80 años después de la ocupación nazi, los Países Bajos dieron un paso hacia la transparencia histórica con la publicación de un archivo digital que incluye los nombres de 425.000 ciudadanos sospechados de colaborar con el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Esta decisión, impulsada por el Instituto Huygens a través del proyecto “War in Court”, marca un punto de inflexión en el debate sobre la memoria colectiva y el reconocimiento de la complicidad en los crímenes del Holocausto.
Un archivo para revelar el alcance de la colaboración nazi
El archivo digital, que fue posible gracias a un financiamiento gubernamental de 18 millones de euros, contiene detalles de personas investigadas por colaborar con las fuerzas de ocupación nazis entre 1940 y 1945. Aunque solo el 20% de los acusados enfrentó juicios, las cifras reflejan la magnitud de la colaboración: cerca del 5% de la población de entonces, que rondaba los 8,7 millones, estuvo bajo sospecha.
Dan Stone, profesor de historia moderna en la Universidad Royal Holloway de Londres, señaló a NBC que este archivo “muestra que un gran número de personas fueron acusadas de colaborar con los ocupantes nazis”. Según él, el hecho de que pocos de ellos fueran encarcelados “nos dice tanto sobre la sociedad neerlandesa de posguerra como sobre los hechos ocurridos durante la guerra”.
Entre las actividades investigadas, se incluyen afiliaciones al Partido Nacional Socialista neerlandés (NSB), delaciones y apoyo logístico a las autoridades nazis. Las acusaciones abarcan desde delitos menores hasta actos graves, como la entrega de judíos escondidos.
La decisión de hacer público este archivo llega después de que expirara una ley que impedía su difusión. Aunque la privacidad de las víctimas y testigos está protegida por regulaciones, los datos básicos son accesibles en línea, y detalles más profundos pueden ser consultados físicamente en los Archivos Nacionales en La Haya.
Un legado histórico y su impacto actual
Para Toby Simpson, director de la Wiener Holocaust Library, esta iniciativa es “un recurso importante para historiadores y familiares, además de una herramienta educativa útil”. Simpson subrayó que esta apertura podría servir como modelo para otros países que aún debaten sobre cómo manejar archivos sensibles relacionados con la Segunda Guerra Mundial.
No obstante, el contexto social en los Países Bajos revela desafíos en la preservación de la memoria histórica. Un estudio reciente de la Claims Conference evidenció que el 23% de los millennials y la Generación Z en el país cree que el Holocausto es un mito o que el número de víctimas ha sido exagerado. Este dato resalta la urgencia de fortalecer la educación sobre el Holocausto, especialmente en una nación que perdió a tres cuartas partes de su población judía durante el conflicto.
Herramienta clave para la educación y la investigación
El archivo representa una oportunidad invaluable para investigadores y educadores. Al igual que el Archivo Arolsen, el mayor repositorio sobre víctimas y sobrevivientes del nazismo, este recurso puede ofrecer información detallada que permita comprender mejor el impacto de la ocupación nazi en los Países Bajos.
Simpson sugirió que el carácter digital del archivo podría facilitar su uso en las aulas, ofreciendo a los docentes una herramienta moderna para enseñar sobre los peligros de la complicidad y la importancia de los derechos humanos.
Además, el proyecto “War in Court” busca fomentar la reflexión sobre la posguerra y las políticas de justicia implementadas. Aunque los juicios a colaboradores fueron limitados, la publicación del archivo puede reabrir preguntas sobre la eficacia de las respuestas jurídicas y sociales tras el conflicto.
Preservar la memoria: un desafío contemporáneo
A pesar de las iniciativas recientes, como un museo inaugurado en 2021 y un nuevo memorial en Ámsterdam, la percepción pública sobre el Holocausto sigue siendo frágil. La difusión de este archivo llega en un momento crucial para contrarrestar la desinformación y reforzar la memoria histórica.
La publicación de los nombres de colaboradores nazis ilumina un capítulo oscuro de la historia neerlandesa y plantea interrogantes sobre cómo las sociedades enfrentan su pasado. En palabras de Dan Stone, el archivo es “muy oportuno” para los debates actuales en los Países Bajos, donde la memoria de la Segunda Guerra Mundial sigue siendo un tema complejo y, generalmente, controversial.