Italia prolonga el aislamiento a causa del coronavirus hasta el 3 de mayo. España lo hace hasta el 9 y Francia extiende la cuarentena hasta el 11 de mayo. En sintonía con lo que está pasando en Europa y en varios países de la región, en Argentina, el presidente Alberto Fernández analiza extender la cuarentena obligatoria hasta el 10 de mayo inclusive, según adelantó Infobae ayer.
Asesorado por un grupo de expertos infectólogos y virólogos, el jefe de Estado tiene tiene probado que la estrategia del aislamiento social preventivo y obligatorio sirvió para contener hasta ahora a la enfermedad COVID-19 y asume que el pico de la pandemia llegará a fin de mayo o inclusive junio.
Siguiendo los consejos de aislamiento dictados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), tras la declaración de pandemia por SARS-CoV-2 del día 11 de marzo, nuestro país declaró la cuarentena a partir del día 20 de ese mes. Y ya la extendió en dos ocasiones.
Gracias a esta estrategia, la Argentina obtuvo una tasa muy baja de muertes, en comparación con España, Italia y Estados Unidos, entre otros países. Este aislamiento exitoso permitió que el pico de la pandemia se proyecte más allá de mitad de mayo o principios de junio, inclusive. Con esto se logra achatar la famosa curva de contagios y no tener picos abruptos de la enfermedad con miles de pacientes contagiados e internados en terapia intensiva.
Entrevistado por Infobae, para el doctor Pablo Bonvehí, médico infectólogo (MN: 62.648), jefe de la Sección Infectología y Control de Infecciones del CEMIC, dijo que “si no se hubiese tomado ninguna medida, deberíamos haber tenido en estos días alrededor de 45 mil infectados por coronavirus en Argentina”, según la proyección inicial que se hacía al principio de la pandemia desde el Comité de Expertos del Gobierno en conjunto con el Ministerio de Salud.
El especialista en medicina interna y en infectología, máster en Epidemiología y Salud Pública por la Universidad de Miami se refirió a cómo se encuentra nuestro país en este momento de la curva de contagios por COVID-19: “Veo que la efectividad de las medidas tomadas hasta el presente están demostradas en el sentido que todavía tenemos camas disponibles en el sistema de salud. Si uno hacía las proyecciones al principio de la pandemia, se hablaban de 45 mil contagiados y ahora estamos en los 3100. Lo otro es el tiempo de duplicación de los casos, inicialmente era de 3.3 y ahora es de 10.3, con lo cual se han prolongado los tiempos en los que aparecen nuevos casos, y esto es muy importante porque esto da tiempo para conseguir insumos, equipamientos y tener más evidencia científica de una enfermedad nueva que hay muchas cosas que todavía no conocemos”.
Vislumbrar la salida de la cuarentena
Respecto a cómo determinar el cese de la cuarentena y cuándo vislumbrar una disminución de contagios, un estudio elaborado por el científico militar Isaac Ben-Israel, quien actualmente se desempeña como presidente de la Agencia Espacial Israelí y del Consejo Nacional de Investigación y Desarrollo, precisó que la propagación del coronavirus disminuye a casi cero después de 70 días, sin importar dónde golpee, y sin importar las medidas que impongan los gobiernos para tratar de contenerlo.
El estudio fue publicado el 16 de abril y examina el desarrollo de la enfermedad (COVID-19) durante las primeras ocho semanas en Israel. Pero al mismo tiempo hace paralelismos con otros países o ciudades, ya que, según el profesor, el análisis muestra que el patrón es el mismo en todos los casos. Específicamente, el objetivo de la investigación era determinar si con el correr de las semanas se registra un crecimiento exponencial entre los casos de nuevos contagios.
“El número de nuevos infectados por día no aumenta a un ritmo constante, y por lo tanto el crecimiento no es exponencial”, sostiene Ben-Israel. Para explicar esto, puso como ejemplo los datos de su país, donde el incremento de nuevos pacientes diarios alcanzó su punto máximo alrededor del día 41 hasta llegar a unos 700 infectados por día. Pero “desde entonces ha empezado a disminuir”.
Respecto a este estudio, el doctor Roberto Debbag, médico infectólogo, vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana Infectología Pediátrica indicó a Infobae que “en la mayoría de los países donde se produjo el brote pandémico, los contagios se incrementan en 1 o 2 semanas y hay un plató de 3 semanas de gravedad y después a la quinta semana empieza a disminuir. Esto es en todas las curvas, en China, Italia, en todos hacen picos y después baja. En total son 10 semanas o 70 días, como cita el estudio, que no es una novedad en sí misma”.
Y agregó: “En Argentina posiblemente el pico pandémico, yo estoy convencido que no van a hacer 10 semanas, quizás sean 6. No creo que baje a cero. Disminuye, pero puede tener potencialmente algunos casos más”.
Debbag, explicó el famoso fenómeno de aplanamiento de la curva epidemiológica: “Existen dos potenciales formas de presentación de casos que, graficados, arrojan curvas de diferentes formatos. Una posibilidad es que ocurran muchos casos en unas pocas semanas (gráfico de la curva del pico elevado), y la otra es que estos casos, o tal vez menos, ocurran a lo largo del tiempo (gráfico de “la curva aplanada”). En el primer escenario el virus se propaga muy rápidamente (semanas), con amplia transmisión comunitaria por su alto poder infectivo, un gran porcentaje poblacional se contagiará y el grupo más vulnerable (las personas mayores y aquellos con enfermedades previas como las respiratorias crónicas, cardíacas, diabetes, alteraciones de la inmunidad, entre otras) será el más afectado y con mayor tasa de mortalidad. En este escenario, además, colapsaría el sistema sanitario, con deficiencias en la disponibilidad de camas en unidades de cuidados intensivos, escasez de equipos de asistencia respiratoria mecánica, es decir, una situación dramática desde donde se la analice”, precisó el también coordinador de Relaciones Institucionales del Hospital Garrahan.
Y agregó: "La segunda posibilidad es “la curva aplanada”. Aquí los primeros casos son pocos e importados, y luego la aparición será gradual y ocurrirá durante un período más largo (meses) donde comienza la transmisión comunitaria local pero, a diferencia del escenario anterior, el virus se propaga más lentamente. Mantener la curva aplanada, disminuyendo la velocidad en que ocurren los nuevos casos, evita sobrecargar los recursos sanitarios disponibles que siempre son limitados, en cualquier país del mundo inclusive los más desarrollados. Cuando hablamos de recursos también por supuesto nos referimos además al equipo de salud que también se enferma; se estima que un hospital podría funcionar con 10 o 20% menos de su personal, pero no con la mitad de ellos”.
“Detener completamente la pandemia es casi imposible, pero sin dudas sería un gran logro simplemente reducir la velocidad de aparición de casos, con todas sus consecuencias: menor mortalidad, menor impacto en el sistema sanitario, menor crisis social generalizada”, concluyó el experto.
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