Después de casi cinco décadas en el océano, un anillo perdido en Barbados volvió a las manos de su dueño. Así ocurrió cuando Morgan Perigo, un egresado de la Universidad McMaster en Canadá, recuperó inesperadamente su anillo de graduación que había caído al agua en 1977 durante unas vacaciones familiares. “Una ola lo tiró al suelo (a su hijo) así que me estiré para agarrarlo. Me tiró de la mano y se me cayó el anillo”, relató Perigo a la prensa de McMaster, recordando cómo su anillo, desapareció en la arena.
El anillo de graduación, con un rubí y grabado con las iniciales “FMP” y el año 1965, fue un regalo de su graduación en la Facultad de Ciencias. Lo perdió una tarde de 1977, cuando decidió entrar al agua con su hijo. Pese a sus esfuerzos y la búsqueda inmediata que hizo con su familia, el anillo quedó irremediablemente perdido.
En octubre de 2024, el anillo emergió de su refugio en el fondo del océano gracias a Alex Davis, un buceador profesional y exalumno de la misma universidad. Equipado con un detector de metales submarino, Davis rastreaba en la costa de Barbados cuando, tras cavar unos 30 centímetros, notó “un destello de oro” en la arena, relató al medio local CBC Hamilton. “Llama la atención como ninguna otra cosa. Tu corazón empieza a latir con fuerza”, comentó Davis sobre ese hallazgo que, inicialmente, no tenía idea a quién pertenecía. Sin embargo, observó que el anillo tenía el sello de McMaster y decidió contactar a la universidad para intentar devolverlo.
Con una simple, pero intrigante descripción de Davis, el misterio del anillo perdido comenzó a aclararse. Davis envió un mensaje a la oficial de exalumnos de McMaster, Laura Escalante, diciendo: “Encontré un anillo con sello de la Universidad McMaster con tres iniciales en el interior” y sospechaba que “llevaba perdido algún tiempo”. Escalante tenía dos pistas: las iniciales y el año de grabado. Rastreó en la base de datos y pronto encontró al propietario: Frederick Morgan Perigo, antiguo estudiante de matemáticas. Escalante organizó el reencuentro del anillo con su dueño, justo a tiempo para su 83º cumpleaños.
Una vez identificada la pertenencia del anillo, la funcionaria de la Universidad McMaster, coordinó con Alex Davis el envío de la joya de vuelta a su dueño. El paquete llegó a Burlington, Ontario, justo el día antes del cumpleaños del hombre. Según relató Escalante, esta experiencia fue “uno de los momentos más felices de su carrera”, por la satisfacción de reunir a Perigo con un objeto tan especial. A través de la intervención de Escalante y Davis, la entrega fue un “maravilloso regalo inesperado” para Perigo en su día.
Davis, buceador libre y apneísta en Barbados, expresó que devolver objetos encontrados es una parte importante de su labor. “No hago esto solo para quedarme con todo el oro. Quiero que la gente recupere sus cosas”, explicó, resaltando que el anillo de Perigo fue un hallazgo extraordinario. Señaló que los cambios en la arena de la isla, provocados por el huracán Beryl, fueron posiblemente la razón por la que el anillo emergió después de tanto tiempo.
Al relatar su experiencia al momento de enviar el anillo, Davis comentó en tono humorístico que, aunque lo había dejado en la puerta de Perigo, temía que algún “pirata de porches” pudiera llevárselo antes de que el dueño lo recibiera. Afortunadamente, el hombre recuperó su anillo, que ahora lleva “orgullosamente”, según confirmó Karen McQuigge, directora de participación de exalumnos de McMaster. Además, agregó: “Es realmente agradable en estos tiempos en los que no siempre escuchamos las mejores historias. Felicitaciones a Alex porque él fue quien lo encontró y tomó la iniciativa”.