En un viaje que desafía los límites conocidos de la naturaleza, una ballena jorobada recorrió más de 12 mil kilómetros a través de tres océanos, desde la costa del Pacífico de Colombia hasta Zanzíbar, en el océano Índico. Este hallazgo, considerado la migración más extensa registrada para esta especie, ha dejado perplejos a los biólogos marinos y abre nuevas interrogantes sobre los motivos detrás de este extraordinario desplazamiento.
Aspectos científicos y biológicos: un viaje sin precedentes
Las ballenas jorobadas son conocidas por realizar migraciones largas, consideradas las más extensas entre los mamíferos. Generalmente, sus rutas siguen una dirección norte-sur, migrando entre zonas de alimentación en aguas frías y zonas de reproducción en regiones tropicales. Sin embargo, el recorrido de esta ballena rompió ese patrón tradicional.
Ekaterina Kalashnikova, investigadora del Centro de Estudios Científicos de Bazaruto y autora principal del estudio publicado en Royal Society Open Science, calificó este viaje como “realmente impresionante e inusual, incluso para esta especie altamente migratoria”. Los investigadores especulan que el animal podría haber nadado hacia la Antártida antes de virar hacia la costa oriental de África, lo que extendería aún más su travesía.
Las razones biológicas detrás de este comportamiento siguen siendo un misterio. Los expertos señalan que las ballenas jorobadas son especies sociales que migran en grupos definidos y rara vez atraviesan océanos de este a oeste. Sin embargo, esta ballena desafió esa norma, lo que indica una posible alteración de su comportamiento migratorio habitual.
Tecnología utilizada para el seguimiento: la ciencia ciudadana en acción
El descubrimiento de esta migración fue posible gracias a Happywhale.com, una plataforma de ciencia ciudadana que permite a biólogos y entusiastas cargar fotos de las aletas caudales de las ballenas, que poseen patrones únicos de marcas, cicatrices y pigmentación, funcionando como “huellas dactilares” que permiten identificar individuos con precisión.
El sitio utiliza un sistema de inteligencia artificial adaptado del reconocimiento facial humano para analizar cada imagen subida y compararla con su base de datos, que incluye más de 900.000 fotografías de unas 109.000 ballenas individuales. Ted Cheeseman, ecólogo marino y fundador de Happywhale, destacó en diálogo con The Guardian que la plataforma ahorra miles de horas de trabajo, reemplazando procesos manuales que antes eran extremadamente laboriosos.
Curiosamente, cuando el software identificó a la misma ballena en Colombia y luego en Zanzíbar, los investigadores inicialmente pensaron que se trataba de un error. Sin embargo, una revisión detallada confirmó el hallazgo, marcando un hito en la investigación marina y subrayando el poder del análisis basado en inteligencia artificial.
Hipótesis sobre las causas de la migración: explorando lo desconocido
Los científicos han propuesto varias teorías para explicar este inusual viaje:
- Cambio climático y alteración de hábitats: el aumento de la temperatura del océano podría estar afectando las rutas de migración tradicionales y desplazando las zonas de alimentación ricas en kril, principal fuente de alimento para estas ballenas.
- Competencia por el alimento: los esfuerzos de conservación han incrementado la población de ballenas jorobadas, lo que podría estar generando mayor competencia por recursos en sus hábitats habituales. Esto podría obligar a algunos individuos a explorar nuevas áreas en busca de alimento.
- Motivaciones reproductivas: el comportamiento reproductivo también podría estar involucrado. Las ballenas jorobadas son polígamas y los machos suelen competir intensamente por parejas. El animal podría haber realizado este viaje en busca de oportunidades de apareamiento en nuevas aguas.
- Confusión migratoria: algunos investigadores no descartan que la ballena pudiera haber estado desorientada o simplemente “explorando” fuera de sus rutas habituales, un fenómeno poco documentado pero posible.
Implicaciones para la investigación futura
Este sorprendente hallazgo sugiere que aún hay mucho por descubrir sobre los comportamientos migratorios de las ballenas jorobadas. La capacidad de rastrear individuos a nivel global mediante plataformas de ciencia ciudadana podría proporcionar datos esenciales para comprender mejor sus patrones de migración y sus respuestas al cambio climático.
Vanessa Pirotta, investigadora de ballenas, destacó en The Guardian: “Estamos más conectados que nunca y esto también se aplica a la investigación marina”. Los datos recolectados globalmente permiten a los científicos contar historias más completas sobre estos majestuosos mamíferos y enfrentar mejor los desafíos que ponen en riesgo sus hábitats y supervivencia.
El viaje de esta ballena jorobada podría ser solo el comienzo de una nueva era en el estudio de los océanos, revelando misterios aún ocultos bajo sus profundidades.