En un periodo de prueba para la Casa de Windsor, el Rey Carlos III afrontó su diagnóstico de cáncer con una mezcla de apertura y determinación. La noticia, revelada a principios de 2024, generó profundas implicaciones en su vida pública y privada. Robert Hardman, el escritor que hizo una biografía sobre el rey, relató a Daily Mail cómo este diagnóstico se hizo público tras un procedimiento de rutina que el monarca se realizó en enero por una próstata agrandada. Fue durante esta intervención cuando los médicos detectaron “un problema de preocupación aparte”, que finalmente confirmaron como una forma de cáncer.
La decisión de compartir el diagnóstico con el público marcó un cambio en la comunicación real, un movimiento que fue descrito como un acto de transparencia sin precedentes. Hardman explicó que, a diferencia de su madre, la Reina Isabel II, quien siempre mantuvo un estricto control sobre los asuntos personales, Carlos sintió que era adecuado ser abierto y honesto respecto a su estado de salud. La meta era contribuir a “la comprensión pública de todos aquellos alrededor del mundo que están afectados por el cáncer”, un gesto que fue recibido con gran respeto y apoyo por la sociedad.
Esta apertura emocional también reflejó un cambio personal del monarca. “Un diagnóstico de cáncer significa que disfrutas más de las cosas, las saboreas más”, dijo el Rey a su amigo cercano Lord Chartres durante una ceremonia privada en su residencia de Highgrove, según Daily Mail. La misa, celebrada con discreción y en compañía de la Reina Camilla y Lady Chartres, ofreció al monarca un momento de reflexión en medio de la incertidumbre de su diagnóstico. Con la perspectiva de este nuevo reto, el Rey encontró una manera de encarar cada día con más gratitud y un renovado sentido de propósito en sus deberes reales.
Afecto y apoyo público sin precedentes
El anuncio de la Casa Real generó una avalancha de apoyo popular que conmovió profundamente al monarca. “He recibido tantos mensajes maravillosos y cartas. Me han hecho llorar la mayoría de las veces”, confesó el Rey a Sunak en una audiencia, una de las pocas apariciones que mantuvo a pesar de su situación. Robert Hardman relató cómo, en este momento de vulnerabilidad, el Rey recibió miles de cartas de ciudadanos de todas las edades, algunas de ellas adornadas con brillantina y dulces de los más jóvenes. En Carlos, esta muestra de afecto reforzó su conexión con el pueblo británico, algo que su rol como monarca ha renovado.
Este apoyo emocional impulsó la respuesta del sistema de salud. Tras el anuncio del diagnóstico de Carlos, el sitio web del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) experimentó un aumento del 1,061% en visitas a su página de información sobre problemas de próstata, un indicador del impacto de la revelación de la Casa Real.
Un estricto régimen de cuidados
Para minimizar los riesgos de infección, los médicos del Rey implementaron medidas de precaución que limitaron sus interacciones familiares y públicas, siguiendo un esquema similar al de las restricciones de la pandemia de Covid-19. Esta burbuja de seguridad, según relató Hardman a Daily Mail, restringió el tiempo de contacto de Carlos con sus familiares, incluida una breve visita de Harry en Clarence House, donde pasaron solo 30 minutos juntos. “Debíamos minimizar el riesgo de otras personas, no porque él no pudiera cumplir con sus funciones”, comentó uno de sus asistentes cercanos.
“El descanso y la recuperación deben tomarse tan en serio como el deber público y gubernamental”, señaló una fuente de la Casa Real al Hindustan Times.
Tras unos meses de tratamiento, el Rey mostró señales de mejora que le permitieron retomar compromisos internacionales, como el viaje a Australia y Samoa, en compañía de la Reina Camilla. Esta gira de 11 días fue descrita por su equipo como “revitalizante” para el monarca. Según relató el historiador real Richard Fitzwilliams a GBS News, el viaje fue planeado cuidadosamente por sus médicos, quienes recomendaron una agenda balanceada que incluía días libres y la ausencia de compromisos nocturnos. La gira fue un paso importante en su recuperación, marcando el inicio de su retorno gradual a las responsabilidades de su cargo.
Robert Hardman explicó a Daily Mail, que este viaje también representó un cambio en el enfoque de la monarquía bajo Carlos III, quien ha buscado adaptarse a las nuevas realidades de su salud y, al mismo tiempo, reforzar la relevancia de la monarquía. Esta visión de continuidad, unida al sentido de renovación, se ha reflejado en pequeños ajustes en los compromisos reales, como la decisión de reducir el número de platos en los banquetes de Estado, pasando de cuatro a tres, una iniciativa diseñada para optimizar el tiempo sin comprometer la calidad.
En medio de esta batalla, Carlos sintió la importancia del apoyo de sus súbditos y de su rol como una figura de estabilidad. Hardman relató cómo, al recibir al entonces primer ministro Rishi Sunak, el Rey se emocionó al comentar la respuesta pública: “Recibí tantos mensajes y cartas que me conmovieron profundamente”.
Este apoyo, sumado a su determinación personal, ha sido un motor que lo impulsó a seguir adelante con sus deberes.