Con el objetivo de revolucionar la seguridad en las carreteras, la policía de Devon y Cornualles, al suroeste de Inglaterra, comenzó a probar un sistema innovador de cámaras equipadas con inteligencia artificial (IA).
Según datos compartidos por Paris Match y basados en información de The Sun, este sistema tecnológico analiza las señales externas que podrían indicar ebriedad, como el comportamiento del vehículo o la postura del conductor.
Durante diciembre, estas cámaras estarán operativas como parte de un programa piloto diseñado para identificar conductores que puedan estar bajo los efectos del alcohol. Esta iniciativa, que ya genera debate sobre los límites de la tecnología en el ámbito de la seguridad, promete optimizar los recursos policiales y reforzar la vigilancia en regiones de gran extensión.
Una vez detectado un posible caso, la cámara envía una alerta a las patrullas más cercanas para que procedan a realizar una prueba de alcoholemia en carretera. Simon Jenkinson, miembro destacado de las fuerzas de seguridad locales, explicó que la extensión del área vigilada, con más de 22.000 kilómetros de carreteras, hace imposible una cobertura completa mediante métodos tradicionales. “Con esta tecnología, podemos asignar nuestras patrullas de manera mucho más eficiente, enfocándonos en las áreas que requieren atención inmediata”, señaló Jenkinson.
La Inteligencia Artificial como aliada, no como sustituto humano
El desarrollo de estas cámaras estuvo a cargo de una empresa australiana que busca complementar, no reemplazar, la experiencia humana. Geoff Collins, director de la compañía Acusensus, explicó que la IA funciona como una extensión de la intuición de un oficial veterano.
“Un policía experimentado, al observar un vehículo, puede identificar de manera instintiva si algo no está bien. Nuestra tecnología reproduce ese nivel de percepción, pero sin emitir juicios definitivos”, aclaró Collins. Esta distinción es crucial para evitar errores de diagnóstico que podrían generar conflictos legales o cuestionamientos éticos.
Aunque esta tecnología se encuentra en fase experimental, no es la primera vez que se emplean cámaras inteligentes para mejorar la seguridad vial en Inglaterra. En Manchester, dispositivos similares se utilizaron para sancionar a conductores que usaban teléfonos móviles o que no llevaban puesto el cinturón de seguridad.
Durante las primeras cinco semanas de funcionamiento, se registraron más de 3.200 infracciones, un resultado que refuerza la eficacia de estas herramientas para detectar comportamientos de riesgo. Si bien los objetivos de ambos sistemas son diferentes, estos antecedentes evidencian el potencial de la IA para transformar las políticas de seguridad vial.
La incorporación de inteligencia artificial en la vigilancia vial plantea tanto oportunidades como desafíos. Por un lado, su capacidad para analizar datos en tiempo real permite detectar situaciones de peligro que podrían pasar desapercibidas para los agentes humanos.
Por otro, es esencial garantizar que estas herramientas no se perciban como intrusivas ni generen tensiones con los derechos individuales. “La tecnología está aquí para ayudarnos, no para reemplazarnos”, enfatizó Collins, destacando la importancia de equilibrar la innovación con la ética.
El éxito de estas iniciativas dependerá de cómo se integren en un marco más amplio de estrategias de seguridad. La educación vial y las campañas de concienciación seguirán siendo fundamentales para abordar las causas subyacentes del comportamiento imprudente en las carreteras.
Las cámaras inteligentes con IA representan una solución prometedora para reducir accidentes de tráfico y salvar vidas. Este programa piloto en Devon y Cornualles, si se consolida como un modelo exitoso, podría replicarse en otras regiones del Reino Unido e incluso en el resto del mundo. De momento, las miradas están puestas en los resultados de esta prueba, que podrían redefinir los estándares de seguridad vial a nivel global.