Carl Smith, un residente de New Addington, Croydon, Londres, se encontró en el centro de una controversia legal que puso en evidencia el impacto de una acción aparentemente insignificante, que tuvo un impacto en la postura de las autoridades locales contra la acumulación de basura en las calles. El 23 de mayo de este año, el hombre arrojó una colilla de cigarrillo en Market Square, Bromley, un acto que rápidamente se transformó en un asunto legal. Aunque al principio solo enfrentaba una multa de £100 (123 dólares) por el incidente, la historia no terminó ahí.
El 3 de diciembre, Smith compareció ante el Tribunal de Magistrados de Bromley, donde se declaró culpable de violar la Sección 87 de la Ley de Protección Ambiental de 1990, en un procedimiento de justicia única, en el que los casos se resuelven sin que el acusado comparezca personalmente ante el tribunal. Como resultado, Smith fue sancionado con una penalización total de £833 (1.025 dólares), que incluía una multa de £293 (360 dólares), un recargo de £117 (144 dólares) y £423 (520 dólares) en costos judiciales, los que debe abonar antes del 14 de enero, según la BBC.
Este caso es solo uno de los muchos que ilustran la determinación de la Munciipalidad de Bromley para erradicar el problema del littering (arrojar basura) en sus calles. Desde principios de septiembre, el distrito ha procesado 12 casos similares, acumulando un total de £6,129 (7.549 dólares) en sanciones.
La concejal de protección pública y ejecución del ayuntamiento, Angela Page, enfatizó que el objetivo no es castigar a los residentes, sino hacer frente a los altos costos de limpieza, que ascienden a millones de libras. “Tirar basura es un problema serio, y necesitamos ponerle fin”, afirmó a The Telegraph, destacando la importancia de utilizar los cubos de basura disponibles o llevar los desechos a casa.
El Ayuntamiento de Bromley no tiene intenciones de perseguir judicialmente a los ciudadanos, pero sí reconoce que el littering (arrojar basura) es un desafío que afecta la limpieza de las calles, con un alto costo asociado a los esfuerzos de mantenimiento. En su declaración, un portavoz del ayuntamiento subrayó que los equipos de limpieza trabajan siete días a la semana para mantener las calles del distrito en condiciones óptimas, pero destacó que “tirar basura anula este trabajo y es ilegal”.
Esta postura también se refleja en las palabras de la concejal Angela Page, quien explicó que la multa a Smith y los demás casos procesados sirven de advertencia a la población para que “no arrojen objetos no deseados a la calle, sino que los coloquen en un contenedor de basura o se lleven la basura a casa”.
Además de la sanción impuesta a Smith, otros casos similares han surgido en el área de Bromley, contribuyendo a la creciente acumulación de multas por littering. El mes pasado, por ejemplo, dos personas más fueron procesadas por arrojar colillas de cigarrillo en la vía pública: una mujer de Lewisham y un hombre de Orpington, quienes también tuvieron que pagar multas considerables de £731 (899 dólares) cada uno, en un caso que tuvo lugar a principios de año. Estos incidentes reflejan la intensificación de la ofensiva por parte del ayuntamiento contra la basura en las calles, que ha involucrado a una variedad de infractores.
En términos de las consecuencias legales de no pagar las multas, las autoridades locales dejan claro que, si los infractores no abonan las penalizaciones, el caso seguirá un proceso judicial más severo, que podría resultar en multas y costos considerablemente superiores. La Municipalidad de Bromley ha sido explícito en su advertencia de que el no pago de las multas iniciales conlleva consecuencias legales mucho más costosas, lo que refuerza el mensaje de disuasión para la ciudadanía.
En otro incidente ocurrido en Dartford, también en Kent, se produjo un error de identidad que llevó a una mujer a ser multada por arrojar un cigarro, aunque los funcionarios se dieron cuenta después de que la infractora vivía a más de 160 millas de distancia y no era la persona que cometió la infracción. Este error resalta las complejidades que pueden surgir en la aplicación de estas leyes, aunque el mensaje general sobre las sanciones permanece claro: no se tolera el littering, y las consecuencias legales son estrictas.
A través de estos esfuerzos, las autoridades pretenden concienciar a los residentes sobre el impacto económico y ambiental del littering, haciendo un llamado a la responsabilidad colectiva: utilizar los cubos de basura disponibles o, mejor aún, llevar los desechos a casa. Mientras tanto, las multas y procesos judiciales continúan como parte de una estrategia que refuerza la importancia de mantener las ciudades limpias y ordenadas.