El proyecto The Line, parte de la región de Neom en Arabia Saudita, está llamado a redefinir la planificación urbana global y los modelos de sostenibilidad en el desarrollo de ciudades. Visualizado como una metrópolis sin rutas ni vehículos, ofrecerá a sus habitantes una vida integrada con la naturaleza, dentro de una estructura lineal de proporciones y características inéditas. Desde su anuncio, llamó la atención mundial, tanto por su innovador diseño, como por las colaboraciones de las más prestigiosas firmas de arquitectura e ingeniería. La primera fase de construcción ya está en marcha y empezó a dar forma a una ciudad que desafía las convenciones.
Objetivos y visión del proyecto
La propuesta de The Line es revolucionaria: una ciudad de 170 kilómetros de largo (en su fase final) que eliminará la necesidad de automóviles, ya que estará estructurada verticalmente y contará con sistemas de transporte de alta velocidad. Este diseño también maximiza el espacio para zonas verdes y pretende minimizar la huella urbana y su impacto ecológico en el entorno desértico. En palabras de Denis Hickey, director de desarrollo de The Line, el proyecto tiene el potencial de “cambiar la forma en que consideramos, diseñamos y construimos ciudades para siempre”, subrayando el propósito de NEOM de combinar la vida en ciudad con el acceso directo a espacios naturales. Este enfoque desafía los modelos tradicionales de desarrollo urbano, al proponer una metrópolis vertical que pueda albergar a más de 300.000 personas en su primera fase.
Colaboración de firmas de arquitectura e ingeniería
Uno de los aspectos claves para la materialización de The Line es la alianza con estudios y empresas líderes en diseño y construcción urbana. Las firmas seleccionadas para el proyecto destacan por su experiencia y capacidad para afrontar desafíos únicos:
- Gensler, firma estadounidense reconocida por su trabajo en el rascacielos Shanghai Tower, fue contratada como consultora en planificación urbana. Su función será coordinar el diseño de la ciudad y asegurar el cumplimiento de normas de planificación y políticas de uso de suelo. Gensler también supervisará la infraestructura de transporte y los espacios públicos, fundamentales para un entorno urbano que elimina carreteras y vehículos.
- Delugan Meissl Associated Architects (DMAA), un estudio de Austria, tiene el encargo de desarrollar el concepto general y el plan maestro detallado de la primera fase de The Line. Además de centrarse en aspectos como el microclima y la ecología, DMAA abordará temas de movilidad, logística y sostenibilidad, garantizando que la ciudad responda a los retos ambientales del desierto.
- Mott MacDonald, empresa británica de ingeniería, se hará cargo de los sistemas de infraestructura de la ciudad. Su rol es fundamental, ya que deberá diseñar y gestionar los sistemas de agua, saneamiento y energía, indispensables para el funcionamiento de una urbe en el desierto. Además, se recurrirá a tecnologías de inteligencia artificial y vigilancia avanzada para optimizar la eficiencia de estos sistemas.
Fases y alcance de la construcción
The Line es un proyecto a largo plazo, que comenzó con la primera fase de 2,4 kilómetros de longitud, y cuyo desarrollo se espera que se complete en 2030. Una vez terminado, el proyecto final abarcará una longitud de 170 kilómetros y alcanzará una altura de 500 metros, con una anchura de 200 metros. La construcción avanza a ritmo acelerado, con más de 120 pilares de cimiento lanzados cada semana, en lo que se describe como una de las operaciones de pilas de fundación más grandes del mundo. Para este colosal proyecto, se está utilizando aproximadamente una quinta parte de la producción mundial de acero, principalmente en las cimentaciones.
Innovaciones tecnológicas y sostenibilidad
La ambición de The Line va de la mano con un compromiso firme con la sostenibilidad y la innovación tecnológica. En un entorno desértico extremo, la ciudad busca convertirse en un modelo de eficiencia energética y conservación ambiental. La planificación incluye la creación de microclimas controlados y la incorporación de espacios verdes a gran escala. El uso de inteligencia artificial y tecnología de vigilancia permitirá monitorizar y gestionar eficientemente el consumo de recursos, reduciendo el desperdicio y optimizando el uso de agua y energía.
Además, en The Line no habrá rutas ni autos, con lo cual se elimina una de las principales fuentes de contaminación urbana. En lugar de transporte vehicular, se implementarán sistemas de tránsito público de alta velocidad y modos de movilidad autónoma. El diseño vertical y la estructura lineal de la ciudad facilitan el acceso peatonal a servicios básicos y espacios recreativos en cuestión de minutos.
Impacto socioeconómico y cultural
The Line forma parte de un plan más amplio para transformar la economía saudí, en el marco de la iniciativa Vision 2030, que busca reducir la dependencia del petróleo y diversificar la economía del país. Con proyectos como Treyam, Epicon y el recién completado complejo turístico en la isla de Sindalah, NEOM pretende establecerse como un centro de innovación tecnológica y atraer a profesionales y empresas de todo el mundo. Este megaproyecto podría ofrecer nuevas oportunidades de empleo, aumentar el turismo y mejorar la infraestructura, elevando el perfil internacional de Arabia Saudita.
Por otro lado, plantea también retos culturales y sociales. La creación de una metrópolis futurista en el corazón del desierto saudita implica cambios profundos en los estilos de vida y costumbres locales, lo cual podría suscitar críticas o resistencia. No obstante, los impulsores del proyecto consideran que su enfoque pionero en sostenibilidad y urbanismo posicionará a Arabia Saudita a la vanguardia de la transformación urbana global.