En un reciente evento que atrajo la atención de coleccionistas y apasionados de la historia, un reloj de bolsillo perteneciente a un pasajero del Titanic fue subastado por una suma considerable. El artefacto, deteriorado, pero cargado de historia, fue recuperado del cuerpo de Sinai Kantor, un inmigrante ruso de origen judío que murió en el trágico hundimiento del transatlántico en 1912. La pieza se vendió por $57,500, según informó Associated Press.
La historia detrás de este reloj comienza con el viaje de Sinai y su esposa Miriam Kantor, quienes partieron de su natal Vitebsk, Rusia, con la esperanza de construir un futuro en Estados Unidos. Ambos eran universitarios, con sueños de estudiar medicina y odontología en Nueva York. Según los registros citados por Heritage Auctions, la pareja viajó en segunda clase y pagó 26 libras por sus boletos, el equivalente a aproximadamente USD 3.666 actuales. Sinai, además, llevaba consigo un cargamento de pieles con la intención de venderlo para financiar sus estudios.
El destino, sin embargo, les tenía reservado un giro trágico. Cuando el Titanic chocó contra un iceberg la noche del 14 de abril de 1912, la evacuación siguió la política de “mujeres y niños primero”. Miriam logró asegurar un lugar en un bote salvavidas, mientras que Sinai quedó atrapado en el barco condenado. Horas más tarde, el Titanic se hundiría definitivamente en las frías aguas del Atlántico Norte, llevándose consigo a más de 1.500 personas, incluido Sinai.
Los esfuerzos de rescate posteriores lograron recuperar su cuerpo junto a varias de sus pertenencias personales, incluido el reloj que recientemente fue subastado. No obstante, el proceso para que Miriam pudiera reclamar estos objetos estuvo lleno de complicaciones legales que se prolongaron durante cinco semanas, según destacó Heritage Auctions.
El reloj, un modelo suizo con números en hebreo y un diseño en relieve que muestra a Moisés sosteniendo las Tablas de la Ley, refleja la herencia cultural y religiosa de su propietario. Sin embargo, tras pasar días en aguas heladas y más de un siglo guardado, su estado de conservación es deficiente. Smithsonian detalló que el dial está manchado, las manecillas están casi completamente desgastadas y el mecanismo interno está oxidado. El revestimiento de plata que alguna vez cubrió el reloj se ha corroído, dejando expuesto el latón debajo.
El interés por objetos relacionados con el Titanic ha crecido constantemente a lo largo de los años, impulsado por el aura de misterio y tragedia que rodea la historia del barco. Un ejemplo notable es el reciente récord de venta de un reloj de oro de 18 quilates de Tiffany & Co. que perteneció al capitán del Carpathia. Este fue el barco que acudió en ayuda del Titanic y logró rescatar a más de 700 sobrevivientes.
Como muestra de gratitud, las viudas de tres importantes empresarios que fallecieron en el desastre le regalaron el reloj, que llevaba una inscripción de agradecimiento fechada el 15 de abril de 1912. Este objeto fue subastado por £1.56 millones (casi dos millones de dólares), convirtiéndose en el artículo más caro relacionado con el Titanic jamás vendido.
La fascinación por estos artefactos se explica, según el subastador Andrew Aldridge, por la combinación de una oferta limitada y una demanda creciente. “Cada hombre, mujer y niño a bordo del Titanic tenía una historia que contar, y esas historias continúan hablándonos a través de estos objetos”, señaló en declaraciones recogidas por Euro News.
El mercado de recuerdos del Titanic no muestra signos de disminuir, como lo demuestran los récords sucesivos en las ventas de objetos históricos. Antes de la reciente venta del reloj de Rostron, el récord lo ostentaba un reloj de bolsillo de oro que perteneció al magnate John Jacob Astor, recuperado de su cuerpo siete días después del hundimiento y vendido por USD1,9 millones en abril pasado. Otro objeto emblemático fue el violín tocado por la banda del Titanic mientras el barco se hundía, que se vendió por ISD1,4 millones en 2013 y mantuvo el récord durante 11 años.