Se sabe a ciencia cierta que estar en contacto con perros y gatos reduce los niveles de estrés y acompaña al organismo con respuestas positivas generadoras de sustancias benéficas. Lo que no se sabía hasta ahora es cuánto tiempo de contacto es necesario para lograr esos efectos y bajar los niveles de ansiedad y el estrés.
Las investigaciones más recientes y serias afirman que tan solo diez minutos de relación cualitativamente satisfactoria e intensa con nuestros animales de compañía (juegos, caricias, etc.) generan un impacto significativo en el organismo de las personas.
En el trabajo científico de investigación los estudiantes voluntarios que participaron de la investigación prestándose al estudio e interactuando con gatos y perros lograron una reducción significativa del cortisol, la hormona marcadora del estrés.
Debido al estrés de los estudiantes producto del ritmo intenso de las clases, los trabajos a presentar y el período de las fechas de exámenes, muchas universidades estadounidenses han instaurado programas denominados Pet Your Stress Away, (“Con mascotas quítese el stress”) donde los estudiantes pueden interactuar con gatos y/o perros para ayudar a aliviar el estrés y la ansiedad.
Los resultados de estos estudios realizados con estudiantes fueron publicados y aceptados por los especialistas en pedagogía de aula como un interesante método para ser utilizado en la cotidianeidad.
El estudio de la Universidad del Estado de Washington se llevó a cabo con 249 estudiantes universitarios divididos en cuatro grupos.
El primer grupo se dividió en otros subgrupos pequeños en contacto con gatos y perros durante 10 minutos, durante los cuales podían acariciar, jugar y estar con los animales como ellos querían.
El segundo grupo observó a otras personas que hacían lo propio interactuando con los animales mientras esperaban en fila su turno para hacerlo.
El tercer grupo vio una presentación de diapositivas de los mismos animales disponibles durante la intervención.
El cuarto grupo quedó “en lista de espera” sin sus teléfonos celulares, para descartar influencias externas; pero se les dijo que pronto llevarían a cabo experiencias de vínculo e interacción con los animales.
Al tomar varias muestras de cortisol a cada participante se descubrió que solo los estudiantes que interactuaron directamente con las mascotas mostraron significativamente menos cortisol después de esa intervención.
La conclusión, además de ratificar el rol benéfico de los animales en la salud humana, pautó que diez minutos es tiempo necesario y suficiente para comenzar a lograr esos efectos.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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