En una soleada tarde de 1954, dos jóvenes mujeres sonríen emocionadas en la parte trasera de un automóvil abierto que avanza a toda velocidad por las calles de Australia. Son la reina Isabel II y su dama de compañía, Lady Pamela Hicks. La escena es una de muchas que simbolizan la cercana relación entre ambas, desde su infancia hasta los primeros años de reinado de Isabel. Dos años antes de esta imagen, la princesa Isabel había asumido el trono británico tras la repentina muerte de su padre, el rey Jorge VI, iniciando una nueva etapa en su vida a la que Lady Pamela se mantendría siempre lealmente a su lado.
Lady Pamela Hicks nació en el seno de la aristocracia británica, hija del Lord Louis Mountbatten, y fue amiga de la infancia de la entonces princesa Isabel y su hermana, la princesa Margarita. Esta cercanía se mantuvo a lo largo de los años, siendo Lady Pamela testigo de momentos fundamentales de la vida de la reina. En 1947, cuando Isabel se casó con el príncipe Felipe, Lady Pamela fue elegida como dama de honor, sellando así una relación que ya era cercana por naturaleza y destino.
Tras la ascensión al trono de Isabel en 1952, Lady Pamela asumió el papel de dama de compañía, un puesto que conllevaba responsabilidades como representar a la reina en ocasiones formales, acompañarla en viajes y asegurarse de que todo estuviera listo para sus apariciones públicas. Pero su función iba más allá del protocolo. Como le decía su madre, “estás ahí para reírte un poco”, lo que reflejaba la naturaleza de su relación: ser una compañía cercana y apoyo emocional para la reina. Aunque este título ha sido reemplazado por “acompañante” en los últimos años, la esencia de su rol se mantuvo intacta, sirviendo como consejera y amiga en momentos clave.
Momentos compartidos
Desde pequeñas, las princesas Isabel y Margarita jugaban con Lady Pamela. Durante esos juegos infantiles, Isabel siempre hacía el papel de jinete, mientras que Margarita y Pamela, siguiendo la jerarquía de la familia real, asumían el rol de caballos.
El tiempo en Malta fue particularmente especial para Isabel, quien, antes de ser reina, vivió allí con Felipe mientras él servía como oficial naval. La isla fue un refugio donde la pareja pudo disfrutar de una vida normal, lejos de la mirada pública. Lady Pamela estuvo presente en esas momentos, como en la fiesta de cumpleaños conjunta que celebraron en 1950, capturada en una fotografía que muestra a Isabel y Pamela bailando con alegría y libertad.
Sin embargo, esta etapa de tranquilidad terminó abruptamente con la muerte del rey Jorge VI. Lady Pamela estaba junto a Isabel en un safari en Kenia cuando recibieron la noticia. “Mi madre describe muy bien cómo la Reina subió la escalera como princesa y bajó como reina”, cuenta India Hicks, hija de Pamela.
El Legado de una generación de mujeres extraordinarias
La relación de Lady Pamela con la reina Isabel es, ante todo, un reflejo de una generación de mujeres que asumieron el deber y el servicio como pilares fundamentales de su vida. La transición de Isabel al trono fue marcada por una seriedad y sentido de responsabilidad que definieron su reinado. La reina fue una figura que se tomaba muy en serio su fe y su papel como monarca, y Lady Pamela compartió esos valores, apoyándola en el desempeño de sus responsabilidades.
El entorno en el que ambas mujeres se desenvolvieron fue mayoritariamente masculino, lo que hizo que tanto Isabel como Pamela desarrollaran una fortaleza especial. Pamela fue testigo de cómo Isabel, siendo una joven reina, tuvo que imponerse en un mundo donde las mujeres rara vez tenían voz propia. Esta realidad forjó a ambas mujeres en un carácter sólido y resiliente, lo que les permitió afrontar sus responsabilidades con entereza.
Un libro que captura una vida de servicio
Es a través del libro de India Hicks, hija de Lady Pamela, que se revela la profundidad de esta relación y los eventos significativos que la definieron. Con una colección de fotografías, recuerdos reales y entradas de diario, la biografía visual reconstruye no solo la historia de Lady Pamela y su estrecha relación con la reina Isabel, sino también una época de la realeza británica que está desapareciendo. La vida de Lady Pamela se erige como ejemplo de una mujer que, como la reina Isabel, dedicó su vida al deber y la lealtad, sin perder nunca su sentido del humor y aventura.