Algunos perros protegen su plato simplemente porque no tienen suficiente para comer. Aun cuando un tercio de los perros están pasados de peso, algunos perros todavía no reciben todas las calorías que necesitan porque sus dueños están excesivamente preocupados por mantenerlos delgados.
Aquellos perros que están realmente hambrientos no permitirán que su plato se aleje de su vista, si lo pueden evitar.
Cuando el estómago de un perro no emite ruidos, el animal igualmente podrá proteger su plato si ha pasado hambre. Esto tiende a ser un problema con aquellos perros que han pasado su infancia como perros extraviados o abandonados.
Cada perro necesita un número diferente de calorías, y la única manera de asegurarse de que su perro reciba suficiente alimento es vigilar sus costillas. Deben estar casi visibles, pero agradablemente cubiertas de tejidos blandos.
Si son demasiado prominentes o inversamente, si no los puede ver se deberán hacer algunos ajustes a la cantidad de comida que vierte en el plato. Cuando los perros se encuentran en un espacio pequeño y restringido es cuando más posesivos se muestran. Es una forma de percepción así como de practicidad.
Los perros que se perciben acorralados se sienten incómodos porque sospechan que habrá competencia por este recurso tan valioso. Por otro lado, un espacio grande y abierto es complejo de proteger. La mayoría de los perros no se molestará en hacerlo. Ya que los perros protegen no sólo el plato sino también el espacio que lo circunda, es recomendable cambiar el plato de lugar constantemente – el lunes, en la cocina, el martes, en el porche, y así sucesivamente.
Cuando los perros comen en lugares diferentes todos los días, le dan menos importancia al plato que a la comida en él. Para que el plato sea incidental y de poca importancia simplemente con levantarlo después de cada comida será así.
Los ovejeros alemanes, Rottweilers y otros perros utilizados como guardianes son muy posesivos de sus platos para comida, no sólo porque tienen personalidades que infunden respeto sino porque también frecuentemente tienen sospechas acerca de intrusos.
Por otro lado, los perros criados para trabajo en equipo, tales como los Retrievers, no se fijan en qué le pertenece a quién. El compartir está en sus genes. No importa cuán posesivos se sientan los perros por dentro, solamente lo expresan cuando están seguros de que nadie los castigará por ello.
Es bueno hacer que nuestro perro se siente antes de que se le coloque su plato de comida en el piso y que espere allí durante un minuto. Este sería el “pago” de su perro por su comida. Los perros que deben ganarse sus privilegios aprenden que es mejor que no estén gruñones, porque comprenden de quién son esas manos que proveen la comida.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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