En un acto cargado de simbolismo y tradición, miles de cristianos ortodoxos en Bulgaria se sumergieron en aguas heladas para conmemorar la Epifanía, una de las festividades más importantes del calendario religioso ortodoxo. Según informó The Associated Press, las celebraciones se llevaron a cabo el lunes 6 de enero en diversas localidades del país, donde los participantes desafiaron las bajas temperaturas para recuperar los crucifijos lanzados al agua por los sacerdotes, un ritual que simboliza el bautismo de Jesucristo en el río Jordán.
El evento principal tuvo lugar en la pequeña ciudad de Elin Pelin, al este de la capital, Sofía, donde decenas de hombres se lanzaron al río Lesnovska para atrapar la cruz bendita. El momento más destacado fue el tradicional “mazhko horo”, un baile masculino que los participantes realizaron dentro del agua, vestidos con camisas bordadas típicas y entonando canciones populares mientras ondeaban banderas nacionales. Este ritual, que combina fervor religioso y orgullo cultural, es una de las expresiones más emblemáticas de la festividad en Bulgaria.
De acuerdo con el medio local, BTV Novinite, la tradición de arrojar la cruz al agua y recuperarla tiene un significado espiritual y otorga un carácter personal a la celebración. En Bulgaria, miles de personas que llevan el nombre de Jordan celebran su día onomástico durante la Epifanía, lo que añade un matiz festivo a la jornada.
En la ciudad costera de Varna, cerca de 80 personas se lanzaron al Mar Negro para participar en el ritual. El joven Alexander Aensky, un estudiante y jugador de waterpolo de 22 años, fue quien logró recuperar la cruz en su primera participación. “Le deseo a todos los habitantes de Varna mucha salud, éxito y confianza en sus propias capacidades”, expresó Aensky tras su hazaña.
En otras localidades del país, la festividad se vivió con igual intensidad. En Nessebar, un hombre de 29 años fue el encargado de sacar la cruz del agua, mientras que en Burgas, un estudiante de 18 años, también jugador de waterpolo, logró recuperar el símbolo sagrado. En la ciudad de Ruse, el participante de mayor edad, Vencislav Nikolov, de 53 años, se sumergió en el río Danubio para cumplir con la tradición. Nikolov expresó un deseo que resonó entre los asistentes: “Salud, sobre todo salud, y nada de guerras, nada de eso”.
La festividad también incluyó actos simbólicos en la capital, Sofía, donde altos clérigos de la Iglesia Ortodoxa de Bulgaria llevaron a cabo una ceremonia de bendición del agua. Los líderes religiosos rezaron por la prosperidad del pueblo y bendijeron los colores de las unidades representativas del ejército, una tradición que había sido abandonada en 1946 durante el régimen comunista y que fue restaurada en 1992 tras la caída del comunismo.
La Epifanía, conocida en Bulgaria como la “Aparición de Cristo”, marca el final de los 12 días de Navidad y se celebra el 6 de enero en varios países de tradición ortodoxa, como Grecia, Rumania y Ucrania. Sin embargo, no todas las iglesias ortodoxas conmemoran la festividad en la misma fecha. Las iglesias de Rusia y Serbia, que siguen el calendario juliano, celebran la Epifanía el 19 de enero, mientras que su Navidad tiene lugar el 7 de enero.
En la antigua capital búlgara, Veliko Tarnovo, el joven Kaloyan Kalchev, de 19 años y originario de Yambol, recuperó la cruz en presencia del obispo Matei de Nikopol, quien le otorgó su bendición. Kalchev, cadete de la Universidad Nacional Vasil Levski, describió la experiencia como “increíble” y añadió: “No siento frío ni nada. Es una sensación increíble, ¡todos los búlgaros deberían experimentarla!”.
En Kalofer, la festividad adquirió un carácter especial con la participación de Boris, un niño de tan solo 2 años, quien, acompañado por su padre, se adentró en las aguas del río Tundzha para recuperar la cruz. Según relató su padre a BTV Novinite, el pequeño enfrentó el frío con valentía, mientras él se encargaba de protegerlo.