, más casos de reinfección fueron reportados en otros lugares del mundo, como en Holanda y Bélgica. Estos tres casos despertaron la preocupación de millones de personas e incrementó las dudas que tienen los científicos de este nuevo virus que, a casi 9 meses de su aparición, los continúa sorprendiendo. Casi nueve meses después de la primera infección con el nuevo coronavirus, los investigadores se preguntan si estos 3 casos detectados solo son algo excepcional entre los 24 millones de contagios en el planeta o pueden comenzar a marcar una tendencia de la pérdida de a la inmunidad frente al virus.
A partir de estos estudios presentados, los virólogos entienden que la reinfección con coronavirus podría ser común y los inmunólogos están trabajando arduamente para determinar cuánto tiempo durarán las características de la inmunidad protectora en los pacientes recuperados. Pero muchos expertos pidieron cautela y más estudios científicos que respalden estos pocos casos.
“Los tres casos de reinfección por coronavirus descritos en Hong Kong, Holanda y Bélgica pueden ser la excepción que confirme la regla en una pandemia de estas dimensiones y, por ahora, no demuestran que se haya perdido la inmunidad”, explicó la doctora Carmen Cámara, secretaria de la Sociedad Española de Inmunología (SEI).
En la misma línea, el doctor Jeffrey Shaman, epidemiólogo de la Universidad de Columbia en Nueva York sostuvo: “Tenemos más de 20 millones de casos documentados hasta ahora de infección, pero el hecho de que uno de ellos en este momento haya sido reinfectado no debería causar una alarma indebida hasta el momento. Sin embargo, sigue siendo muy, muy preocupante, y esto no hace nada para disipar eso, que podamos estar sujetos a una infección repetida con este virus”, añadió el experto.
¿Cómo puede volverse inmune al COVID-19?
La respuesta del cuerpo humano a una infección se desarrolla en dos partes. Primero, una respuesta inmune innata, que libera sustancias químicas y glóbulos blancos que luchan contra un virus y lo destruyen. El segundo es una respuesta inmune adaptativa que, junto con otros efectos, produce anticuerpos dirigidos que pueden adherirse a un virus y detenerlo. Si este último es lo suficientemente fuerte, puede crear una respuesta duradera a la infección que proporcionará protección futura al sujeto.
Aquellos con las infecciones más fuertes crean la respuesta inmune más fuerte. Como los estudios sugieren cada vez más que la mayoría de las personas que contraen COVID-19 tienen síntomas leves o no presentan síntomas, es posible que tengan una respuesta inmune deficiente cuando el virus ingrese a su sistema. Incluso si se desarrolla inmunidad, no está claro cuánto tiempo duraría ya que el COVID-19 no ha existido el tiempo suficiente, aunque otro coronavirus, el resfriado común, tiene una inmunidad de corta duración. Mientras que los anticuerpos de coronavirus más graves, como el SARS o el MERS, se han detectado en sujetos años después de la infección.
¿Pueden ayudar las pruebas?
Adrian Rabe, epidemiólogo del Imperial College de Londres, señala que los “casos de reinfección” de COVID-19 no son un “fenómeno establecido”. “Lo que sí tenemos son personas que dan positivo nuevamente después de supuestamente recuperarse del COVID-19. Y estudios recientes ahora muestran que estos son posiblemente pacientes a los que les quedan algunos fragmentos virales después de matarlos.
“Las pruebas positivas después de la recuperación pueden provenir de un falso negativo, y esto es especialmente cuando los pacientes aún presentan síntomas de COVID-19, pero los pacientes ya no tienen síntomas y vuelven a dar positivo, entonces es muy probable que se deba a las partículas virales restantes de un infección previa”.
Gran parte de la confusión en torno a la reinfección proviene de pruebas inadecuadas, los pacientes creen que se han librado del virus después de una prueba negativa y luego dan positivo o viceversa. “Las pruebas de anticuerpos anteriores han demostrado ser bastante inexactas, y casi el 30 por ciento son falsos positivos o falsos negativos”, explica Rabe. “En este momento, nos estamos acercando a minimizar ese error entre un cinco y un 10 por ciento. Así que las pruebas están mejorando”.
Las pruebas también pueden sufrir de hipersensibilidad, como en el caso de la prueba de reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa (RT-PCR), que mostrará una lectura positiva si detecta “incluso un fragmento de una partícula de ADN de COVID- 19 “, según Rabe.
Inmunidad frente al SARS-CoV-2
Respecto a estudios sobre inmunidad por el nuevo coronavirus, hay buenas noticias. Una nueva investigación del Instituto Karolinska y del Hospital Universitario Karolinska muestra que muchas personas con COVID-19 leve o asintomático exhiben la llamada inmunidad mediada por células T al nuevo coronavirus, incluso si no han dado positivo en la prueba de anticuerpos.
“Las células T son un tipo de glóbulos blancos que se especializan en reconocer las células infectadas por virus y son una parte esencial del sistema inmunitario”, explicó Marcus Buggert, profesor asistente del Centro de Medicina Infecciosa, Instituto Karolinska, y uno de los principales autores del artículo.
“Los análisis avanzados ahora nos han permitido mapear en detalle la respuesta de las células T durante y después de una infección por COVID-19. Nuestros resultados indican que aproximadamente el doble de personas han desarrollado inmunidad de células T en comparación con aquellas en las que podemos detectar anticuerpos”, agregó.
“Una observación interesante fue que no solo las personas con COVID-19 verificado mostraron inmunidad a las células T, sino también a muchos de sus familiares asintomáticos expuestos”, afirmó Soo Aleman, infectóloga en la institución. “Además, aproximadamente el 30 por ciento de los donantes de sangre que habían donado sangre en mayo de 2020 tenían células T específicas de COVID-19, una cifra que es mucho más alta que las pruebas de anticuerpos anteriores”, agregó.
La respuesta de las células T fue consistente con las mediciones tomadas después de la vacunación con vacunas aprobadas para otros virus. Los pacientes con COVID-19 grave a menudo desarrollaron una fuerte respuesta de células T y una respuesta de anticuerpos; en aquellos con síntomas más leves no siempre fue posible detectar una respuesta de anticuerpos, pero a pesar de esto, muchos todavía mostraron una respuesta marcada de células T.
Los expertos afirman que la lucha contra el COVID-19 podría ser mucho más fácil si los infectados desarrollan un nivel adecuado de inmunidad a través del desarrollo de anticuerpos. Por el contrario, si se confirman los casos de reinfección, la batalla para reprimir la enfermedad será mucho más difícil. Responder a las preguntas sobre la reinfección podría ser la clave para recuperar las libertades personales de aquellos que han desarrollado anticuerpos, para la apertura de las economías y, a largo plazo, podría contribuir a que las sociedades desarrollen la “inmunidad colectiva”.
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