La inflación se resiste a bajar en el Perú y golpea fuertemente a los precios de los alimentos, afectando a la población que tiene menos recursos económicos. De acuerdo a BBVA Research, la inflación interanual continuará mostrando tasas elevadas por encima del 8% durante el primer trimestre de 2023.
“A corto plazo, el descenso de la inflación se vería limitado por un cierto desanclaje de las expectativas, recuperación de márgenes empresariales y choques de oferta locales sobre precios de alimentos”, remarcó la entidad bancaria.
Asimismo, indicó que teniendo en cuenta los factores señalados, no se descarta que el ciclo alcista de la tasa de referencia se extienda algo más, por lo cual anticipa que la próxima semana el Banco Central de Reserva (BCR) la elevará en 25 puntos básicos, para llegar a 7.75%.
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Ante la fuerte escalada de la inflación en el país, Melvin Escudero, economista de la Universidad Pacífico Business School, advirtió que este fenómeno es “enemigo” del desarrollo y crecimiento económico, afectando particularmente a los más pobres y a las finanzas públicas del Perú.
“Desde la perspectiva económica, está demostrado que la inflación es un enemigo, uno, del crecimiento y desarrollo económico; dos, de la gente más pobre porque las hace más pobres, y tres, de la posibilidad de generar más oportunidades de crecimiento y desarrollo de todo tipo de empresario, sea grande, mediano o pequeño, afectando también las finanzas públicas”, declaró el economista a canal N.
Inflación impacta de lleno en alimentos
La inflación cerró el 2022 al alza ante repunte en precios de alimentos. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el Índice de Precios al Consumidor de Lima Metropolitana (IPC) aumentó 0.79% en diciembre comparado con el mes anterior (noviembre 2022), por encima de lo esperado por el consenso de analistas (Bloomberg: 0.63%).
Según BBVA Research, la inflación del último mes del año se explicó por las divisiones de consumo de alimentos y bebidas no alcohólicas (1.73%) debido a los mayores precios de tubérculos y legumbres; también impactó en restaurantes y hoteles (0.76%) debido a comidas fuera del hogar; y transporte (0.84%) por el aumento estacional de pasajes interprovinciales por fiestas de fin de año.
Con el resultado del mes de diciembre, la tasa de inflación interanual cerró el año en 8.5% (noviembre: 8.4%), mostrando un descenso acotado luego del pico registrado en junio (8.8%). Esta inercia ha estado asociada a la evolución de los precios de alimentos y comidas fuera del hogar que siguen mostrando incrementos relativamente elevados.
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La inflación subyacente (que excluye los precios de alimentos y de energía), una medida más tendencial del ritmo al que avanzan los precios, se ubicó en diciembre en 0.54% (noviembre: 0.23%). De esta forma, en términos interanuales este indicador de inflación se desaceleró ligeramente, pasando de 5,7% en noviembre a 5,6% en diciembre.
“Más allá de este descenso, la inflación subyacente aún se mantiene elevada y refleja una mayor extensión de las presiones inflacionarias sobre los precios de bienes y servicios que no han estado vinculados directamente a los choques de oferta sobre alimentos y combustibles”, explicó BBVA Research.
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