En medicina antropológica, cuando dos o más epidemias actúan en forma simultánea en una población, con características sociales comunes, e interactúan entre sí a nivel biológico, psicológico y social, se las llama sindemia o epidemia sinérgica.
Hasta ahora, la teoría sindémica se había aplicado a problemas de salud con comorbilidades como por ejemplo la desnutrición, la obesidad o problemas cardiovasculares, entre muchas otras. Ello obliga a varios países a elaborar periódicamente marcos conceptuales para mejorar la comprensión de los factores de riesgo, a fin de implementar programas de prevención e intervención para abordar las comorbilidades.
Pero desde que el mundo conoció al nuevo coronavirus y a la enfermedad COVID-19 que genera, la teoría sindémica debió ser actualizada frente a la pandemia común que atraviesa a todos los países, en donde cada uno de éstos debe también hacer frente a los problemas sanitarios locales o regionales que sufren.
En el caso de Argentina, el brote del nuevo virus SARS-CoV-2 comenzó con el primer caso registrado el 3 de marzo, cuando la epidemia de dengue ya estaba circulando. Y también cuando enfermedades como el sarampión volvieron a ser noticia a raíz de la baja vacunación en la población experimentada en los últimos años.
El doctor Pablo Elmassian, médico infectólogo (MN 95.804) en Stamboulian Servicios de Salud, explicó a Infobae que más allá del COVID-19 hoy en el país hay otras enfermedades que coexisten y son un problema sanitario grave.
“En primer lugar, hay que estar informado y saber que existen varias enfermedades epidémicas graves. La población tiene que tomar conciencia de que son enfermedades que todavía no se han ido y están entre nosotros. Y sobre las que están circulando es importante tomar conocimiento de los síntomas de cada una de ellas para ir rápidamente a consultar al médico”, precisó Elmassian, que apuntó que “en Argentina estamos atravesando la pandemia del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, la del dengue que todavía está circulando fuerte, y también hay otras enfermedades como el sarampión o la tuberculosis que son preocupantes. Y eso que también falta, porque recién vamos a entrar en mayo, la gripe estacional o influenza común”.
Respecto a los cuidados y actuar de la comunidad médica, el especialista indicó que es importante que a los profesionales de la salud no se le pasen por alto todas estas enfermedades, conocer cuáles son las que están actuando y no dejar pasar por alto los diagnósticos y test para identificarlas correctamente a fin de comenzar a tratarlas.
“Tengo un paciente que me llamó preocupado porque había tenido fiebre mayor de 38 grados y dolor de garganta y tos. Pero como la fiebre alta le duró solo un día, en su cobertura privada de salud le dijeron que estaba en una zona gris y debía esperar para realizarle un test por COVID-19. Eso es una locura, porque minimizar los síntomas no es lo correcto. Lo que tienen que hacer es aislarlo y hacer el examen. Puede ser un paciente asintomático o con un cuadro leve que puede seguir contagiando”, remarcó con preocupación Elmassian.
“Y respecto al dengue es muy importante informar y educar a la gente los síntomas y explicarle que cuando le baja la temperatura, o tiene sangrado de encías, nariz o abdomen, la enfermedad se puede complicar. Hay que anticiparles a las personas lo que les puede suceder”, agregó.
El experto precisó que “es sumamente importante no desatender las enfermedades de base como alguna cardiovascular o la diabetes, por ejemplo, ya que son un factor de riesgo frente al COVID-19 y otras. Hay que alentar a la gente a seguir con los controles médicos de rutina o las diálisis que deben tener, indicándoles las precauciones a tomar cuando salen a la calle para concurrir al médico: utilizar barbijo, mantener una distancia social y no tocar nada o bien no llevarse las manos a la cara luego de tocar alguna superficie, hasta tanto lavemos las manos con agua y jabón o nos apliquemos alcohol en gel”.
“Meses atrás estábamos libres de sarampión, pero ahora eso cambió y hay registros de casos que no se detienen frente al coronavirus. El sarampión es una enfermedad mucho más contagiosa que el COVID-19 por vía respiratoria. Es curioso, pedimos vacunas contra el COVID-19 pero no utilizamos la que tenemos para el sarampión u otras. Respecto a la tuberculosis hoy tenemos un tratamiento y también la vacunación de vacuna BCG para bebés”, concluyó el especialista.
Roberto Debagg, médico infectólogo pediatra, coincidió con Elmassian y destacó que en el país hoy tenemos mayoritariamente dos epidemias en circulación en Argentina: COVID-19 y dengue.
“El tema es que son dos muy importantes que están circulando mucho y se pueden juntar con otras como el sarampión y la gripe estacional. El problema es que su coexistencia puede generar problemas para identificarlas y una persona puede tener varios síntomas y creer que padece algo que no tiene o no atender algo que sí sufre. Una prueba para COVID-19 tarda pocas horas. Pero el resultado de dengue positivo puede estar en 2 o 3 días. Además, la influenza o gripe común tiene síntomas parecidos al COVID-19 y va a generar mucha confusión cuando comience a circular a partir de mayo o junio”, alertó el experto.
Y agregó: “Nadie puede predecir qué va a pasar en este invierno. Además, se agregará la bronquiolitis, una enfermedad originada por el virus sincicial respiratorio que es la responsable de más del 30% de los casos de internación pediátrica en época invernal. Y constituye la primera causa de internación en menores de dos años. Estamos viviendo dos epidemias con COVID-19 y dengue y se pueden agregar otras dos enfermedades como bronquiolitis y gripe estacional”.
Miguel Carlos Sangiovanni, (M.N. 78.412) médico especialista en Hipertensión Arterial en DIM, Centros de Salud, afirmó a Infobae que el términos antropológico la Sindemia está asociada médicamente a las enfermedades no transmisibles. “Antiguamente el ser humano se moría de enfermedades transmisibles, como las infecciones, porque la medicina no estaba desarrollada y no había tratamientos médicos como los antibióticos o vacunas”.
“Hoy, el 70% de las patologías que tenemos son no transmisibles, como por ejemplo las enfermedades crónicas como la obesidad, diabetes, tabaquismo, hipertensión, adicciones, etc. Las enfermedades no trasmisibles influyen en un determinado contexto económico de una población. Y esas mismas enfermedades en personas con escasos ingresos, sin cobertura sanitaria y con un bajo nivel cultural, generan mayor angustia, estrés y depresión”, agregó Sangiovanni.
Y continuó: “Si yo tengo más acceso a la salud y al conocimiento voy a poder hacerle frente a distintas enfermedades. Y respecto al nuevo coronavirus esto impacta de manera clara y objetiva, ya que hoy no sólo una epidemia de una patología crónica no trasmisible se adecua a un marco económico, sino también la transmisible como el COVID-19 o el dengue”.
El experto resaltó que es importante destacar, aparte del aspecto socio económico de un país, su nivel cultural frente a una pandemia. “Un ejemplo claro son actualmente Estados Unidos y Nueva Zelanda. Dos países con un alto poder económico que abordaron al virus SARS-CoV-2 de manera distinta y con resultados diametralmente opuestos. Hoy EEUU está sufriendo una pandemia feroz, mientras que en Nueva Zelanda advirtieron desde un primer momento que era un tema muy serio, con un algo riesgo y tomaron medidas ejecutivas efectivas para frenarla. Allí vemos como en dos países con los mismos recursos, la enfermedad tuvo diferente comportamiento”, comparó.
Esteban Chilelli, médico clínico en el Sanatorio Modelo de Caseros, ubicado en provincia de Buenos Aires, indicó que todavía hay mucho trabajo que hacer respecto a la comunicación que hay que hacer en la comunidad, desde la parte estatal hasta los médicos y los medios informativos. Y las personas tiene un rol clave para evitar que estas enfermedades que transitamos disminuyan o se erradiquen”.
Y dejó como idea central: “Si háces la cuarentena como corresponde en tu casa es muy probable que no te contagies de COVID-19. Si no acumulás agua en cacharros y el gobierno fumiga, es probable que el mosquito del dengue no circule. Y si te vacunás contra el sarampión y otras enfermedades es muy probable que nunca las padezcas”.
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