El criptoarte revoluciona el mercado: monedas virtuales y NFTs abren nuevas posibilidades

El mercado del arte experimentó una transformación significativa en los últimos años, impulsada por la adopción de las criptomonedas y los tokens no fungibles (NFTs). Lo que antes era un ámbito limitado a coleccionistas tradicionales y compradores de alto perfil, comenzó a abrirse a una nueva ola de clientes, más jóvenes y tecnológicamente inclinados. The Economist publicó un informe frente al ascenso de este fenómeno comercial.

Esta tendencia generó un establecimiento del criptoarte, alternativa que fusiona el mundo de las subastas de arte con el poder de la tecnología blockchain, ofreciendo nuevas posibilidades tanto para los compradores como para los vendedores de arte.

Las casas de subastas más prestigiosas, como Christie’s y Sotheby’s, comenzaron a aceptar criptomonedas, facilitando así que los criptoactivos desempeñen un papel central en la compra y venta de obras de arte. Mediante el cambio, se dio comienzo a una nueva era para el mercado del arte internacional.

A medida que las criptomonedas ganaron relevancia en diversas áreas económicas, el arte no quedó relegado. Desde el 2021, las subastas de arte comenzaron a incorporar criptomonedas como forma de pago, lo cual permitió a las casas de subastas atraer a un público más diverso y conectado con el mundo digital.

Christie’s fue una de las primeras casas de pujas en abrazar el cambio, ofreciendo una subasta de arte generada por inteligencia artificial en la que aceptó criptomonedas como pago en la mayoría de las obras. Este evento marcó un hito, por la innovación tecnológica y porque reveló el creciente interés de una nueva generación de compradores.

La creciente popularidad del criptoarte se debe a la facilidad con la que las criptomonedas permiten realizar transacciones, especialmente entre coleccionistas que pueden vivir en diferentes partes del mundo. Además, el ascenso de las plataformas de arte digital, y el aumento de las plataformas de venta y subastas online facilitaron todavía más la participación en el mercado.

El atractivo del criptoarte para compradores es multifacético. En primer lugar, las criptomonedas permiten transacciones rápidas y eficientes, eliminando la necesidad de intermediarios tradicionales como bancos o casas de cambio.

Los compradores de criptoarte también suelen estar interesados en la diversificación de su portafolio, utilizando sus criptoactivos para adquirir activos tangibles como el arte, lo que les brinda la posibilidad de preservar el valor de su inversión en un entorno económico fluctuante.

Las casas de subastas, se benefician enormemente al adoptar criptomonedas. Dado que al aceptar criptoactivos, como bitcoin o ethereum, amplían su base de clientes y generan un flujo de ingresos más diversificado y acorde con las demandas actuales del mercado.

David Galperin, director de arte contemporáneo de Sotheby’s, subrayó: “Uno de los objetivos primarios de la casa de subastas es cultivar nuevas bases de coleccionistas, y la aceptación de criptomonedas es una vía directa para conectar con una audiencia más joven y tecnológica”. Este acercamiento permitió a las entidades de subastas mantenerse relevantes en un ambiente digitalizado.

Uno de los aspectos que contribuyó al crecimiento del criptoarte es el uso de monedas virtuales como método de pago, que en algunos casos puede evitar impuestos sobre las ganancias de capital que poseen los compradores. En muchas jurisdicciones, cuando una persona vende sus criptomonedas por dinero, debe pagar impuestos sobre las ganancias obtenidas y crea una barrera para muchos inversionistas.

Sin embargo, este fenómeno plantea también algunos riesgos. Aunque las transacciones con criptomonedas son más rápidas y menos dependientes de intermediarios tradicionales, también pueden facilitar prácticas como el lavado de dinero, especialmente si se utilizan plataformas no reguladas.

Tanto Christie’s como Sotheby’s afirman que implementan estrictos controles de cumplimiento y revisan minuciosamente las transacciones para garantizar que los fondos provengan de fuentes legítimas. Las casas de subastas aseguran que no aceptan pagos provenientes de mezcladores de criptomonedas, que se utilizan para ocultar el origen de los fondos.

La popularidad de los NFTs condujeron a la integración de criptomonedas al arte hacia un nuevo nivel. Los NFTs son activos digitales que representan la propiedad de una obra de arte digital a través de la tecnología blockchain. A diferencia de las criptomonedas, cada NFT es único y no puede ser replicado, lo que le otorga un valor singular a cada pieza de arte digital.

Los NFTs abrieron nuevas oportunidades para los artistas digitales al permitirles monetizar su trabajo de una manera que antes no era posible. A través de plataformas como OpenSea y SuperRare, los artistas pueden emitir y vender sus obras como NFTs, asegurando que los compradores obtengan una propiedad verificada y única.

A este respecto, Beeple, el artista digital realizó obras consecutivamente todos los días durante 13 años y lo tituló como “Todos los días: los primeros 5000 días”. Este proceso creativo en forma de NFT fue vendido por USD 69,3 millones, y se convirtió en un símbolo del potencial que ofrecen estas tecnologías para transformar las formas del arte y sus transacciones.

Aunque el criptoarte creció de manera impresionante, su futuro parece todavía incierto. Si bien es probable que las criptomonedas y los NFTs sigan desempeñando un papel relevante, el mercado deberá superar varios desafíos, como la regulación fiscal y el control de las transacciones.