En el corazón de Asyut, a unos 320 kilómetros al sur de El Cairo, un grupo de arqueólogos desenterró una tumba que sorprendió al mundo científico. El hallazgo pertenece a Idy, una sacerdotisa de la diosa Hathor, conocida también como la “Dama de la Casa”, un título reservado para mujeres de alto rango en la sociedad egipcia. Se trata de la hija de Djefaihapi I, gobernador de la región de Asyut durante la dinastía XII, en la época del faraón Senusret I, que gobernó aproximadamente entre 1971 y 1926 a.C.
El descubrimiento se realizó después de más de dos décadas de excavaciones, en una expedición conjunta entre investigadores egipcios y alemanes, y fue descubierta en 2023,dentro de una cámara oculta en la tumba de su padre. Una de las tumbas más grandes y decoradas de la región, es una estructura rocosa monumental que mide 11 metros de altura, 28 metros, de profundidad y 229 pies (70 metros) de ancho.
Se trataba de un edificio funerario imponente, con ricos detalles en sus paredes, que mostraban escenas de la vida del gobernador Djefaihapi I, así como inscripciones que relataban su viaje al más allá. Sin embargo, lo que no se sabía era que en el interior de la tumba, tras una pared de piedra sellada, se encontraba un compartimiento lateral que albergaba la tumba de Idy, la hija del gobernador, que permaneció oculta hasta su descubrimiento.
El proceso sellado comenzó en 2022, después de que un equipo de arqueólogos de la Universidad de Sohag en Egipto y la Universidad Libre de Berlín iniciara el trabajo de limpieza y exploración en la tumba. El acceso a la cámara funeraria de Idy implicó excavar un pozo vertical de aproximadamente 13 metros de profundidad. El sitio, sin embargo, no había escapado completamente a los saqueadores. A pesar de que la tumba fue saqueada en la antigüedad, varios objetos claves permanecieron intactos, proporcionando información valiosa sobre los ritos funerarios y de la vida de la sacerdotisa.
El hallazgo más impresionante fue la presencia de dos ataúdes dentro de la misma tumba, una estructura funeraria compleja que nunca antes se había documentado en esa región. Ambos, hechos de madera importada, uno dentro del otro, fueron descritos como “algunos de los más asombrosos encontrados hasta ahora”, según el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto.
A lo largo de la excavación, los arqueólogos hallaron objetos de valor, como una tapa de ataúd, figuras de madera que podrían representar a Idy, y diversos rituales, incluidos frascos, donde se habían almacenado los órganos internos de la sacerdotisa. Estos recipientes contenían sus hígados, pulmones, intestinos y bazo, lo que refleja el proceso de momificación típico de la época, destinado a preservar el cuerpo para la vida después de la muerte. Había sido momificada, lo que implica que su cuerpo fue tratado con sales y envoltorios para asegurar su preservación, un ritual común entre las élites de la sociedad egipcia.
El análisis de los restos de la sacerdotisa ha revelado que sufría de un defecto congénito en uno de sus pies. A pesar de los daños sufridos por la tumba a manos de los saqueadores, los restos óseos y las prendas de Idy proporcionan detalles interesantes sobre su vida.
El equipo encabezado por Jochem Kahl, profesor de Egiptología en la Universidad Libre de Berlín, expresó los resultados obtenidos. Kahl afirmó a Daily Mail, que el descubrimiento ofrece un “nuevo y extraordinario vistazo” a la cultura egipcia, particularmente en cuanto a la influencia de las mujeres y el trasfondo religioso del Reino Medio. Estos hallazgos, como los textos de los ataúdes y las figuras, podrían arrojar nueva luz sobre la compleja relación entre la vida, la muerte y el más allá en la sociedad egipcia antigua.