El sueño es un comportamiento omnipresente que se encuentra en todo el reino animal. Normalmente se caracteriza por una inmovilidad sostenida y una capacidad de respuesta reducida.
A pesar de la vulnerabilidad inherente al sueño, su persistencia a lo largo del tiempo evolutivo sugiere que cumple una o más funciones básicas. Una hipótesis para tal función central es que el sueño sirve para conservar energía al reforzar el descanso y reducir la tasa metabólica en relación con la vigilia.
Se han informado ahorros de energía durante el sueño en diversos animales, incluidos humanos, gatos, ratas, pájaros y moscas de la fruta, pero se desconocía si el gasto de energía reducido también se producía mientras los peces duermen.
Un estudio elaborado por un grupo de investigadores de instituciones científicas de Australia demostró que los tiburones si mantienen periodos de sueño con el objetivo de reservar su energía.
Para la investigación, dirigida por Michael Kelly de la Universidad de Australia Occidental, se recolectaron siete tiburones damero del golfo de Hauraki, en el noreste de Nueva Zelanda, y se alojaron en acuarios al aire libre, en condiciones de luz natural. Los animales se alimentaron con una dieta de sardinas y se mantuvieron durante un mínimo de dos semanas antes del comienzo de los experimentos. Se les retuvo la comida durante al menos 48 horas antes del inicio de los experimentos para garantizar que los animales alcanzaran un estado posterior a la absorción.
Pasado ese periodo, estos tiburones dameros (que obtuvieron su nombre porque el patrón de color de manchas oscuras de su piel es similar a un tablero de ajedrez) fueron colocados individualmente en la cámara de respirometría sellada. La respirometría de flujo intermitente automatizada y las grabaciones de vídeo comenzaron 48 horas más tarde para permitir que cada animal se aclimatara a sus nuevas condiciones antes de que comenzara la recopilación de datos. Luego, cada protocolo duró 24 horas donde fueron expuestos a 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad.
Durante ese periodo estuvieron evaluando los cambios en la tasa de consumo de oxígeno con el propósito de definir si el sueño es un determinante en la conservación de energía de los vertebrados de sangre fría o no.
Los estados de los ojos se puntuaron como abiertos o cerrados y las posturas corporales de los tiburones inactivos se evaluaron como planos (acostados en el fondo del tanque) o erguidos (sentados sobre las aletas pectorales). Mientras que los tiburones mantenían sus ojos abiertos durante el tiempo que nadaban, detectaron que durante el estado de sueño los ojos de estos animales permanecían cerrados.
Los estados de actividad se clasificaron como natación, descanso (inactivo menos de 5 min) o sueño (inactivo más de 5 min). El estudio reveló que los niveles de oxígeno de los tiburones fueron significativamente bajos durante el periodo de sueño, que duró alrededor de 5 minutos. Otras señales de que duermen es que durante el periodo de actividad de los animales, es decir cuando se encontraban nadando, se registraron niveles altos de oxígeno.
En cuanto a la posición de su cuerpo, los científicos observaron que mientras duermen adoptan una postura corporal plana, al contrario de cuando se encontraban en reposo que permanecían erguidos. Gracias a este estudio, se derribó la antigua teoría que aseguraba que los tiburones no dormían.
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