China avanza con una polémica represa: crecen las tensiones ambientales y culturales

El megaproyecto sobre el río Yarlung Tsangpo pone en riesgo a las comunidades locales y a la biodiversidad en una zona sísmica. The Washington Post detalló los peligros del plan chino

Guardar
China planifica un megaproyecto energético
China planifica un megaproyecto energético en el río Yarlung Tsangpo, con un importante impacto ambiental y geopolítico (Archivo)

China avanza con determinación para la construcción de un megaproyecto hidroeléctrico en el río Yarlung Tsangpo, una obra que despierta preocupaciones sobre su impacto en ecosistemas frágiles, comunidades locales y las relaciones diplomáticas en una región estratégica y sensible. Es por ello que el medio The Washington Post realizó un informe sobre las alertas que rodean al programa chino.

El Yarlung Tsangpo, conocido río abajo como Brahmaputra, es el protagonista de esta monumental obra. El río fluye desde las altas planicies del Tíbet hacia India y Bangladesh, conectando así tres países y culturas. Las represas planeadas se ubicarán en una garganta de 500 kilómetros de longitud, alcanzando profundidades que triplican las del Gran Cañón.

El régimen chino, sin embargo, no brinda detalles sobre el cronograma de construcción, lo que añade incertidumbre sobre su viabilidad inmediata.

Las comunidades tibetanas temen desplazamientos
Las comunidades tibetanas temen desplazamientos y efectos en su patrimonio cultural (REUTERS/Carlos Barria)

Preocupaciones y desafíos del megaproyecto hidroeléctrico

El proyecto hidroeléctrico en el Yarlung Tsangpo desencadena una serie de preocupaciones en diversos sectores. Estas inquietudes abarcan desde los impactos ambientales hasta las amenazas a comunidades locales y el riesgo latente de operar en una región altamente sísmica.

El Tíbet con su biodiversidad única y ecosistemas frágiles, es una de las regiones más vulnerables del planeta. Los activistas y grupos de derechos humanos advierten que el megaproyecto podría alterar de manera irreversible el paisaje natural, afectando el hábitat de especies endémicas y desencadenando deslizamientos de tierra y flujos de lodo. Estas amenazas son especialmente críticas dado que la región está ubicada en una de las zonas sísmicas más activas del mundo.

Un ingeniero senior de la oficina geológica provincial de Sichuan (China) advirtió en 2022 que, aunque las represas sean diseñadas para resistir sismos, “los deslizamientos de tierra y flujos de rocas inducidos por terremotos son a menudo incontrolables y representan una amenaza significativa para el proyecto”. Este riesgo geológico no solo compromete la estabilidad de las infraestructuras, sino que también puede afectar a las comunidades cercanas y al medioambiente.

Las comunidades tibetanas también se enfrentan a posibles desplazamientos y pérdidas culturales. En febrero de 2023 acontecieron protestas en Kamtok, una región montañosa en la frontera entre Tíbet y la provincia de Sichuan, denunciaron que una de las represas planeadas podría inundar hasta seis monasterios budistas. Estas construcciones albergan murales que datan del siglo XVI, considerados patrimonio cultural inestimable.

La organización no gubernamental Tibet Watch describió en un informe que por primera vez, los proyectos de infraestructura china están afectando “paisajes previamente entre los menos alterados en la Tierra”. Esta transformación altera la conexión espiritual de las comunidades locales con su entorno, y socava su modo de vida tradicional.

Construir en un río que desciende casi 5.500 metros en su recorrido presenta desafíos de ingeniería sin precedentes. Las características extremas del Yarlung Tsangpo dificultan las soluciones tradicionales, lo cual aumenta los costos y riesgos del proyecto. Si bien el régimen chino se ufana de que el megaproyecto está diseñado con los más altos estándares, los detalles técnicos todavía no fueron revelados, dejando preguntas abiertas sobre su factibilidad y sostenibilidad a largo plazo.

El proyecto pretende triplicar la
El proyecto pretende triplicar la capacidad energética de la represa de las Tres Gargantas (Imagine China)

Reacciones internacionales con tensiones y retos diplomáticos

India expresó reiteradas inquietudes sobre los efectos río abajo de las represas chinas. Estas incluyen el posible impacto en el suministro de agua para millones de personas y las implicaciones para el estado de Arunachal Pradesh, una región que India considera su territorio, pero que China reclama como propio. La desconfianza entre ambos países, que mantienen una disputa fronteriza desde hace décadas, se ve amplificada por la falta de acuerdos claros sobre el uso compartido de los recursos hídricos.

En 2020, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China defendió su derecho “legítimo” a construir las represas, argumentando que ya habían considerado los impactos aguas abajo. Sin embargo, los avances en el proyecto ocurrieron en paralelo con una ruptura de la cooperación bilateral en materia de datos hidrológicos, después de que un acuerdo de intercambio expirara en 2023 sin ser renovado. Amit Ranjan, investigador de la Universidad Nacional de Singapur, advirtió que la ausencia de este acuerdo dificulta la resolución de tensiones. “Cuando hay buenas relaciones, estos problemas pueden resolverse rápidamente”, afirmó Ranjan.

Además de las tensiones con India, el megaproyecto plantea desafíos para Bangladesh, otro país que depende del flujo del río Brahmaputra. Cambios en el caudal de la corriente podrían afectar negativamente sus ecosistemas y comunidades agrícolas, aumentando la presión sobre una región ya vulnerable al cambio climático.

Guardar