Decían los precursores de los médicos actuales que somos lo que comemos y esto es cierto tanto para el ser humano como para otros seres y obviamente, entre ellos para nuestro perro. Hipócrates, protomédico de la Antigüedad, decía que tu mejor medicina será tu alimento y tu mejor alimento será tu medicina.
El mundo moderno con su apuro y falta de tiempo atenta las más de las veces contra estos asertos. Por ello es importante tener en cuenta algunas recomendaciones relacionadas con la alimentación de nuestro perro.
Muchos consideran al perro, algo así como el “tacho de basura” de la comida, en el sentido que el perro será el receptáculo de toda sobra o desperdicio del ser humano. Nada más alejado de la realidad y de la salud.
El perro y particularmente, nuestro perro necesitan una alimentación adecuada y equilibrada, formulada y preparada para él. Por todo eso es bueno tener en cuenta los siguientes consejos:
- No hace falta complicarse con el menú. Hoy se pueden encontrar en los comercios suficiente y variada calidad y cantidad de alimentos balanceados pensados para que el perro esté bien alimentado. No intente reemplazar una tecnología de avanzada con los limitados recursos hogareños. No obstante con el consejo de su médico veterinario se puede elaborar una dieta equilibrada casera con ingredientes naturales sin ultra procesamiento.
- El balanceo de la dieta tiene que ver con que solo carne es una muy mala dieta ya que el perro es un carnívoro facultativo no estricto con capacidad genética, a diferencia del lobo, de digerir almidones.
- Equilibrar una dieta es entender que los ancestros del perro cazaban y comían presas enteras no comían exclusivamente el músculo.
- Dele de comer siempre a la misma hora. Un perro sano funciona acorde a un reloj biológico, eso ayudará a organizar el día y el organismo del animal, al tiempo que la asimilación mejorará.
- La cantidad de alimento debe ser controlada y es variable según la raza, la edad, el estado, la actividad, la edad, etc. Como norma general un perro consume diariamente, entre el 1,50 % y el 3 % del peso corporal, según edad, etapa del desarrollo, tipo de alimento, humedad del mismo, etc.
- Póngale la comida en el plato, y si se hace el remolón, a los 15 minutos quita comida y plato (sin compasión). Aprenderá a comer sin entretenerse.
- La ración diaria, es conveniente repartírsela en tres comidas (a los cachorros) y en dos (a los adultos). Es habitual, sobre todo en adultos, que se les dé una sola comida diaria. Eso no está bien; con una sola comida, aumenta el riesgo de torsión gástrica, sobre todo si es un perro grande.
- El perro siempre ha de tener a mano agua fresca y limpia.
- No debe dársele comida fuera de horario, o siempre estará pidiendo. Y jamás se le debe dar comida de la nuestra mientras estamos en la mesa, menos aún si es un cachorro.
Si el perro está sano, el hecho de que no coma, o solo coma parte de lo que le dejás en el plato, puede deberse a estas causas:
1. Ya está saciado.
2. Hace mucho calor. Si es este el caso, no le obligues a comer, o ponle la comida después del atardecer, cuando el calor disminuya.
3. Está aburrido de la comida.
4. Está enfermo. Normalmente habrá otras señales adicionales, además de la falta de apetito.
Si cumplimos estas reglas nuestro perro estará más sano y nosotros seremos más felices en nuestra empática y tradicional relación con nuestro mejor amigo.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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