En el Scrabble, pocos nombres son tan legendarios como el de Nigel Richards. Este neozelandés, reconocido como el mejor jugador de todos los tiempos, logró lo impensable: ganar campeonatos mundiales en idiomas que no habla. Su último triunfo, en noviembre, fue en el campeonato mundial de Scrabble en español celebrado en Granada, España. Sin hablar el idioma, Richards venció a competidores experimentados, lo que dejó mudos a los organizadores y rivales.
La trayectoria única de Nigel Richards y su método visual
Richards no es un jugador común; su habilidad para memorizar listas de palabras lo convierte en una figura sin igual. En su primera competencia de Scrabble en español, derrotó al campeón defensor Benjamín Olaizola de Argentina, ganando 23 de los 24 juegos que participó. Según Alejandro Terenzani, organizador del torneo, “era imposible reaccionar negativamente, solo podías maravillarte” ante su hazaña. Terenzani agregó que aunque se esperaba que Richards tuviera un buen desempeño, “quizás es cierto que superó nuestras expectativas”, reveló a la agencia de noticias AP.
El enfoque de Richards no depende de un conocimiento lingüístico tradicional. Su amiga Liz Fagerlund explicó que Richards ve las palabras como bloques visuales. “Una vez que las palabras entran en su cerebro como una imagen, puede recordarlas muy fácilmente”, señaló. Este método le permitió memorizar la lista de palabras de Scrabble en español en sólo un año. Previamente, en 2015, había conquistado el campeonato de Scrabble en francés tras solo nueve semanas de estudio.
Aunque no se destaca por sus habilidades lingüísticas, su capacidad matemática y visual es prodigiosa. Su madre, Adrienne Fischer, comentó a AP que Richards no sobresalió en inglés durante la escuela y nunca asistió a la universidad. Aun así, dominó el Scrabble a un nivel que lo llevó a ser el primer jugador en mantener simultáneamente los títulos mundial, estadounidense y británico en 2008. Esto requirió olvidar intencionadamente palabras del inglés británico que no estaban en la lista americana, demostrando su control mental y estratégico.
Una hazaña que asombró al mundo del Scrabble
Richards se enfrentó a una lista más extensa de palabras en español, con miles de combinaciones adicionales de siete, ocho y nueve letras y tuvo que adaptarse a los valores diferentes de las fichas en cada idioma. A pesar de estas desventajas, su victoria consolidó su reputación como el mejor jugador de Scrabble de todos los tiempos.
En el campeonato de Granada, Richards impresionó con su modestia y humildad. “Era tímido, pero posó para fotos y habló con los fanáticos que se le acercaban, aunque lo hizo en inglés, por supuesto”, añadió Terenzani a AP. Sin embargo, él no busca la atención mediática: “Recibo muchas solicitudes de periodistas para entrevistarlo y no está interesado. No entiende por qué tanto alboroto”, afirmó Fagerlund.
Su dedicación también se refleja en anécdotas que muestran su compromiso con el juego. En 1997, dos años después de asistir a su primer club de Scrabble, Richards pedaleó 350 kilómetros desde Christchurch hasta Dunedin para participar en el campeonato nacional de Nueva Zelanda. No solo ganó en su primera participación, sino que luego regresó a casa en bicicleta.
Richards inspiró asombro incluso entre los jugadores más experimentados. Will Anderson, un destacado jugador estadounidense, señaló que los hablantes nativos tienen “una gran ventaja”, ya que el Scrabble no requiere conocer las definiciones de las palabras, sino únicamente las combinaciones permitidas en el idioma.
El interés por su estilo de juego va más allá de las competiciones: sus partidas son analizadas en YouTube por miles de fanáticos que buscan entender su mirada. A lo largo de más de tres décadas, Richards ha dejado una huella imborrable en la comunidad internacional de Scrabble, demostrando que el talento y la determinación pueden superar cualquier barrera lingüística.