La probabilidad del inicio de una crisis alimentaria es creciente debido a la escalada sin precedentes de los precios de los alimentos. La seguridad alimentaria es uno de los desafíos más importantes que ha incrementado su peso durante los últimos años, y lo que ha pasado durante los últimos dos o tres años, evidencia que estos avances son sensibles a factores como la pandemia, grandes sequías y conflictos entre países. De hecho, se profundiza cuando ocurren en regiones importantes tanto para el comercio, la producción y el consumo de alimentos y energía.
En ese sentido, Katherine Salazar, especialista del Departamento de Estudios Económicos de Scotiabank, precisó que el incremento de los precios de los soft commodities ha generado que muchos países restrinjan las exportaciones de sus productos como una medida para abastecer sus mercados internos. Sin embargo, lo que están haciendo estas decisiones unilaterales es afectar el equilibrio a nivel global agravando la subida del precio internacional, según el índice de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que ha ido tomando viada desde el 2019.
A los fenómenos climáticos de los últimos años se sumaron los problemas logísticos generados por la pandemia. Asimismo, para la segunda mitad del 2020 y hasta el 2021 se aprecia otra escalada generada por la recuperación de la demanda en todo el mundo, especialmente de China, y los precios de los commodities alcanzaron máximos de varios años. El contexto se complica en el 2022 con el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, dos principales exportadores de granos y energía.
La lista de países que han restringido sus exportaciones es larga. Mientras algunos países ya tienen el estatus de “inactivo”, más de 20 lo mantienen “activo”, afectando a incluso más de 30 productos, dijo la economista.
El promedio anual de los índices de alimentos que se han incrementado en mayor magnitud en el 2022 son los cereales, aceites y azúcar, por lo que se ha identificado cuatro commodities que seguirán afectando la seguridad alimentaria: el trigo, maíz, aceites y azúcar.
EL TRIGO
Según Salazar, la producción mundial de trigo se pronostica en 774.8 millones de toneladas para la campaña 2022/23, 4.5 millones menos que la campaña 2021/22. “Las caídas vendrían de Ucrania por los conflictos con Rusia que generó 20% menos de la superficie cosechada, mientras que India está pasando por olas extremas de calor, también habría caídas en Australia y Marruecos. Esta menor producción será parcialmente compensada por aumentos en Canadá debido a mejores climas a comparación de las sequías de la temporada anterior, mientras que los mayores rendimientos compensaran la disminución de serás cosechadas en EEUU, en Rusia habrá mejores condiciones meteorológicas”.
A pesar de la caída en la producción, el comercio de trigo será mayor que la campaña anterior, básicamente, por un incremento en las importaciones debido a los mayores suministros exportables de Rusia y Canadá, compensando las reducciones de Ucrania y Australia. Esto va a generar un alza de precios, probablemente, alcanzando nuevos máximos o acercándose al máximo anterior.
“De hecho, actualmente el precio del trigo cotiza en US$12.40 por bushel, ligeramente por debajo de los máximos de 2008 (US$13.00), el trigo es uno de los commodities que presenta más volatilidad y dado los fundamentos, un nuevo pico no sería difícil de vislumbrar. La última subida se dio cuando India anunció restringir las exportaciones de trigo, si bien no tiene mucho peso en las exportaciones (10°) genera un mercado más ajustado en medio de una demanda fuerte”, dijo la ejecutiva.
EL MAÍZ
En cuanto al maíz, se espera que la producción mundial caiga desde el máximo histórico del año pasado. La producción caería a 1,180.7 millones de toneladas para la campaña 2023/22, 2.9% menos que la campaña anterior, debido a reducciones en Ucrania, por la guerra en curso, mientras que en EEUU se esperan rendimientos por debajo de la tendencia debido al clima lo que retrasaría el comienzo de la siembra este año, además hay registros de menores áreas sembradas debido a incrementos en los precios de insumos, indicó la especialista.
También se esperan reducciones en la Unión Europea y China que serían compensados con aumentos en Latinoamérica. En Brasil se espera una cosecha récord tras mayores superficies plantadas a pesar de menores rendimientos por condiciones climáticas, mientras que en Argentina los rendimientos serán mayores.
En cuanto al comercio, las importaciones de maíz caerían 2.3%, con menores compras en China ya que los precios del mercado interno para los insumos energéticos siguen siendo más altos que el mercado mundial, también se verían reducciones en Canadá y la Unión Europea. Con respecto a EEUU, mantendría el ritmo de uso de maíz para el etanol debido a las expectativas de un consumo estable de gasolina. Las exportaciones se reducirían en 7.6%.
EL AZÚCAR
El USDA pronostica que la producción global de azúcar para la campaña 2023/22 aumentará a 182.9 millones de toneladas, 1.0% más que la campaña anterior. La mayor producción provendría de Brasil, debido a mayores rendimientos de la caña de azúcar por climas favorables, además de que los conflictos en Ucrania no han tenido un impacto significativo en la cosecha actual dado que las compras de fertilizantes se produjeron con anticipación, mientras que en China los climas favorables y aumento de azúcar de remolacha impulsarán la producción compensando las disminuciones en India y Ucrania debido a menor procesamiento. De hecho, el azúcar es otro de los commodities, además del trigo, que India decidió frenar sus exportaciones para controlar la inflación interna y canalizar más caña de azúcar hacia la producción de etanol.
En cuanto a los precios del azúcar actualmente cotiza en US$19.8 por bushel, volviendo a máximos del año pasado. El bajo incremento en la producción y los bajos cambios en el comercio mundial harán que los precios no caigan durante el 2022, las ligeras correcciones se verán a finales de año.
Cabe señalar que algunos países han reducido su producción de azúcar a favor de cultivos más rentables como el maíz además de que la oferta está cayendo.
ACEITES
La especialista indicó que otro de los productos que están restringiendo sus exportaciones son las semillas oleaginosas o los aceites. La producción de aceite de soja aumentará a 61.4 millones de toneladas para la campaña 2023/22, un incremento de 3.9% respecto a la campaña anterior. Por otro lado, la producción mundial de semillas oleaginosas para la próxima campaña se proyecta en 647.1 millones de toneladas, un aumento de 8.4% con respecto a la última campaña, cuando las sequías afectaron la producción de soja de América del Sur y la cosecha de la canola canadiense.
Los incrementos de producción se registran, principalmente, en EEUU debido a una mayor producción de soja, además de incrementos para la canola y semilla de girasol. Por otro lado, se esperan incrementos en American del Sur contrarrestando una menor producción de semillas oleaginosas en Ucrania.
“Los precios del aceite de soja corregirían las alzas a medida que los suministros de semillas y productos oleaginosos se recuperen en los mercados extranjeros”, indicó la especialista.
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