Bajo los cimientos de la iglesia de Saint-Philibert, en Dijon, Francia, arqueólogos han desenterrado una cripta funeraria de 400 años de antigüedad, junto con una escalera olvidada que condujo a este hallazgo. Según informó el Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas (Inrap), el descubrimiento incluye ataúdes de madera que contenían restos humanos, tanto de adultos como de niños, envueltos en sudarios. Este hallazgo, que también incluye monedas y rosarios, arroja nueva luz sobre el uso histórico del lugar como un importante sitio de enterramiento.
De acuerdo con el Inrap, la bóveda funeraria, ubicada en el crucero de la iglesia, probablemente data de los siglos XV o XVI. En este espacio, los restos de los difuntos eran reorganizados para dar cabida a nuevas inhumaciones, un proceso que implicaba empujar los huesos de los enterramientos previos hacia los lados. Este método refleja las prácticas funerarias de la época, en las que el espacio limitado requería soluciones pragmáticas. Además, las excavaciones revelaron seis sarcófagos que datan de la Antigüedad tardía y del período merovingio (siglos VI al VIII), así como tumbas de losa que se remontan a los siglos XI al XIII.
La iglesia de Saint-Philibert, construida en la segunda mitad del siglo XII, es el único ejemplo de arquitectura románica de esa época que permanece en pie en Dijon. El edificio no solo se destaca por su valor arquitectónico, sino también por su historia como lugar de culto y enterramiento.
Excavaciones previas realizadas en 1923 ya habían revelado restos de una iglesia anterior, incluyendo un ábside del siglo XI y un cementerio contemporáneo. Más recientemente, los arqueólogos identificaron muros construidos con la técnica de opus spicatum, característica de la Alta Edad Media, lo que sugiere la existencia de una iglesia aún más antigua, posiblemente del siglo X.
El suelo de la iglesia y sus alrededores han servido como lugar de descanso final para generaciones de habitantes de Dijon. Según detalló Fox News, las excavaciones en la nave principal han sacado a la luz inhumaciones alineadas en dirección este-oeste, datadas entre los siglos XIV y XVIII. Los cuerpos, en su mayoría adultos, fueron enterrados con sencillez, envueltos en sudarios y acompañados de pocas ofrendas, como monedas y rosarios. Este patrón de enterramiento refleja las costumbres funerarias de la época, marcadas por la austeridad y la espiritualidad.
Además de los hallazgos más recientes, los arqueólogos han identificado sarcófagos que datan del final del Imperio Romano, algunos de los que presentan tapas esculpidas, una rareza que subraya la importancia del lugar como un centro de enterramiento de élite. Según el Inrap, estos estaban dispuestos dentro de estructuras ahora desaparecidas, lo que sugiere que el sitio fue ocupado por edificios religiosos o funerarios durante la transición entre la Antigüedad y la Alta Edad Media.
La historia de la iglesia de Saint-Philibert no está exenta de episodios de deterioro y transformación. Durante los siglos XVIII y XIX, el edificio fue utilizado como almacén de sal, lo que provocó daños significativos en su estructura debido a la impregnación de cloruros en el suelo. En la década de 1970, la instalación de una losa de hormigón calefactada agravó el problema al atrapar los restos de sal, intensificando el deterioro de las piedras y pilares. Aunque la losa fue demolida y se implementaron medidas de mitigación, los daños persisten, planteando desafíos para los esfuerzos de conservación.
El medio local, Armees destacó que las excavaciones recientes han proporcionado información crucial para las restauraciones en curso. Estas intervenciones buscan equilibrar la preservación del patrimonio histórico con la necesidad de mitigar los daños estructurales. Sin embargo, el impacto persistente del salitre y la fragilidad de las piedras plantean interrogantes sobre las estrategias a largo plazo para proteger el edificio.
La iglesia de Saint-Philibert, ubicada en la rue Michelet, cerca de la catedral de Saint-Bénigne, ha sido testigo de siglos de historia y evolución arquitectónica. Según el Repositorio Institucional de la Universidad de Notre Dame (CurateND), durante la Revolución Francesa, el edificio fue abandonado en 1795 y posteriormente cedido a la ciudad. En 1825, las autoridades locales demolieron dos capillas y el ábside de la iglesia para ampliar la calle des Vieilles-Ovens. A pesar de estas pérdidas, el edificio ha sobrevivido como un ejemplo destacado del arte románico en Borgoña.
En la actualidad, la iglesia de Saint-Philibert enfrenta un delicado equilibrio entre la preservación de su rica historia y la lucha contra los daños estructurales. Según el Inrap, los trabajos arqueológicos continúan desvelando secretos enterrados, mientras los restauradores trabajan para proteger lo que queda. En fechas seleccionadas, el edificio abrirá sus puertas al público durante los Días del Patrimonio, ofreciendo una oportunidad única para explorar este sitio cargado de historia.
Cada hallazgo, desde los sarcófagos de la Antigüedad tardía hasta las tumbas medievales, cuenta una historia que conecta a los habitantes de Dijon con su herencia cultural y espiritual.