En el este de Islandia, en las proximidades del fiordo de Stöðvarfjörður, un equipo de arqueólogos ha desenterrado un hallazgo que podría alterar el entendimiento actual sobre los primeros asentamientos vikingos en la isla. Dos estructuras denominadas longhouses, utilizadas como viviendas comunales en la Era Vikinga, han salido a la luz en este sitio arqueológico.
Lo más sorprendente de este descubrimiento radica en su cronología, ya que una de las construcciones es anterior en al menos 70 años a la fecha tradicionalmente aceptada para la colonización permanente de Islandia.
Las longhouses eran estructuras características de la cultura vikinga, diseñadas para albergar a varias familias bajo un mismo techo. Construidas con materiales locales como madera, turba y paja, y reforzadas para resistir las inclemencias del clima, estas casas comunales solían incluir divisiones internas para separar espacios de vivienda y áreas para actividades domésticas o de almacenamiento.
Según detalla Live Science, en el centro de estas construcciones se ubicaban hogares de piedra, que proporcionaban calor y servían como puntos de reunión para los habitantes durante los crudos inviernos. Aunque se han encontrado estructuras similares en toda la región nórdica, las de Stöð presentan particularidades que las hacen únicas dentro del contexto islandés.
La primera de las longhouses descubiertas corresponde a un asentamiento que data de alrededor del año 874 d.C., una fecha que coincide con la llegada documentada de los vikingos a Islandia. Según la tradición, estos colonos escapaban del dominio del rey Harald Fairhair, el primer monarca de Noruega. Esta estructura mide aproximadamente 40 metros de largo por 6 metros de ancho y se encuentra entre las mejor conservadas del país. Pero lo que realmente la distingue es el conjunto de artefactos encontrados en su interior.
Los arqueólogos desenterraron una colección de tesoros que incluye monedas romanas y de Medio Oriente, piezas de plata conocidas como hacksilver (fragmentos cortados y doblados que se usaban como moneda), cuentas de vidrio ornamentales, un pequeño fragmento de oro, anillos y pesos utilizados para medir metales preciosos. Este conjunto de hallazgos representa uno de los más valiosos de su tipo en toda Escandinavia y sugiere que esta longhouse perteneció a un jefe vikingo, una figura prominente dentro de la comunidad que probablemente controlaba actividades comerciales y de intercambio de gran alcance.
Debajo de esta residencia se halló una casa comunal aún más antigua, del año 800, que los investigadores creen fue utilizada como campamento estacional. Los habitantes habrían explotado recursos como carne y pieles de focas y ballenas para comerciar en las redes vikingas.
La cronología tradicional sitúa el primer asentamiento humano en Islandia en 874, con la llegada de colonos que huían de Harald Fairhair, rey de Noruega. Sin embargo, el descubrimiento de esta estructura anterior desafía esta narrativa y sugiere que Islandia fue explorada e incluso habitada temporalmente antes de esa fecha.
“Esta evidencia sugiere un patrón de asentamientos estacionales que precedieron a los permanentes, similar a lo que ocurrió en otros puntos del Atlántico Norte”, explicó Bjarni Einarsson, arqueólogo líder del proyecto.
Con una longitud similar a la del longhouse más joven, esta estructura también presenta características únicas, como la inclusión de una herrería en su diseño. Este espacio, identificado como un área para el trabajo de metales, es la única instalación de su tipo descubierta en un asentamiento vikingo en Islandia.
Este hallazgo también sugiere una organización avanzada incluso en un contexto que los arqueólogos consideran temporal. La existencia de una herrería indica que los habitantes de este campamento probablemente fabricaban o reparaban herramientas y objetos de metal, necesarios tanto para la caza como para el comercio.
Einarsson destacó en entrevista con Live Science, que los vikingos solían establecer primeros campamentos temporales en islas remotas antes de fundar asentamientos permanentes. Este modelo ya se ha observado en lugares como L’Anse aux Meadows, en Terranova, Canadá, un sitio que data del año 1000 d.C. y que comparte similitudes funcionales con el campamento estacional de Stöð.
El proyecto, financiado por el Fondo Arqueológico de Islandia y apoyado por gobiernos locales y empresas, ha estado en marcha desde 2015. Según contó a Live Science, Einarsson, el trabajo en el sitio de Stöð está lejos de concluir. Los arqueólogos todavía necesitan completar la excavación de la estructura más reciente antes de profundizar en el estudio del longhouse más antiguo. Sin embargo, los hallazgos hasta ahora ya han proporcionado información invaluable sobre la vida de los vikingos en Islandia y su capacidad para adaptarse y prosperar en ambientes extremos.