El personaje de Judge Holden, o simplemente “el Juez”, figura central en la novela Blood Meridian de Cormac McCarthy, ha sido objeto de debate desde su publicación en 1985. Este antagonista despiadado, retratado como un ser físicamente imponente y dotado de una inteligencia casi sobrehumana, encarna una brutalidad desmesurada que trasciende la ficción. Sin embargo, su origen histórico no está completamente claro, alimentando teorías y especulaciones sobre si fue una persona real o una construcción literaria.
En la novela de McCarthy, ambientada en el contexto de las violentas expediciones de caza de cabelleras en la frontera entre México y Estados Unidos durante mediados del siglo XIX, Holden forma parte de la banda de John Joel Glanton, un grupo de hombres contratados inicialmente por autoridades mexicanas para atacar a comunidades indígenas como los apaches.
Este personaje es descrito como “un hombre masivo, albino y sin un solo cabello en su cuerpo”, cuya altura se aproxima a los siete pies. Es un erudito, con conocimientos avanzados en geología, botánica, mineralogía, música y lenguas, y se destaca por su capacidad para dominar cualquier actividad que intente, ya sea montar a caballo, tocar instrumentos musicales o entablar negociaciones diplomáticas. Pero por encima de todo, Holden está impulsado por una obsesión por la violencia y una filosofía que glorifica la guerra como la máxima expresión de la existencia humana.
El retrato del juez en la novela se inspira en los escritos de Samuel Chamberlain, un pintor, soldado y escritor del siglo XIX que documentó su tiempo con la banda de Glanton en sus memorias My Confession: Recollections of a Rogue. En este texto, Chamberlain describe a Holden como un hombre “destinado al mal”, de físico imponente y mirada feroz, cuya conducta era tanto aterradora como desconcertante. Según Chamberlain, Holden tenía un rostro “carente de expresión”, pero en momentos de violencia sus ojos “resplandecían con una ferocidad digna de un demonio”. Chamberlain incluso afirmó haber “odiado al Juez desde el primer momento”, aunque curiosamente también relata que este le trataba con cortesía, mostrando un conocimiento inesperado sobre lugares como Boston, la ciudad natal de Chamberlain.
A pesar de los detalles ofrecidos por Chamberlain, el rastro histórico de Judge Holden es escaso. Su nombre aparece exclusivamente en las memorias de Chamberlain y no se encuentra corroborado en otras fuentes contemporáneas. Esto ha llevado a algunos historiadores a cuestionar si Holden era una persona real o simplemente un personaje ficticio creado o embellecido por Chamberlain. Los pocos datos históricos disponibles apuntan a que el Juez pudo haber perecido junto con la banda de Glanton en 1850, cuando un ataque de guerreros quechan acabó con la mayoría de sus integrantes cerca del río Colorado. Sin embargo, su destino exacto permanece incierto.
Esta ambigüedad ha dado lugar a teorías sobre la verdadera identidad de Holden. Algunos especulan que el nombre podría ser un seudónimo. Entre las hipótesis más populares se encuentra la posibilidad de que fuera en realidad el geólogo John Allen Veatch, quien lideró una partida de caza de cabelleras en México, o el periodista Charles Wilkins Webber, un explorador de Kentucky que organizó una expedición minera en la misma región y época donde el Juez habría estado activo. Ambos candidatos comparten ciertas similitudes con la descripción de Holden, aunque ninguna conexión ha sido probada de manera concluyente.