La pandemia por el COVID-19 ya está cumpliendo un año y entre los muchos cambios que ha dejado, uno ha sido el aumento de familias que han sumado a una mascota a sus hogares para sentirse acompañados. De hecho, son varios los que ya se atreven a decir que dejaron de tener hijos para pensar en la opción de tener un perro o un gato.
En este marco, algunos se han inclinado por cachorros y otros por perros adultos. En el caso de aquellos que se decidieron por la adopción de animales que ya han cumplido varios años, tienen que tener en cuenta algunas cuestiones distintas a cuando se tiene un cachorro. En principio, ¿cómo pueden saber que la mascota ha entrado en la etapa senior o de vejez? Eso dependerá de la raza y el tamaño del animal.
“Por lo general, los perros de mayor tamaño envejecen más rápido que aquellos más chicos. A los perros de raza grande se los considera mayores a partir de los 7 años, y a los de raza pequeña, a partir de los 10”, afirmó Melina Wajner, Veterinaria (MN 9218).
“Cuando esto sucede, se producen muchos cambios tanto en la apariencia como en el organismo de un perro”, expresó Wajner, a cargo del equipo de salud de la cadena Puppis, y detalló algunos: modificaciones en el pelaje (por ejemplo: canas), pérdida de audición, pérdida de visión o “cataratas” y trastornos de sueño (duerme más de día que de noche, dificultad para realizar movimientos que antes les resultaban sencillos debido a la aparición de artrosis).
Además, los perros “senior” pueden sufrir desde pérdida de olfato, degeneración articular, e incontinencia urinaria, hasta problemas dentales (sarro, inflamación de encías, la pérdida de alguna pieza dental) o enfermedades cardíacas, renales, endócrinas y dermatológicas
Son varias las cuestiones que aparecen: se comienza a notar que ya no quieren pasear ni jugar tanto, tienen dificultades para subir y bajar escaleras, y el sedentarismo puede hacer que aumenten varios kilos.
A la hora de elegir el alimento balanceado, se recomienda inclinarse por aquellos que hayan sido formulados para los requerimientos de la edad o patología. Es ideal que contengan proteínas de calidad para suplir la pérdida de tejido magro, y tengan un olor y sabor atractivos.
Los especialistas afirman que es importante actuar frente a los cambios que se producen en nuestros animales domésticos cuando se vuelven senior: ha que actuar en consecuencia y modificar ciertos hábitos para ofrecerles la mejor calidad de vida en esta etapa.
Es importante que los paseos sigan siendo según las “ganas” de cada mascota: si el perro se cansa o notamos que no quiere seguir, debemos respetarlo, y mantener los juegos con pelota, si es posible, o modificarlos por juegos de inteligencia para estimular su mente.
Y, si existe la opción, llevarlos a nadar para que fortalezcan sus músculos y que puedan relajarse, sin que no pasen frío y teniendo en cuenta que sean zonas donde no se puedan enfermar.
Durante esta etapa es recomendable también potenciar el sistema inmune y reforzar las articulaciones, además de realizar revisiones regulares con el veterinario.
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