Actualmente están muy extendidas las controversias en cuanto a la alimentación de perros y gatos. Algunos tutores (antes los llamábamos “dueños”) eligen los alimentos balanceados formulados para cubrir las necesidades de cada especie en las diferentes etapas de la vida.
Otros, seleccionan una alimentación fresca y casera o le agregan a los productos comerciales alguna cosa más natural como una muestra de la dedicación y el cariño hacia el animal por parte de ellos. Muchos, al mismo tiempo, desconocen, según la especie, cuántas veces al día deben alimentarlos para mantenerlos en óptimas condiciones físicas.
Los animales pequeños en tamaño necesariamente deben ser alimentados con mayor frecuencia (ideal 3 veces por día) ya que son más sensibles a sufrir bajas en la glucosa en sangre, con el riesgo consecuente, de convulsionar, desmayarse o desfallecer seriamente.
Lo ideal en perros es alimentarlos dos veces al día disminuyendo los riesgos de gastritis por ayunos prolongados. Los gatos son carnívoros estrictos, ósea que su alimentación se basa en proteínas y grasas de origen animal mientras que los perros lo son pero en forma facultativa, es decir que pueden consumir y digerir, cereales, verduras y algunas frutas.
Todo carnívoro necesita del aporte de las proteínas para mantener sus músculos y el funcionamiento y la recuperación de sus órganos. A diferencia de los perros, los gatos nunca podrían ser vegetarianos o veganos. Los felinos usan como fuente de energía principal las proteínas y necesitan mayores cantidades de ellas que lo que necesitan los perros.
La carne aporta además de las proteínas, elementos imprescindibles como son: la taurina (un aminoácido esencial y necesario para el buen funcionamiento del corazón y la vista), el ácido araquidónico (un ácido graso necesario para la salud de la piel y el pelaje) y la vitamina A (imprescindible para el buen pelaje y la vista).
Dentro de los alimentos prohibidos para los animales de compañía encabeza la lista el chocolate, que tiene una sustancia tóxica que ni los perros ni los gatos pueden metabolizar y que los intoxica y mata, generando vómitos y diarrea; deshidratación y signos neurológicos que pueden llevar a la muerte.
Las uvas y sus pasas están prohibidas ya que pueden producir daños renales y la muerte. Los frutos secos, las nueces en particular, pueden causar daños severos en el sistema nervioso, mientras que el ajo y la cebolla están considerados como generadores de anemias.
Algunos tutores han acostumbrado a sus animales a consumir pan, algún tipo de galletitas y lácteos que pueden causarles mucho daño. El pan, tan común como recompensa, puede ser riesgoso en la habitualidad porque los lleva a padecer obesidad, diabetes e hipertensión.
En el imaginario popular, está registrado que la leche es un excelente alimento para los perros y sobre todo para los gatos por lo que terminan se les brinda como base de su alimentación, cometiendo u grave error. La carencia en la adultez, tanto en el perro como en el gato, de lactasa, la enzima necesaria para digerir el azúcar de la leche: la lactosa, puede ocasionar diarreas.
Finalmente, es bueno señalar que los son neofóbicos, es decir, no les gustan los sabores nuevos, por lo que las variaciones en su dieta es muy difícil empresa. Lo ideal es que desde que desde pequeños se les haga una adaptación alimenticia amplia y progresiva.
Siempre que hablamos de daños potenciales en aquellos alimentos que los producen debe tenerse en cuenta las cantidades, la frecuencia y habitualidad de su consumo para evaluar el riesgo. Cada vez que se le vaya a dar un nuevo alimento es necesario consultarlo con el médico veterinario.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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