El albinismo es un defecto, una falla genética que determina que quienes la sufren no posean la adecuada pigmentación que su especie tiene marcada como adecuada a la adaptación a su entorno. No obstante, a pesar de ser un defecto, algo que está fuera de norma, en muchos casos, sobre todo en algunos famosos, los animales albinos nos llaman la atención y les dedicamos tiempo, espacio y afectos. Ese es el caso de Copito de Nieve (Floquet de Neu en catalán), el legendario gorila blanco del Zoo de Barcelona y el de los tigres blancos de varios Zoológicos del mundo entero.
Pero ocurre que, a pesar de nuestro empeño y afecto, nuestros albinos venerados terminan siendo, inexorablemente, los “tontos del batallón” que, sin la ayuda del hombre, no hubieran sobrevivido nunca en condiciones naturales ya que, por ser muy visibles o hubieran sido cazados o no hubieran cazado nada por delatarse frente a sus presas.
En algunos casos, pocos por cierto, el albinismo ha beneficiado la adaptación de algunas criaturas a su entorno. El ejemplo más claro de ello es el del oso polar. Pero se trata de un caso de adaptación evolutiva y no de una mutación eventual.
En las mascotas, sobre todo en perros y gatos de pelo corto, el albinismo, generalmente, viene acompañado con otros defectos asociados, entre los que se destaca la sordera congénita e irreversible, la tendencia a tumores de piel y la debilidad cutánea y su propensión a las alergias.
De esa forma razas de perros como el bull terrier y el dogo argentino, que comulgan con esas características, suelen padecer estas patologías asociadas al color.
En los gatos ocurre lo mismo, siendo lo más marcado la tendencia a sufrir tumores de piel, como el carcinoma espino celular, que afecta a los lugares más expuestos como la nariz y orejas. La única solución o prevención, en estos casos, es limitar la exposición al sol para poder lograr una mejor y mayor calidad de vida.
En algunos casos, la carencia de pigmento permite a los rayos ultravioletas actuar más de pleno sobre la piel y sobre ciertas sustancias denominadas fotosensibles, que serían responsables de muchísimos trastornos cutáneos.
Parece ser, entonces, que el blanco, el símbolo de la pureza, sobre todo en ciertas mascotas, no siempre es una clara ventaja.
SEGUÍ LEYENDO: