En una industria dominada históricamente por hombres, la ingeniera, Lisa Su se destacó como una de las figuras más influyentes del sector tecnológico global.
La revista Time -que la declaró como CEO of the Year- recorre su historia, esa que comienza en Taiwán, donde nació, y continúa en Estados Unidos, adonde se mudó con su familia a los tres años.
Desde pequeña, Lisa mostró un interés especial por las ciencias y la tecnología, fascinándose con su computadora Commodore 64, en la que escribía programas básicos.
Su pasión por la tecnología la llevó a estudiar ingeniería eléctrica en el MIT, donde obtuvo su doctorado. Fue en uno de los laboratorios donde comenzó a explorar el mundo de los semiconductores, quedando cautivada por el poder matemático que estas diminutas piezas podían contener.
A partir de ahí, su carrera despegó. Trabajó en gigantes tecnológicos como Texas Instruments e IBM, donde adquirió experiencia en gestión de proyectos tecnológicos.
La llegada a AMD y el rescate de una empresa en crisis
En 2012, Lisa Su se unió a AMD como vicepresidenta senior. Dos años después, fue nombrada directora ejecutiva, asumiendo el liderazgo de una empresa que atravesaba una profunda crisis.
Sus acciones cotizaban a solo tres dólares, y su participación en el mercado de chips para centros de datos era tan baja que los analistas la consideraban inexistente.
Su enfoque fue claro y decisivo: innovar, reconstruir relaciones comerciales y simplificar el negocio.
Rechazó propuestas arriesgadas como entrar en el mercado de chips para teléfonos inteligentes, apostando, en cambio, por lo que AMD hacía mejor: procesadores potentes para computadoras y servidores.
Los procesadores Zen
Según Time, bajo la dirección de Su, AMD desarrolló productos innovadores como los procesadores de la serie Zen, que redefinieron los estándares del sector. En 2022, AMD superó en valor de mercado a su eterno rival Intel, un logro considerado impensable años antes.
Los papeles de la empresa se dispararon hasta alcanzar aproximadamente 140 dólares por acción.
Este éxito llevó a la Escuela de Negocios de Harvard a enseñar el modelo de gestión de Lisa Su como un caso de estudio empresarial ejemplar.
La empresa también avanzó en GPU (unidades de procesamiento gráfico), esenciales para tareas complejas como el entrenamiento de modelos de inteligencia artificial (IA).
Sin embargo, Nvidia sigue dominando este segmento, especialmente después de identificar antes que nadie el potencial de sus chips para la IA.
A pesar de esto, AMD logró importantes contratos, como su participación en la supercomputadora El Capitán, la más poderosa del mundo en la actualidad.
Geopolítica y semiconductores
El éxito de AMD depende de una cadena de suministro global altamente especializada. La mayor parte de sus chips avanzados se fabrican en Taiwán, a través de TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing CO), cuya proximidad a China representa un riesgo geopolítico significativo.
Las tensiones entre Estados Unidos y China generaron restricciones a la exportación de tecnología avanzada, afectando a empresas como AMD.
En 2019, el gobierno de EE. UU. incluyó a una empresa conjunta de AMD en la “lista de entidades restringidas”, y las regulaciones actuales prohíben vender ciertos chips avanzados a empresas chinas.
Además, se teme que una posible invasión china a Taiwán podría interrumpir la fabricación global de semiconductores, con consecuencias devastadoras para la industria tecnológica mundial y la economía global.
Desafíos actuales y futuro de AMD
AMD apuesta por chips de inferencia de IA, un sector con alto potencial, pero que requiere inversiones multimillonarias en investigación y desarrollo para mantenerse competitivo.
Las restricciones a la exportación de tecnología avanzada amenazan su participación en el mercado chino, que representa el 15 % de sus ingresos.
Su éxito a largo plazo depende de su capacidad para diversificar mercados, innovar y adaptarse a un entorno global en constante cambio.
Semiconductores y economía global
Los semiconductores son el corazón de la economía digital moderna, alimentando desde computadoras y teléfonos inteligentes hasta vehículos eléctricos, redes de Internet y sistemas de inteligencia artificial.
AMD, junto a otros fabricantes como Intel y Nvidia, desempeña un papel crucial en esta cadena tecnológica.
Sus chips permiten procesar billones de cálculos por segundo, lo que hace posible desde la transmisión de películas hasta las transacciones financieras y el funcionamiento de aplicaciones de inteligencia artificial como ChatGPT.
El crecimiento económico global está estrechamente ligado al desarrollo de semiconductores cada vez más potentes. Centros de datos, supercomputadoras y dispositivos conectados dependen de estos chips para manejar grandes volúmenes de datos en tiempo real.
El auge de la IA y la computación en la nube disparó la demanda de estos procesadores avanzados, consolidando a empresas como AMD en el centro de esta revolución tecnológica.
Además, el liderazgo tecnológico en la industria de semiconductores se convirtió en un factor estratégico para las economías más avanzadas, con importantes implicaciones geopolíticas y de seguridad nacional. Estados Unidos, China y la Unión Europea están invirtiendo miles de millones de dólares para asegurar su autosuficiencia en este sector clave.