John Claus Voss, tuvo una trayectoria marítima rica y variada antes de emprender su legendaria travesía. Navegar es Preciso describe cómo Voss comenzó en 1877 a bordo de un buque alemán, ascendiendo en rango y reputación hasta obtener su licencia de capitán.
Su experiencia, acumulada a lo largo de décadas en diferentes embarcaciones y mares, lo convirtió en un maestro de la navegación en pequeñas embarcaciones, una habilidad que definiría su legado.
En 1901, ya establecido en Columbia Británica, Voss conoció al periodista canadiense Norman Luxton, con quien ideó un ambicioso plan: circunnavegar el mundo en un barco más pequeño que el "Spray“ de Joshua Slocum, el primer hombre en completar una travesía similar en solitario.
Smithsonian Magazine detalla que este acuerdo incluía un pago de 2.500 dólares para Voss y la mitad de los derechos del libro que Luxton escribiría sobre la aventura, inspirado en el éxito literario de Slocum.
La transformación de la Tilikum
El vehículo elegido fue una canoa oceánica indígena, adquirida por Voss a un anciano de la comunidad Nuu-chah-nulth en la Isla de Vancouver.
Según Navegar es Preciso, la embarcación, de 32 pies de eslora (38 con el mascarón de proa), fue adaptada para la travesía por Voss y el carpintero Harry Vollmers.
Entre las modificaciones, se incluyeron costados elevados, una cubierta de roble y velas de algodón confeccionadas por la esposa de Vollmers. Smithsonian destaca que la canoa fue bautizada como Tilikum, palabra en lengua Chinook que significa “amigo” o “comunidad”, reflejando tanto su origen cultural como el espíritu de la expedición.
La travesía: desafíos y tensiones
El 21 de mayo de 1901, Voss y Luxton partieron de Victoria, Columbia Británica, rumbo al Pacífico Sur. Smithsonian describe las limitaciones del equipo: un mapa básico del océano, la ausencia de un cronómetro preciso y la ironía de que Voss, un marino experimentado, no sabía nadar.
Las primeras etapas estuvieron plagadas de contratiempos, incluyendo filtraciones y el regreso forzado al puerto debido a fuertes corrientes. Finalmente, lograron avanzar hacia aguas abiertas, donde enfrentaron condiciones extremas.
Tras 58 días de travesía, la embarcación alcanzó Fiyi. Smithsonian relata que Luxton, abrumado por las condiciones claustrofóbicas y la actitud antipática de Voss, abandonó la expedición en ese punto.
Navegar es Preciso agrega que la relación entre ambos se deterioró aún más debido a los episodios de violencia de Voss, exacerbados por el consumo de alcohol. Sin embargo, la partida de Luxton no detuvo al capitán, quien continuó con la ayuda de un nuevo primer oficial.
El impacto y el final del viaje
La travesía de la Tilikum continuó durante más de tres años, enfrentando tormentas, encuentros con ballenas y múltiples desafíos técnicos y humanos. Smithsonian señala que, al llegar a Londres en 1904, la embarcación fue exhibida en Earl’s Court como una maravilla técnica y un testimonio de la resistencia humana.
Los espectadores quedaron asombrados por el diseño minimalista del barco, carente de barandillas y comodidades, y por la audacia de un hombre que sobrevivió tanto tiempo en condiciones tan precarias.
Según Navegar es Preciso, la travesía totalizó cerca de 40 meses y unos 25.000 kilómetros, durante los cuales Voss tuvo bajo su mando a 11 tripulantes diferentes.
En sus memorias, tituladas The Venturesome Voyages of Captain Voss, el navegante destacó su invención del ancla flotante, una técnica crucial para afrontar las tormentas en mar abierto.
Un legado eterno
Smithsonian y Navegar es Preciso coinciden en que Voss dejó una huella indeleble en la historia marítima. Aunque su personalidad y métodos generaron controversia, fue reconocido como un maestro en la navegación de pequeñas embarcaciones y un precursor de los viajes de aventura modernos.
La Tilikum, cuidadosamente restaurada y exhibida en el Maritime Museum of British Columbia, se alza como un símbolo perdurable de la asombrosa hazaña de John Claus Voss.
La historia de Voss, además de ser un testimonio de habilidad y valentía, evidencia la capacidad humana para superar obstáculos aparentemente imposibles. Su travesía redefine los límites de lo posible, inspirando a navegantes y soñadores a explorar el mundo con ingenio, perseverancia y un espíritu inquebrantable.