A medida que avanzamos en medio de la pandemia por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, vamos conociendo más a este enemigo mortal, con sus debilidades (necesita un huésped para seguir contagiando y es fácil de eliminar con agua, jabón, alcohol y distanciamiento) y también fortalezas (ha contagiado a más de 2,5 millones de personas, de las cuales han fallecido más de 177.000).
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, explicó durante las primeras semanas de contagio masivo en China, que el nuevo coronavirus es menos mortal que el SARS y el MERS, destacó que el 80 por ciento de los contagiados transitarán la enfermedad en forma leve o asintomática y se van a recuperar. Y precisó que en el resto de las personas, el virus causa una enfermedad grave, que incluye neumonía y dificultad para respirar.
Gran parte de ese porcentaje afecta a personas mayores de 65 años, con un sistema inmunológico menos resistente y particularmente a quienes tienen factores de riesgo predisponentes o también llamados comorbilidades. Como toda infección, quienes sean obesos y fumen, verán disminuida su capacidad para luchar contra un virus.
“El sobrepeso aumenta de manera significativa el riesgo de muerte para las personas infectadas con el nuevo coronavirus”, afirmó el profesor Jean-François Delfraissy, que dirige el consejo científico de Francia, que asesora al Gobierno de Emmanuel Macron sobre la epidemia. E indicó que Estados Unidos es particularmente vulnerable debido a los altos niveles de obesidad en el país.
“Este virus es terrible, puede afectar a los jóvenes, en particular a los jóvenes obesos. Los que tienen sobrepeso deben tener cuidado”, agregó Delfraissy. El epidemiólogo indicó que, no obstante, esa condición no es la única que podría agravar el riesgo de la enfermedad una vez contraída. Mencionó también a la edad avanzada y las enfermedades preexistentes.
Y aseguró que la tasa de mortalidad de los jóvenes que ingresan en el hospital con una enfermedad respiratoria grave por Covid-19 era de alrededor del 2%, dijo, pero se elevaba al 14% en el caso de personas más frágiles. Además, los pacientes obesos tienen una mayor predisposición a los fenómenos tromboembólicos que la población general, factores que ya se han asociado con una peor evolución de la enfermedad.
Por otro lado, se ha observado que la expresión de ACE2 en las células adiposas podría ser importante, lo pondría a las personas obesas en un mayor riesgo de contraer la infección. De hecho, en un análisis retrospectivo de 112 pacientes ingresados en Wuhan (China) por el nuevo coronavirus, el índice de masa corporal (IMC) de las personas que estaban en estado crítico era superior al del resto de enfermos.
Del mismo modo, la prevalencia de obesidad entre los que fallecieron por esta causa en China fue del 84,8 por ciento frente al 18,9 por ciento de los que superaron la enfermedad. En estos pacientes, los fenómenos tromboembólicos fueron una causa “importante” del agravamiento de la enfermedad.
Asimismo, en un análisis retrospectivo del IMC estratificado por edad en 3.615 pacientes Covid-19 en los servicios de Urgencias de un hospital de Nueva York (Estados Unidos) se observó que los pacientes menores de 60 años con un IMC de entre 30 y 34 tenían entre e2 y 1,8 veces más probabilidades estar hospitalizados o ingresados en la UCI, respectivamente, en comparación con los pacientes no obesos. No obstante, este efecto no se observó en los mayores de 60 años (190).
Consultada por Infobae, la médica especialista en Nutrición Mónica Katz (MN 60164) explicó que “la obesidad es una enfermedad crónica y su principal característica, dado que quien la padece tiene un exceso de tejido adiposo disfuncional, es ser una enfermedad meta inflamatoria; es decir que las personas que tienen obesidad tienen un estado inflamatorio crónico”. Y destacó: “Ya se había visto en la gripe A que un gran porcentaje de los pacientes que fallecían en el mundo y en la Argentina eran obesos”.
Fumar también es perjudicial frente al COVID-19
Los fumadores son más propensos a infecciones graves por COVID-19, en parte, porque sus pulmones contienen una gran cantidad de puntos de entrada que el virus puede explotar, destaca un estudio publicado en Science.
Según la investigación realizada en EEUU, las infecciones por COVID-19 comienzan en el receptor ACE2, una proteína ubicada en la superficie de las células en todo el cuerpo, incluso en las vías respiratorias superior e inferior. El coronavirus que causa COVID-19, conocido como SARS-CoV-2, debe conectarse al receptor ACE2 para inyectar su material genético en las células, replicarse y propagarse.
Ahora, la investigación preliminar sugiere que los pulmones expuestos al humo del cigarrillo acumulan cantidades anormalmente grandes de receptores ACE2, lo que puede dejar al órgano vulnerable al daño infligido por el coronavirus.
"Se ha informado que los fumadores que reciben COVID-19 tienden a tener infecciones más graves que las personas que no son fumadores", precisó el coautor Jason Sheltzer, investigador del Laboratorio Cold Spring Harbor en Nueva York. Un aumento en los receptores ACE2 "podría ser una de las razones, de muchas, por las cuales los fumadores se enferman tanto por el coronavirus", dijo.
Fumar vinculado a una infección grave
La evidencia creciente sugiere que, en comparación con los no fumadores, las personas que fuman cigarrillos corren un mayor riesgo de desarrollar complicaciones graves y morir de infecciones por COVID-19.
Por ejemplo, un estudio de más de 1000 pacientes en China, publicado en el New England Journal of Medicine, encontró que los fumadores con COVID-19 tenían más probabilidades de requerir intervenciones médicas intensivas que aquellos que no fumaban. En el estudio, el 12.3% de los fumadores actuales ingresaron en una UCI, fueron colocados en un ventilador o murieron, en comparación con solo el 4.7% de los no fumadores.
Los fumadores pueden ser particularmente vulnerables al COVID-19 por varias razones, pero la hipótesis del receptor ACE2 "proporciona un vínculo holístico y mecanicista" entre el tabaquismo y la infección grave, indicó Jaber Alqahtani, investigador en Medicina Respiratoria en el University College de Londres, en un comunicado. correo electrónico.
Si la investigación futura refuerza el vínculo entre la cantidad de receptores y la gravedad de la enfermedad, los medicamentos que bloquean o reducen la sensibilidad de los receptores ACE2 podrían usarse como tratamientos, concluyó el experto.
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