Un nuevo estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences sacó a la luz datos sorprendentes sobre los niveles de contaminación por plomo durante la Pax Romana, la época dorada del Imperio Romano.
Gracias a registros de núcleos de hielo del Ártico, científicos lograron medir cómo las emisiones masivas de plomo, producto de la minería y fundición, afectaron la salud de las personas hace más de 2.000 años.
Los hallazgos revelan el alcance de esta contaminación, pero además invitan a reflexionar sobre el impacto ambiental y la salud en épocas preindustriales.
La contaminación por plomo en el aire en el Imperio Romano
Durante los aproximadamente 200 años de la Pax Romana, el Imperio experimentó un auge en actividades industriales como la minería y la fundición de metales preciosos, especialmente plata y plomo.
Según el estudio, liderado por el Desert Research Institute (DRI), este proceso liberó más de 500 kilotoneladas de plomo a la atmósfera, una cantidad masiva que contaminó el aire en toda Europa.
Joe McConnell, autor principal del estudio, explicó según el medio científico Popular Science: “Hasta donde yo sé, es el primer evento de contaminación a gran escala a causa de actividades industriales”.
A través del análisis de núcleos de hielo, los investigadores pudieron rastrear las partículas de plomo atrapadas en las capas de hielo y vincularlas directamente con operaciones mineras en regiones como el sur de España, una de las principales fuentes de contaminación de la época.
El impacto en la salud: una caída en el coeficiente intelectual
La exposición al plomo tiene consecuencias graves para la salud humana, especialmente en niños.
Según el informe, los niveles de plomo en la atmósfera durante esta época habrían incrementado los niveles de plomo en sangre de los niños romanos a un promedio de 2,4 microgramos por decilitro, lo que se tradujo en una pérdida promedio de entre 2,5 y 3 puntos en el coeficiente intelectual (CI).
Nathan Chellman, coautor del estudio, explicó a la agencia de noticias EFE: “No parece gran cosa, pero si se aplica a toda la población europea, es un gran problema”.
El plomo, una conocida neurotoxina, tiene efectos especialmente dañinos en el desarrollo cognitivo infantil, lo que puede llevar a problemas de concentración, menor rendimiento académico y discapacidades de aprendizaje.
¿Cómo se midieron los niveles de plomo?
Para entender el alcance de la contaminación, el equipo de McConnell utilizó núcleos de hielo extraídos de Groenlandia y otras regiones árticas.
Estas columnas de hielo actúan como un registro natural del medio ambiente al conservar partículas atmosféricas de cada época histórica.
“Las burbujas de gas atrapadas en el hielo ofrecen información sobre la atmósfera de épocas pasadas, mientras que contaminantes como el plomo pueden utilizarse para interpretar la actividad minera e industrial”, afirmó McConnell en la agencia de noticias Europa Press.
El equipo también empleó modelos atmosféricos avanzados para mapear cómo estas emisiones de plomo se dispersaron por Europa.
Según los resultados, la contaminación alcanzó su pico alrededor del año 15 a.C., coincidiendo con el auge del Imperio Romano, y permaneció elevada hasta el declive de la Pax Romana en el año 165 d.C.
Un problema de larga data: las fuentes de exposición al plomo
El plomo no solo estaba presente en el aire. En el Imperio Romano, este metal era utilizado en cañerías, utensilios de cocina e incluso en la producción de vino, lo que aumentaba los riesgos para la salud.
Sean Scott, químico del Laboratorio Nacional del Pacífico Noroeste, señaló que, además de la contaminación atmosférica, las personas probablemente estuvieron expuestas a niveles aún mayores de plomo a través del agua, los alimentos y los objetos domésticos.
Lecciones para el presente
El estudio arroja luz sobre las prácticas ambientales de los romanos y pone en perspectiva las consecuencias de las actividades industriales modernas.
Aunque los niveles de contaminación por plomo en la Pax Romana fueron altos, representaron solo un tercio del impacto global alcanzado durante el siglo XX, cuando se utilizó gasolina con plomo de forma generalizada.
McConnell destacó: “La idea de que hace 2000 años los humanos contaminaban el continente europeo a un nivel de un tercio del que genera la industria moderna es bastante sorprendente”.
Además, el coautor e historiador Andrew Wilson, de la Universidad de Oxford, subrayó sobre los hallazgos: “La investigación resultante cambió nuestra comprensión de la época al encontrar vínculos precisos entre los registros de contaminación por plomo y eventos históricos como la disminución de la población asociada con plagas y pandemias periódicas”.