Venecia busca nuevos gondoleros y ofrece hasta 150 mil euros al año

En los tranquilos canales de Venecia, Italia, la figura del gondolero es tan emblemática como los propios palacios y puentes de la ciudad. Sin embargo, mantener viva esta profesión centenaria requiere algo más que habilidad con el remo: demanda compromiso, conocimiento de la historia local y una notable capacidad física.

Este año, la Municipalidad de Venecia ha lanzado una nueva convocatoria dirigida a renovar su cuerpo de gondoleros. Con ganancias anuales que pueden superar los 150.000 euros, esta oportunidad busca atraer a jóvenes interesados en formar parte de una tradición profundamente arraigada en la cultura veneciana.

La convocatoria, detalla EFE, está abierta exclusivamente a ciudadanos de la Unión Europea mayores de 18 años, quienes deberán cumplir una serie de requisitos académicos y físicos. Este esfuerzo forma parte de un plan más amplio para enfrentar el envejecimiento de los gondoleros actuales, que suman 433 profesionales activos.

Postularse como gondolero en Venecia implica más que un interés por navegar los famosos canales de la ciudad. Los aspirantes deben cumplir con requisitos estrictos que aseguren tanto su aptitud física como su compromiso con una profesión que exige dedicación y conocimiento.

Entre las condiciones básicas, los candidatos deben ser ciudadanos de la Unión Europea, tener al menos 18 años, haber completado la educación secundaria obligatoria y presentar un certificado médico que confirme una “constitución sana y robusta”. Además, es indispensable demostrar habilidades de natación, dado el entorno en el que desempeñarán su labor.

Asimismo, deben cumplir con “requisitos de idoneidad moral”, presentar un certificado de evaluación médica específica tras pruebas toxicológicas y pagar tasas administrativas que suman cerca de 216 euros. A este costo, revela la agencia de noticias, se suman los aproximadamente 800 euros requeridos para inscribirse en el curso oficial, organizado por la Municipalidad y la Asociación de Gondoleros de Venecia.

El camino para convertirse en gondolero en Venecia no solo requiere cumplir con estrictos requisitos iniciales, sino también completar un curso de formación intensivo que combina teoría y práctica. Este curso, diseñado para garantizar la calidad y la seguridad de quienes operan las góndolas, tiene un costo aproximado de 1.000 euros.

El programa comienza con una evaluación preliminar de habilidades de remo, donde los aspirantes deben demostrar su capacidad en la proa de una góndola. Superada esta etapa, los participantes reciben 40 horas de instrucción, divididas en dos componentes principales:

1. Clases teóricas: cubren temas como la historia de Venecia, el código de navegación en sus canales, y un curso básico de inglés para comunicarse con los turistas.
2. Práctica supervisada: durante 10 horas, los candidatos trabajan junto a gondoleros experimentados para perfeccionar su técnica de remo y su conocimiento del entorno.

El curso, aunque demandante, es el primer paso hacia la obtención de la licencia oficial, un documento indispensable para operar una góndola de manera legal.

Una vez completado el curso teórico-práctico, los aspirantes deben someterse a una serie de pruebas finales diseñadas para confirmar su aptitud y habilidades.

Deben aprobar una evaluación práctica que pone a prueba su dominio del remo en las condiciones únicas de los canales de Venecia.

Quienes superen todas las etapas obtendrán la prestigiosa licencia de gondolero, un documento que los autoriza a operar en los canales de la ciudad y a formar parte de una tradición que combina destreza, cultura e historia.

La profesión de gondolero es una de las tradiciones más antiguas y reconocidas de Venecia, con raíces que se remontan al año 1094. En sus inicios, las góndolas eran un medio de transporte accesible para las clases populares, pero con el tiempo se convirtieron en un símbolo de prestigio, especialmente después de que en el siglo XV se prohibiera el uso de caballos en las estrechas calles de la ciudad.

En el siglo XVI, había alrededor de 10.000 góndolas navegando los canales venecianos. Hoy en día, sin embargo, el número de gondoleros autorizados ha disminuido significativamente a 433. Este cambio refleja no solo la modernización del transporte en Venecia, sino también la exclusividad y la especialización que caracteriza actualmente a esta profesión.

Por siglos, el oficio de gondolero fue un legado exclusivamente masculino, transmitido de generación en generación.En el año 2009 que Giorgia Boscolo rompió esta tradición al convertirse en la primera mujer en obtener una licencia de gondolero. Desde entonces, otras 14 mujeres han seguido sus pasos, marcando un cambio importante en la apertura de esta profesión histórica.

El oficio de gondolero, aunque demandante, puede ser altamente lucrativo. Los ingresos mensuales de estos profesionales varían según el número de viajes realizados, las horas trabajadas y si operan de manera independiente o a través de agencias. En promedio, las ganancias pueden superar los 3.000 euros al mes, y en casos excepcionales, los ingresos anuales pueden alcanzar los 150.000 euros.

En cuanto a los turistas, las tarifas de los paseos en góndola han sido reguladas por la Municipalidad de Venecia para mantener un estándar de precios. Durante el horario diurno, una media hora de paseo cuesta 90 euros, mientras que en horario nocturno la tarifa asciende a 110 euros por 35 minutos. Los viajes pueden incluir hasta un máximo de cinco personas, lo que hace que la experiencia sea altamente rentable.

Este balance entre los altos costos de inicio y las ganancias potenciales convierte a la profesión en una oportunidad atractiva para quienes buscan combinar tradición, turismo y estabilidad económica.

La góndola es más que un medio de transporte en Venecia; es un emblema de la ciudad, inseparable de su historia y cultura. Este icónico barco negro, diseñado específicamente para navegar por los estrechos canales venecianos, ha evolucionado desde un transporte popular en la Edad Media hasta convertirse en una de las principales atracciones turísticas de la actualidad.

El diseño de la góndola, de 11 metros de longitud y un peso aproximado de 700 kilogramos, está cargado de simbolismo. Su característica curva y asimetría están pensadas para facilitar el manejo con un solo remo, mientras que su decoración y estructura reflejan la maestría de los artesanos locales.

Para los visitantes, un paseo en góndola no solo ofrece una perspectiva única de la ciudad, sino también una conexión con su pasado. Los gondoleros, con su conocimiento de la historia y tradiciones venecianas, añaden un valor cultural a esta experiencia. Sin embargo, mantener la exclusividad y el prestigio de esta tradición representa un desafío constante, especialmente en el contexto de la masificación turística y la modernización del transporte.

La góndola, como símbolo de Venecia, sigue siendo un recordatorio tangible de su rica herencia cultural, atrayendo a millones de turistas que buscan experimentar la magia de esta ciudad única.