Cada otoño, un resplandor de luces y colores transforma el paisaje de la India y de comunidades en todo el mundo que celebran el Diwali, una festividad que marca el triunfo de la luz sobre la oscuridad y el bien sobre el mal. También conocida como Deepavali —del sánscrito “fila de luces”—, esta fiesta de cinco días es la más esperada en el calendario hindú, con rituales que incluyen lámparas de arcilla iluminando las casas, fuegos artificiales y vibrantes decoraciones en las calles. Es, para muchos, un momento para reunir a la familia, compartir comidas especiales y pedir por prosperidad en el año nuevo.
Aunque tiene profundas raíces religiosas, el Diwali se ha convertido en una celebración multicultural. Este evento no solo congrega a hindúes, sino también a personas de diferentes religiones como sijs, jainistas y budistas, quienes adaptan sus propias historias y rituales a esta festividad.
Más allá de su significado espiritual, el Diwali ha adquirido con el tiempo un estatus cultural, uniendo a comunidades del sur de Asia y su diáspora en países como Estados Unidos, Reino Unido y Canadá. Su popularidad ha crecido tanto que, en ciudades como Nueva York y Londres, se organizan festivales públicos donde miles de personas se suman a la celebración.
El Diwali también evoca paralelismos con festividades como la Navidad en Occidente, no solo por su importancia y preparación, sino también por los días de intercambio de regalos, los mercados de temporada y el ambiente general de gratitud y esperanza. Con cada año, esta festividad de luces y colores refuerza el valor de la unión y la alegría compartida en la India y más allá de sus fronteras.
El significado profundo de Diwali
El Diwali no es una celebración simple, sino un momento en que millones de personas reflexionan sobre valores universales como la justicia, la bondad y la redención. Para los hindúes, que constituyen la mayoría en India, la festividad conmemora varios episodios de su mitología, como el regreso triunfal del príncipe Rama a la ciudad de Ayodhya tras 14 años de exilio, relatado en el Ramayana. Según esta historia, Rama, quien es considerado una encarnación del dios Vishnu, derrota al rey demonio Ravana, recupera a su esposa Sita y es recibido en la ciudad con lámparas que iluminan su camino. Es esta simbología de luz triunfando sobre la oscuridad la que inspira la celebración de Diwali.
En el sur de India, sin embargo, el Diwali se asocia con otra leyenda: la victoria del dios Krishna sobre el tirano Narakasura, quien mantenía cautivas a miles de mujeres en su palacio. Al derrotar a este rey demonio, Krishna libera a sus prisioneras, lo que representa un nuevo triunfo de la luz y la justicia. En el oeste del país, la festividad celebra la historia de Vishnu derrotando a Bali, un rey cuyo poder se había convertido en una amenaza para los dioses.
Para los sijs, el Diwali conmemora el regreso de su sexto gurú, Hargobind, quien fue liberado de prisión en 1619 junto a otros 52 prisioneros políticos. Esta historia se celebra bajo el nombre de Bandi Chhor Divas o “Día de la Liberación de los Cautivos”. Los jainistas, por su parte, observan el Diwali como el día en que su maestro espiritual Mahavira alcanzó el nirvana, mientras que algunos budistas lo celebran como el momento en que el emperador Ashoka adoptó el budismo. Así, cada religión adapta esta festividad de manera única, resaltando sus propios valores y narrativas.
Tradiciones y rituales que iluminan el Diwali
Las celebraciones de Diwali varían en cada región de India, pero hay tradiciones comunes que unen a todos en esta festividad. Durante los cinco días de Diwali, cada jornada tiene un significado especial. El primer día, conocido como Dhanteras, se dedica a la diosa Lakshmi, deidad de la riqueza y la prosperidad. Muchas familias limpian sus hogares y adquieren objetos de valor como oro o plata, para atraer buena fortuna en el nuevo año.
El segundo día, llamado Naraka Chaturdashi o Choti Diwali, se celebra especialmente en el sur del país y marca la victoria de Krishna sobre Narakasura. La jornada principal, sin embargo, es la tercera, cuando se lleva a cabo el Lakshmi Puja. En esta ocasión, las familias encienden lámparas de arcilla y visitan los templos para honrar a Lakshmi, a quien se le pide prosperidad. También se decoran las casas con rangolis, diseños coloridos hechos en el suelo con polvo, arena o pétalos de flores, que simbolizan la bienvenida y la abundancia.
El cuarto día, Padwa o Govardhan Puja, es una festividad en honor a la relación entre marido y mujer, y en algunas tradiciones se celebra la victoria de Krishna sobre el dios Indra. Finalmente, el quinto día, llamado Bhai Dooj, está dedicado a los lazos familiares, particularmente entre hermanos, quienes se rinden homenaje mutuamente con regalos y buenos deseos.
El Diwali en la India moderna y su impacto global
A lo largo de los años, el Diwali ha evolucionado para convertirse en algo más que una festividad religiosa. Hoy en día, se considera la temporada de compras más importante en India, con mercados y tiendas ofreciendo descuentos especiales, de modo similar al Viernes Negro en Estados Unidos. Además, las comunidades de la diáspora en países como Estados Unidos y Reino Unido celebran el Diwali con eventos públicos y ferias, lo que promueve la integración cultural y el reconocimiento de esta festividad en otras partes del mundo.
En la India, sin embargo, la festividad enfrenta un desafío ambiental. Las celebraciones con fuegos artificiales, particularmente en ciudades como Nueva Delhi, han sido criticadas por contribuir a la ya problemática contaminación del aire. En respuesta, varias ciudades han comenzado a prohibir el uso de petardos o a optar por alternativas más sostenibles, como las lámparas eléctricas.
En 2024, el Diwali adquirió una nueva dimensión cultural con el lanzamiento de una Barbie de Diwali de la marca Mattel, diseñada con atuendos tradicionales y vendida en pocos días en mercados internacionales. Este lanzamiento es un reflejo de cómo Diwali y sus elementos característicos, como los lehngas y saris típicos, han trascendido fronteras.
Aunque las prácticas y las historias del Diwali son diversas, su espíritu es universal: la esperanza de que la luz triunfe sobre la oscuridad y que la bondad prevalezca. Como una de las festividades más antiguas de la humanidad, el Diwali sigue siendo un recordatorio de valores universales como la paz, la unidad y la gratitud, temas que resuenan con fuerza en un mundo en constante cambio.