El día que “Diddy” Combs invitó a una fiesta al príncipe William

Un clip de televisión que parecía inofensivo hace más de una década ahora cobra una nueva dimensión. En 2011, Sean “Diddy” Combs, uno de los magnates de la música más controvertidos de Estados Unidos, revelaba públicamente su deseo de invitar al príncipe William y al príncipe Harry a una de sus famosas fiestas privadas. Lo hacía durante una aparición en “The Graham Norton Show”, el popular programa de la televisión británica, donde el rapero se desenvolvía con desenfado, sin imaginar la tormenta legal y mediática que, años después, cambiaría el significado de esas palabras para siempre.

“Créeme, los saqué de la lista”, dijo Diddy en la entrevista, aclarando que William, que estaba a punto de casarse con Kate Middleton, ya no era bienvenido en sus celebraciones. En un tono de broma, comentó que su invitación fue para una etapa anterior, cuando ambos príncipes “eran jóvenes y se metían en muchos problemas”.

Las palabras del rapero provocaron risas en el estudio y la conversación quedó como una anécdota que alimentaba el halo de rebeldía que envolvía a los dos hijos de Diana de Gales.

Sin embargo, hoy, con Diddy Combs enfrentando graves acusaciones de tráfico sexual, crimen organizado y múltiples denuncias civiles por abuso y violación, la anécdota cobra un matiz siniestro. ¿Qué significaba realmente para Combs invitar a los príncipes a sus fiestas? La pregunta queda flotando, mientras los detalles de la vida privada del rapero salen a la luz y ensombrecen la historia de una amistad improbable con la realeza británica.

Las polémicas alrededor de Diddy han alcanzado también a figuras públicas de renombre. Si bien el príncipe Harry no ha sido acusado de ningún delito, su nombre ha sido mencionado en la demanda presentada por el productor Rodney “Lil Rod” Jones, uno de los empleados del rapero que trabajó con él desde septiembre de 2022 hasta noviembre de 2023. Jones asegura que el magnate lo obligó a participar en actividades sexuales con trabajadoras contratadas por el propio Diddy, además de someterlo a acoso sexual y amenazas constantes.

El productor presentó la demanda el 26 de febrero de 2024 en Nueva York, reclamando una compensación de 30 millones de dólares por los daños sufridos. En los documentos legales, el nombre de Harry aparece de forma tangencial como un ejemplo del tipo de figuras públicas que eran atraídas a las fiestas de Diddy. Según la denuncia, el rapero se jactaba de tener acceso a personas influyentes, “desde atletas famosos, políticos, artistas, músicos e incluso dignatarios internacionales como el príncipe Harry”.

No está claro si Harry o su hermano William alguna vez llegaron a participar de una de las fiestas privadas de Diddy, pero su último encuentro público con el rapero se remonta a 2007. Aquella vez, Harry y William asistieron al Concierto para Diana en el estadio Wembley, un evento benéfico organizado para honrar la memoria de su madre. Después del concierto, se celebró una fiesta en el club Paper de Londres, donde una icónica fotografía capturó a los príncipes junto a Diddy y Kanye West. Desde entonces, no se tiene constancia de más encuentros entre los miembros de la realeza y el magnate.

Conocido por sus fiestas extravagantes, Diddy se jactaba en su momento de tener los eventos más exclusivos y salvajes de la industria del entretenimiento. Pero con el paso del tiempo, lo que se consideraba puro espectáculo y lujo ha sido señalado como la fachada de algo mucho más siniestro. Un documento de 14 páginas, citado por Page Six, detalla las acusaciones de que las fiestas de Sean “Diddy” Combs eran en realidad “freak offs”, eventos donde hombres y mujeres eran drogados para luego ser sometidos a agresiones sexuales. Las acusaciones describen estas celebraciones como “una cultura de abuso y coerción”.

La caída en desgracia del rapero comenzó en noviembre de 2023, cuando su exnovia, Cassandra Ventura, lo demandó por violación y abuso físico durante su relación. La demanda se resolvió rápidamente con un acuerdo monetario confidencial, pero no implicó ninguna admisión de culpa por parte de Diddy. Sin embargo, fue el detonante de una serie de denuncias civiles por el mismo delito, sumando hasta cuatro mujeres diferentes que aseguran haber sido víctimas de agresiones sexuales por parte del artista.

En declaraciones a la revista Forbes, el abogado de Combs calificó todas estas demandas como intentos de “obtener dinero fácil” y aseguró que no tenían ningún fundamento legal. No obstante, las investigaciones han seguido su curso y, en marzo de 2024, agentes federales allanaron las propiedades de Diddy en Los Ángeles y Miami como parte de la investigación por presunto tráfico sexual. Mientras la fiscalía evalúa si lo acusará formalmente, el rapero permanece detenido en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn.

La mención al príncipe Harry en la demanda de Rodney “Lil Rod” Jones ha levantado preguntas sobre el alcance de las conexiones de Diddy y el círculo de personas que alguna vez participaron en sus eventos. Aunque el duque de Sussex no ha sido acusado de ningún delito ni aparece como parte implicada en la denuncia, la sola mención de su nombre ha causado revuelo mediático y despertado suspicacias sobre el tipo de amistades que mantenía el rapero.

Por su parte, Harry no se ha pronunciado sobre su relación con Diddy ni ha comentado la controversia. Lo único que se sabe es que aquel evento de 2007 en el que ambos coincidieron fue su último encuentro público, y nada parece indicar que su relación haya ido más allá de una casualidad social.

Mientras tanto, Sean “Diddy” Combs espera en prisión su juicio por los cargos de tráfico sexual y crimen organizado, una caída abismal para quien alguna vez reinó como uno de los nombres más influyentes de la industria musical. Entre tanto, los ecos de la risa que llenó el estudio de “The Graham Norton Show” se desvanecen en la memoria, dejando solo el inquietante contraste de una broma convertida en presagio de escándalo y tragedia.